Este martes Alberto Fernández transitará el último día de su presidencia temporaria al frente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Será durante la VII Cumbre de Jefas y Jefes de Estado que se realizará en Buenos Aires para elegir al próximo representante del organismo. Al cierre de esta edición ese nombre sigue siendo una incógnita, porque todavía no aparece un sucesor claro ante la ausencia de consensos para que el puesto quede en manos de un mandatario caribeño. Tal como anticipó este diario, salvo que surja una sorpresa de último momento, hay chances de que Fernández siga en el cargo por unos meses, pero como producto de una prórroga que también forma parte de las negociaciones de último momento entre las delegaciones de los 33 países que están arribando a la Argentina.

Todos los movimientos sucederán en una región conmocionada por la situación en Perú, que ya suma 60 muertos por la represión estatal desatada desde diciembre y el intento de golpe de Estado contra el flamante presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, que participará este martes del encuentro para concretar el regreso pleno de su país a la CELAC. Así revertirá la decisión que tomó en 2020 su antecesor, el expresidente y líder de ultraderecha Jair Bolsonaro, sindicado como el principal mentor de las movilizaciones que irrumpieron en el Planalto para desconocer las elecciones constitucionales.

En esta oportunidad, la atención no sólo estará concentrada en la irrupción de la ultraderecha brasileña, sino en el empeoramiento de la situación en Perú luego de la destitución del presidente legítimo Pedro Castillo, que fue removido el 7 de diciembre después de suspender el Congreso y llamar a elecciones. Fue suplantado por la mandataria provisional Dina Boluarte y desde entonces las movilizaciones en su contra han sido duramente reprimidas. Hasta ahora hay 60 muertos y la escena preocupa a todos los diplomáticos que intervendrán en la cumbre, especialmente porque no hay una posición común sobre el camino a seguir.

Una alta fuente diplomática confió a este diario que el cierre de la cumbre contará con documento final que se enfocará en respaldar al proceso democrático en Brasil y condenar el ataque de la ultraderecha que contó con el respaldo de sectores militares. “La prioridad es Brasil, pero hasta ahora no está claro cómo abordar el caso Perú”, confiaron en el Gobierno para reflejar la preocupación que tienen sobre el plenario de la cumbre. Es posible que en el debate surjan diferencias entre los mandatarios acerca de los caminos a seguir. Por encima de esa discusión sobrevuela el riesgo de una nueva intervención pública de la Organización de Estados Americanos (OEA), conducida por el uruguayo Luis Almagro. Más allá de las declaraciones públicas y los intentos de consenso interno, uno de los objetivos de Fernández durante la conducción de la CELAC fue evitar que la OEA vuelva a usar su poder institucional corrosivo en escenarios regionales de conflicto, como lo hizo en Bolivia durante las elecciones de Bolivia de 2020. El tema no es secundario y luego de las escenas de Brasilia cobra un calibre preocupante para los demás socios de la comunidad de Estados.

Una nueva cumbre de mandatarios.

Esos ejes serán parte del debate de presidentes y cancilleres que se realizará en el Hotel Sheraton de Retiro, pero a puertas cerradas. En la mesa no sólo estarán las 33 delegaciones integradas por mandatarios y ministros. También participarán los invitados externos de la CELAC, a propuesta de Fernández. Entre ellos estará en forma virtual el presidente de China, Xi Jinping, que grabó un video para participar de la cumbre y destacar la conducción argentina de la CELAC. Su par norteamericano, Joe Biden, también fue convocado desde junio, cuando Fernández asistió a la última Cumbre de las Américas en Los Ángeles y lo invitó como una forma de rechazar la exclusión en ese encuentro de los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro y de Cuba, Miguel Díaz Canel. Ambos estarán en la cumbre de este martes y ya son parte de una dura ofensiva pública impulsada por dirigentes de Juntos por el Cambio, que rechazaron la presencia de los tres y condenaron al gobierno argentino, pero con un discurso que está enfocado en la campaña electoral y en cumplir con las críticas que impulsa Washington en cada cumbre que se realiza en el continente.

Biden no viajará a Buenos Aires, pero enviará a su amigo, el exsenador demócrata Christopher Dodd, que es el representante especial de la Casa Blanca para las Américas. Cada uno de los asistentes podrá hacer uso de la palabra en el plenario y hay incógnitas sobre el discurso del enviado de Biden, que podría agradecer la invitación, pero también cargar las tintas contra los invitados que repudian los dirigentes de JxC y que podría sumar al paraguayo Mario Abdo y al uruguayo Luis Lacalle Pou en la misma línea de intervención. Los mensajes de los invitados extra CELAC también incluirán la alocución grabada del presidente indio Draupadi Murmu y del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

“No tenemos garantías sobre el tono del debate. Jugamos iniciativas para ordenarlo, pero es todo imprevisible”, confió a Tiempo uno de los funcionarios que interviene en la cumbre. Con esa prevención, no descartó la posibilidad de que el intercambio verbal del plenario incluya planteos contra la presencia de Maduro o el enviado del nicaragüense Daniel Ortega, aunque el centro de la escena lo tendrá Lula, que también podría poner a prueba su nueva política exterior. El tres veces mandatario no llega esta vez bajo el signo del Partido de los Trabajadores, sino al calor de una alianza más amplia concebida para evitar la continuidad de Bolsonaro en el poder.

