Mientras se tejen y destejen alianzas, se trazan estrategias y se hacen y deshacen cálculos sobre posibles escenarios entre los espacios políticos en pugna de cara al balotaje, proliferan a su alrededor lecturas sobre qué pasó el domingo y, especialmente, qué puede pasar en noviembre, en las elecciones presidenciales más álgidas y definitorias de la era democrática. Julieta Waisgold, consultora en comunicación política, aporta su análisis tras seguir el paso a paso de los presidenciables y sus campañas: “Cuesta creer que una estrategia discursiva como la del antikirchnerismo, que llevó al fracaso a Juntos, pueda conducir a (Javier) Milei al éxito”.

¿Cuánto hubo de sorpresivo en el resultado del domingo?

-Tanto ahora como después de las PASO se habló de un “cisne negro”, un resultado inesperado. Tan inesperado como posible, porque después del resultado de las PASO incluso aquellos encuestadores que estaban cerca del verdadero resultado no se animaron a ponerlo con fuerza sobre la mesa. El escenario político fragmentado seguramente contribuye a la dispersión del discurso político y a la volatilidad de las posiciones del electorado, y hace que en un terreno arenoso un resultado sorpresivo sea más posible que en uno más firme.

Foto: Diego Martinez @ildieco_diegomartinezph

¿El crecimiento de Sergio Massa tiene una explicación en el ‘voto miedo’ a Milei?

-Si bien el voto de las PASO fue un voto que marcó con claridad el pedido de un cambio, no era tan claro el contenido de ese cambio. Milei se transformó para muchos en un vehículo de ese pedido de cambio. Con el resultado de las PASO, Massa logró delinear un nuevo marco de discusión en la cancha política. Mostró que pudo llamar a nuevos votantes a elegir entre un país “normal” o un país desaprensivo y “loco”.

¿Qué camino se espera que tome el peronismo para sumar entre los votos en juego?

-Massa inició un nuevo recorrido estratégico en el camino a las generales que tuvo como eje su protagonismo y la vuelta de una renovada avenida del medio. Esta vez, con Cristina Kirchner adentro. Una avenida del medio en mando del Gobierno. Es decir, con la posibilidad de ejecutar decisiones como la del Impuesto a las Ganancias. De cara al balotaje, Massa seguramente vaya a profundizar ese posicionamiento para ir a buscar más votos blandos o no ideologizados, e inclusive más gente que no fue a votar.

-¿Y en el caso de Milei?

-El candidato tiene un dilema mayor. Seguramente vaya a buscar votos cambistas de Juntos por el Cambio, pero uno de los grandes dilemas con el que se enfrentará -además de los distintos posicionamientos internos de Juntos– es cómo hacerlo si tiene como eje la crítica a la casta y Juntos defendió durante toda la elección a esa casta.

Julieta Waisgold.

¿Qué rol tuvieron hasta acá los votos en blanco e impugnados y cómo podrían incidir en la segunda vuelta?

-Los votos blancos o impugnados son la bronca o la falta de representación manifestados de manera activa. El porcentaje de esos votos blancos o impugnados disminuyó respecto a las PASO también, porque el clima político se va recalentando cuando se recortan las opciones. Posiblemente parte de ese voto vuelva a ser llamado por los candidatos en noviembre.

Más allá de lo que pase con Juntos, se rompa o no, ¿qué análisis de puede hacer sobre su electorado: la balanza estará entre el peso del antikirchnerismo versus el miedo a Milei?

-Habrá que ver si las diferencias internas de Juntos terminan en una ruptura y la formación de nuevos espacios o en “libertad de acción” de los distintos dirigentes. Respecto a cómo quedará trazado el campo de juego discursivo, posiblemente el miedo a Milei o la conciencia acerca del riesgo de que Milei gobierne siga activándose desde las filas de Unión por la Patria. Hoy cuesta creer en cambio que una estrategia discursiva como la del antikirchnerismo, que llevó al fracaso a Juntos, pueda conducir a Milei al éxito.