El exjefe de Gabinete, Santiago Cafiero, buscó esta semana acelerar su desembarco en la Cancillería luego de la accidentada salida de su antecesor, Felipe Solá, que dejó el cargo mientras viajaba a la cumbre de la Celca, en México. El encargado de anoticiarlo del cambio fue el propio Cafiero que luego le confirmó que lo reemplazaría. Así arrancó su nuevo destino el flamante ministro de Relaciones Exteriores, con una gestión que deberá cerrar los interrogantes internos y externos que quedaron abiertos luego del cambio de Gabinete que resolvió el presidente Alberto Fernández tras la derrota del oficialismo en las PASO.

Cafiero no llegó solo. Lo secundó la exvicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, que entró al Palacio San Martín para reemplazar al tucumano Jorge Neme, al frente del área de Relaciones Económicas Internacionales. Neme responde al gobernador en uso de licencia Juan Manzur, que se lo llevó a la jefatura de Gabinete. El enroque no es menor. El funcionario fue uno de los principales interesados en retrasar el tratamiento del proyecto de ley de etiquetado de alimentos que ya fue aprobado por el Senado y cuenta con dictamen para ser tratado en Diputados. El argumento que más utilizó es la necesidad de «armonizar» la decisión con las reglamentaciones de los demás países que integran el Mercosur. Su planteo no fue leído como el interés del Gobierno para coordinar con los socios regionales sino como un ardid motorizado por el lobby azucarero tucumano para edulcorar la norma todo lo posible. El texto no llegó al recinto y los nuevos designados en la Cancillería deberán lidiar con un tema que ya sobrevolaban en silencio desde la jefatura de Gabinete. 

Apenas juraron, la bienvenida vino de Estados Unidos. La Corte de Comercio Internacional de ese país finalmente falló contra la demanda que había presentado la gestión de Solá contra el aumento al 146% de aranceles a la importación de biodiesel argentino. El incremento rige desde 2018 y fue resuelto por el entonces presidente Donald Trump. Ni bien Cafiero y Todesca ocuparon sus despachos confirmaron que apelarán la decisión judicial, aunque la resolución de la controversia es más política y depende de la evolución del vínculo con EE UU, que está en pleno desarrollo.

El gobierno argentino tiene dos meses para presentar la apelación y su trámite pondrá a prueba la capacidad de lobby del embajador en Washington, Jorge Argüello, uno de los grandes confirmados por Cafiero apenas llegó. Si el caso tiene un desenlace negativo, la Argentina recurrirá a la Organización Mundial del Comercio y la pulseada será otra.

En la hoja de ruta previa a la derrota de las PASO, en el Palacio San Martín trabajaban en un viaje del presidente Alberto Fernández a México para participar de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) y ganar por consenso la presidencia pro témpore de 2022, tal como lo había planteado junto a su par mexicano, Andrés Manuel López Obrador. Luego iba a seguir a Estados Unidos para ofrecer su discurso ante la Asamblea Anual de la ONU. Para estas jornadas, algunos funcionarios apostaban a un encuentro presencial con distintos líderes del Partido Demócrata, como el representante especial para el clima John Kerry. Otros esperaban una foto con el presidente norteamericano, Joe Biden. En lugar de esos acercamientos, la escena la ocupó el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que este viernes fue recibido en Washington por Kerry dentro de la gira que preparó para exhibir su perfil presidencial para 2023.

Esos flecos sueltos son parte de la agenda que Cafiero comenzó a reorganizar esta semana, luego de confirmar a Argüello y a dos funcionarios clave para la gestión del ministerio: el vicecanciller Pablo Tettamanti, que forma parte del cuerpo diplomático de carrera, y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, quien ocupó el cargo durante las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner, tiene un vínculo de confianza con los representantes de todos los credos y con el papa Jorge Bergoglio, con quien nunca perdió la comunicación directa. Oliveri será el encargado de organizar la reunión del nuevo Canciller con los representantes de todos los credos en las próximas semanas.

Sobre las espaldas de Tettamanti y Oliveri descansa la gestión de Cafiero como una señal de continuidad y estabilidad hacia adentro del Ministerio, pero también hacia afuera. Este jueves, completó el organigrama con la designación del exdiputado nacional por Mendoza, Guillermo Carmona, al frente de la Secretaría de Malvinas, Antártida e Islas del Atlántico Sur, el lugar que ocupó el sociólogo Daniel Filmus hasta el lunes pasado. Carmona fue titular de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja entre 2012 y 2015 y su nombramiento confirma que mantendrá los mismos trazos de trabajo que su antecesor.