Cristina Fernández de Kirchner volverá a hablar este sábado en la localidad bonaerense de Ensenada, en el marco de los actos por el aniversario del fallecimiento de Juan Domingo Perón. La vicepresidenta tenía previsto hablar el viernes, pero el presidente de la Nación Alberto Fernández había confirmado presencia en el acto de la CGT para ese mismo día, En un «gesto de institucionalidad» Cristina había decidido correr un día su alocución, con el objetivo de mandar un mensaje de paz en medio de las tensiones al interior del Frente de Todos.

Este viernes 1 de julio se conmemoran los 48 años de la muerte de Perón y la CGT había organizado un acto en su sede de la calle Azopardo. El presidente confirmó su presencia este martes y allí iba a concurrir toda la dirigencia del PJ. Sin embargo, la CGT puso en duda la realización del acto el martes a última hora. Luego, este miércoles, los dirigentes de la central obrera lograron ponerse de acuerdo y el acto quedó en pie. También el discurso del presidente.

Por su parte, Cristina tenía pensado hablar este viernes también para conmemorar la fecha partidaria. Sin embargo, ante la posibilidad de superponerse con el presidente, había decidido posponer un día su alocución. “Es un gesto”, explicaron a Tiempo fuentes cercanas a la titular del Senado para explicar la mudanza de fecha.

Cristina estará acompañada del intendente local Mario Secco, uno de los pocos jefes comunales kirchneristas en el interior sojero de la provincia de Buenos Aires. El acto tendrá lugar el sábado a las 17.30 en el polideportivo local. Por lo pronto, se mantiene el hermetismo sobre el contenido del mensaje.

Efectos deseados y no deseados

Los discursos de Cristina comenzaron a hacerse más frecuentes a partir de su decisión de marcar agenda en la gestión cotidiana, pero también como forma de diferenciación con Alberto Fernández y sus «funcionarios que no funcionan». Tiempo pudo saber que en un primer momento la vicepresidenta tenía pensado llevar a cabo exposiciones públicas eventuales para tomar posición sobre los grandes temas. Esperaba que sea luego la dirigencia del Frente de Todos la que pudiera tramitar las diferencias internas.

Sin embargo, el único que le hizo caso hasta el momento fue el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, quien avanzó con la famosa institucionalización del Frente de Todos y hasta invitó al presidente al acto de lanzamiento en Chaco. Nadie más levantó el guante y la vicepresidenta se vio obligada a ser ella la encargada de hacer los señalamientos públicos, sobre todo después de ver que su palabras tienen correlación con lo que luego termina por suceder en la gestión. Las últimas veces que habló la vicepresidenta, en Tecnópolis y en Avellaneda, desató el despido de Matías Kulfas y previó las nuevas restricciones de dólares para importadores.

Reducción de daños

Según confiaron fuentes del sector, el objetivo del kirchnerismo es bajar el nivel de enfrentamiento dentro del Frente de Todos, en particular entre La Cámpora y el Movimiento Evita, cuya cúpula conformada por Fernando “Chino” Navarro y Emilio Pérsico, fueron señalados por la vicepresidenta en su última intervención pública. Desde entonces, se desató una discusión sobre el uso y la gestión de los planes, pero también un operativo de reducción de daños que incluyó la visita del ministro del Interior Eduardo “Wado” De Pedro a la intendenta de Moreno y dirigenta del Evita, Mariel Fernández.

Ahora se especula con una reunión entre el “Chino” y el diputado Máximo Kirchner, a pedido del jefe de gabinete bonaerense Martín Insaurralde. Por el momento, fuentes cercanas al titular del PJ bonaerense no descartan que se produzca en los próximos días, aunque todavía no está confirmada su realización.