“Confiamos que este reclamo haga que los jueces sepan que sabemos que lo que están haciendo es dar lugar a la estrategia de los genocidas: que es irse a su casa y que los juicios se terminen”, dijo la abogada querellante Guadalupe Godoy, frente a los tribunales federales de La Plata, donde se concentraron organismos de derechos humanos, víctimas y familiares de víctimas de la dictadura, para exigir que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 no conceda la prisión domiciliaria al ex director de investigaciones de la policía Bonaerense tres veces condenado a perpetuidad por genocidio, Miguel Osvaldo Etchecolatz.

Los manifestantes marcaron lo simbólico de la decisión que deberán tomar los jueces: el ex comisario fue el primer jerarca de la dictadura condenado luego de la nulidad de las leyes de impunidad en 2003 y en ese juicio desapareció por segunda y definitiva vez el testigo Jorge Julio López.

La Cámara de Casación Penal debía resolver el tercer juez para que junto a Germán Castelli y Roberto Agustín Lemos Arias para completar la composición del TOF (que preside Carlos Rozanski pero que está excusado para resolver sobre Etchecolatz). Fuentes judiciales señalaron que el tribunal estará en condición de resolver recién el viernes.

“Es una barbaridad que un criminal paradigmático de la dictadura argentina en la provincia de buenos aires pueda estar en su casa, sobre todo cuando hay un informe del cuerpo médico forense de la Corte Suprema que dice que puede cumplir condena en un penal como cualquier otro detenido”, explicó el abogado de Abuelas de Plaza de Mayo, Emanuel Lovelli. Y agregó: “Creemos que la situación es grave y que puede convertirse en un mal antecedente para otros pedidos de otros genocidas condenados”.

La concentración ocupó toda la esquina céntrica de la capital bonaerense, a menos de 100 metros de la casa de gobierno bonaerense. En un acto improvisado sobre la calle hablaron la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, Carlos Zaidman de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, Ana Laura Mercader de H.I.J.O.S regional La Plata; el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; abogados de las querellas y representantes de organizaciones sociales como ATE y CTA.

“A 10 años de la desaparición física de Jorge Julio López creemos que la única forma de garantizarnos que los juicios continúen es que Etchecolatz siga preso”, pidió Zaidman. 

El nieto restituido por Abuelas, Leonardo Fossati, consideró que la posibilidad de que los represores como Etchecolatz -responsable de la desaparición de sus padres y del robo de su identidad- se debe a un avance de la derecha “para que los juicios se terminen”. En esa misma línea, Cortiñas arengó: “Sólo con la justicia, con la carcel común y efectiva, se va a lograr el camino para que no se repita estos hechos aberrantes de la dictadura”.

Etchecolatz fue la mando derecha de Ramón Camps en la dictadura y, literalmente, decidía sobre la vida y la muerte de sus detenidos. En 1986 fue condenado a 23 años pero fue indultado, en 2004 fue condenado por apropiació de bebés, pero cumplió prisión domiciliaria hasta 2006, cuando fue condenado a perpetua y se le revocó el beneficio. En los 10 años siguientes fue condenado por las causas Circuito Camps (2010), La Cacha (por el homicidio de Marcelo Bettini y Luis Bearzi, 2014) y la causa Favero (2015).