El presidente boliviano, Evo Morales, hizo un llamado a los mandatarios de Latinoamérica para que se comprometan en la búsqueda de soluciones pacíficas a la crisis venezolana, y a no ser responsables de una salida que implique una guerra civil. Esta última intervención de Morales se enmarca en el rechazo del gobierno venezolano a aceptar la “ayuda humanitaria” de los Estados Unidos porque se trata de “un regalo podrido”, como la llamó Nicolás Maduro.

En ese sentido, Morales destacó la actitud del jefe de la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja en Colombia, Cristoph Harnisch, quien “no participará en la distribución de la ‘ayuda’ de EE. UU. a Venezuela porque no es ‘humanitaria’. Lo hemos dicho: la Ayuda Humanitaria es una institución que hay que proteger”.

El autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, busca ganar apoyos internos movilizando la “ayuda” de los Estados Unidos por las redes y los medios afines: “Los venezolanos vamos a seguir movilizados para salvar vidas con la #AyudaHumanitaria. Es miserable que se quiera chantajear con las necesidades del pueblo”, expresó en una de sus tantas intervenciones.

El jefe de Estado de Bolivia, por su lado, viene manifestando que Venezuela no sufre “un problema de democracia o dictadura”, sino que el problema radica en que los Estados Unidos quieren el petróleo venezolano: “EE.UU. con cualquier pretexto quiere adueñarse de los recursos naturales», señaló Evo en un acto en Oruro. En esa dirección iría la ayuda humanitaria que Estos Unidos ya hizo llegar a la ciudad fronteriza colombiana de Cucuta.