El resultado final de la cumbre sigue siendo imprevisible, aunque para el miércoles Fernández tiene previsto una serie de reuniones bilaterales clave. Una de ellas será con el norteamerciano Dodd y luego recibirá al presidente cubano Díaz Canel. La cercanía de ambas reuniones alimenta las incógnitas sobre el posible interés del mandatario argentino de meter la cuchara en el descongelamiento de las relaciones entre ambos países que fue promovida en 2014 por Jorge Mario Bergoglio cuando llevaba un año y medio como el primer Papa argentino.

Entre las 33 delegaciones estarán los presidentes de Bolivia, Luis Arce; de Chile, Gabriel Boric; de Honduras, Xiomara Castro y de Colombia, Gustavo Petro, además de la asistencia de Abdo, Lacalle Pou, Maduro, Díaz Canel y Mottley. Los demás países estarán representados por sus cancilleres.

La agenda internacional de Fernández no terminará este martes, continuará el 29 con la visita del canciller alemán Olaf Scholz, que llegará al país como parte de una visita regional, aunque se encontrará con el presidente para abordar la provisión de gas argentino. Los detalles de esa cita se mantienen bajo reserva, pero la diplomacia alemana ya pidió que el cierre de esa visita incluya una conferencia de prensa con los dos mandatarios para concretar un anuncio regional.  

Postal del Foro de San Pablo.
La Cumbre de los Pueblos elevará un documento y se movilizará al Sheraton

Fuerzas políticas, centrales sindicales, organizaciones y movimientos sociales realizarán un foro social, emitirán una declaración conjunta y marcharán hacia el hotel Sheraton, donde deliberarán los presidentes reunidos en la VII Cumbre de Jefas y Jefes de Estado de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC) que se desarrollará este martes 24 de enero en Buenos Aires.          

Las acciones de la Cumbre de los pueblos incluirán el Encuentro CELAC Social que se desarrollará el lunes a las 14 en el Museo Malvinas, ubicado en el predio de la ex ESMA, y culminará el 24 de enero con una movilización que partirá desde Cerrito y avenida Santa Fe a las 12.

La iniciativa es impulsada por los partidos integrantes del Foro de San Pablo, y participarán por Argentina El Frente Grande, la CTA de los Trabajadores; CTA Autónoma; Confederación General del Trabajo de la República Argentina CGT-RA; UTEP; Movimiento Evita; Frente Transversal Nacional y Popular; Partido Comunista de la Argentina; Partido Solidario; Partido Intransigente; FORJA; Somos Barrios de Pie; Organizaciones Libres del Pueblo; Corriente Clasista Combativa; Movimiento Territorial Liberación; MP La Resistencia, entre muchos otros.

Estas organizaciones elaboraron junto a sus pares de la región una declaración de cinco páginas en la que parten del diagnóstico de un mundo en situación de crisis estructural, de disputa hegemónica y de crisis ambiental, «que presenta nuevos desafíos para el sistema internacional en general y para América Latina y el Caribe en particular». «La unidad de América Latina y el Caribe es una condición para alcanzar la verdadera independencia; consolidar a la región como una zona de paz, tomar un sendero de desarrollo que dé fin a las inaceptables brechas con los países centrales; obturar la posibilidad de que nuestra geografía devenga un territorio de disputa entre potencias ajenas a ella; garantizar la estabilidad política», añade. 

El documento incluye una serie reclamos al organismo regional: «Es necesaria una Nueva Arquitectura Financiera Internacional, orientada al desarrollo productivo con inclusión social, que debería comenzar con una fuerte revisión del proceso de endeudamiento salvaje de nuestros países por parte de los centros financieros y sus agentes especulativos, así como diseñar estrategias donde el repago de las deudas soberanas recaiga en los actores económicos que se han beneficiado de estos procesos».

Las demandas incluyen encarar la «cuestión de la extranjerización de la tierra en la región», condenar los golpes de Estado, en especial el de Perú y el reciente intento en Brasil, y contemplan una condena «a los recientes intentos de magnicidio de la expresidenta y actual vicepresidenta de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y de la actual vicepresidenta de Colombia, Francia Marquez».

«Demandamos la promoción, por parte de los gobiernos de la CELAC, de procesos de democratización de los poderes judiciales en América Latina y el Caribe, que se encuentran cooptados por intereses internacionales y locales que no corresponden con los de nuestros pueblos, para así dar fin al disciplinamiento social, la criminalización de la pobreza, la juventud y la protesta, así como a la persecución político-judicial o guerra jurídica contra los y las líderes populares», señala el texto en relación al lawfare.

También demandan «la liberación de todos los presos políticos y todas las presas políticas en la región» y mencionan en particular a la dirigenta argentina Milagro Sala.