En las próximas semanas, el avión Skyvan utilizado por la Prefectura y la Armada para los vuelos de la muerte de la ESMA durante la última dictadura será traído de regreso al país para ser exhibido como un elemento más de la construcción de la memoria sobre el terrorismo de Estado.

La nave fue comprada por el Estado argentino y será traída desde Estados Unidos, donde fue utilizada en los últimos años por empresas de correos y de paracaidismo. Para su ingreso, a través de un decreto publicado este lunes en el Boletín Oficial, el presidente Alberto Fernández hizo lugar a un pedido del Ministerio de Economía y ordenó que se exima al avión y a sus repuestos originales de pagar derechos de importación.

Para su uso comercial, el avión fue reparado y le sustituyeron algunas piezas y partes, por lo que una vez que una vez que esté en exhibición y ya no tenga que volar, se le colocarán las piezas originales y las nuevas serán reexportadas para su devolución, según se informó en el decreto.

«El nuevo dueño le puso una puerta automática, que no tenía, y le sacó la plaquita del número en la puerta. También le hizo parte del motor. Ahora están terminando de restaurar todo lo que se pueda del modelo original para que pueda volar de regreso. Lo demás se va a hacer acá», contó en diálogo con Télam Cecilia De Vincenti, hija de Azucena Villaflor de Vicenti, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo.

El Skyvan PA-51 fue uno de los cuatro aviones idénticos comprados por la Prefectura en 1971. Fue hallado en 2010 por la periodista y ex detenida desaparecida Miriam Lewin, hoy titular de la Defensoría del Público, y el fotógrafo italiano Giancarlo Ceraudo. Junto a la nave, encontraron también las planillas de vuelo, lo que permitió probar que había sido utilizado para arrojar a las víctimas de la Iglesia de la Santa Cruz, entre quienes estaban Azucena Villaflor, Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco, integrantes de Madres de Plaza de Mayo, y las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet.

Ese dato permitió en 2017 condenar a prisión perpetua a Mario Arru y Alejandro D’Agostino, miembros de la división Aviación de Prefectura quienes actuaron de copilotos de Enrique José de Saint Georges en el vuelo nocturno realizado el 14 de diciembre de 1977 desde Aeroparque con las 12 víctimas de la “Santa Cruz”.

La iniciativa para traer el avión de regreso fue justamente de la agrupación “Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz”, quienes realizaron las gestiones para que el gobierno argentino realice la repatriación. Una vez que llegue al país, en la segunda mitad de junio, y se restaure a su condición original, se exhibirá en el Museo Sitio de Memoria ESMA.

«Traer el avión es importante porque sigue habiendo gente que niega la historia. El secuestro de las Madres prueba todo: que hubo un plan sistemático, que se las llevaron, que estuvieron en la ESMA, que las tiraron vivas desde un avión, que estuvieron como NN en el cementerio de General Lavalle, que pudimos recuperar los cuerpos. Tener el avión es poder decir ‘acá te mostramos absolutamente todo’, porque acá estuvieron y este fue el avión que usaron en los vuelos de la muerte», explicó a Télam Cecilia De Vincenti.