La carrera hacia la Casa Rosada empezó este domingo a la noche, con los resultados puestos, cuando Sergio Massa, el candidato más votado de la jornada, sostuvo que la grieta se terminó. Este lunes empezaron los contactos con todos los sectores antifascistas que se puedan aglutinar para llegar con comodidad al 19 de noviembre cuando se tenga que enfrentar a un moderadísimo Javier Milei.

Desde temprano en el búnker llegaban buenas noticias desde todo el país. Sin embargo, pocos esperaban que el resultado terminara siendo tan contundente. Después de que se conocieran los primeros datos, que marcaban una diferencia no descontable para Milei y mucho menos para Patricia Bullrich, algunos se entusiasmaban y hasta se animaban a arriesgar que el ultraderechista se bajaba de la segunda vuelta, una repetición del arrugue de su ídolo Carlos Menem.

La letra de la canción de la militancia que agitaba que “el domingo tenemos que ganar” cambió por el pedido de triunfo en noviembre. Entre el público que cantaba “Massa presidente”, estaban las banderas de la UOCRA. Afuera cantaba la militancia del Movimiento Evita, Barrios de Pie, y algunos sectores de la CGT, en lo que puede ser una muestra de quiénes serán las organizaciones sociales que funcionarán de base política durante su eventual gobierno.

Foto: Diego Martinez @ildieco_diegomartinezph

Massa por contraste con Milei

Algunos dirigentes especulaban que el triunfo se debía a dos aspectos centrales: por un lado, Sergio Massa había encontrado el tono y, por otro, “la gente conoció a Milei, ya no funcionó la idea de votar a la opción que antes de las PASO era una incógnita”. De hecho, el último tramo de la campaña se centró en señalar las consecuencias concretas en la vida cotidiana de la eventual implementación de las propuestas del ultraderechista.

El contraste con el candidato de LLA también quedó plasmado en el discurso del candidato este domingo: “Argentina en paz, con orden, con valores democráticos, con certezas y sin incertidumbre”. La búsqueda es marcar el contraste con las características de Milei.

Massa subió solo al escenario, a diferencia de las anteriores elecciones celebradas en el Centro Cultural C, desde 2019. El mensaje de portación de jefatura política fue claro. Y habló, en un estudiado tono moderado, con la seguridad que va a ser presidente el 10 de diciembre. Agradeció a los más de ocho millones de votantes de Unión por la Patria y reconoció la “compleja y difícil situación del país”. “No les voy a fallar”, les dijo y se llevó una de las ovaciones más grandes de la noche. “Se siente, se siente, Massa presidente”, le cantaban.

La búsqueda de votos de otros sectores empezó en ese mismo discurso. “Quiero hablarle a Myriam, Juan (dijo por Bregman y Schiaretti) y a los que votaron en blanco”, comenzó, y siguió: “también a los miles radicales que valoran la educación pública, la independencia de poderes y los valores institucionales”. El público peronista militante aplaudía otra vez.

Desde el escenario, Massa repitió su propuesta de “convocar a un gobierno de unidad nacional el 10 de diciembre”, un adelanto del reacomodamiento que se viene dentro y fuera del peronismo. “Voy a convocar a los mejores sin importar la fuerza política y no por acuerdos partidocráticos”, aclaró.

Entre las consignas que enumeró se encuentran el fomento de la industria argentina “frente a la apertura de las importaciones”, “más y mejor educación pública e inclusiva” en contraposición a los vouchers, un “régimen laboral moderno que abrace la tecnología y la capacitación, sin renunciar a los derechos conquistado por los trabajadores argentinos”, agregar valor a los recursos naturales y a las exportaciones, más federalismo y coparticipación para las provincias.

Massa le habló al sector del electorado peronista enojado con el gobierno: “Esos trabajadores que saben que estamos endeuda con ellos y tenemos que mejorar el ingreso en salarios y jubilaciones” dijo y les prometió consolidar el sistema público previsional y dejar de lado las propuestas privatizadoras de las AFJP. “Voy a ser presidente el trabajo y la seguridad”, dijo con firmeza.

También contó que había recibido el llamado de presidentes y dirigentes de otros países “que miraban con enorme interés somos garantía de seriedad a la hora de establecer relaciones”.

Foto: Diego Díaz

Kicillof y la Provincia en el centro

Más allá de la performance del candidato presidencial, la elección tuvo como protagonista a Axel Kicillof, quien reeligió en el distrito electoral más importante del país y aportó un gran caudal de votos. Su discurso fue uno de los más emocionantes de la noche. “Primero la dignidad no es un negocio, segundo los derechos no dependen de la ganancia, tercero la libertad solo se alcanza cuando hay igualdad de oportunidades”. La militancia dentro y fuera del búnker lo ovacionaba.

Los y las intendentas peronistas fueron también protagonistas de la noche, no solo por haber ganado distritos sino por haber aportado al tramo nacional de la boleta. En particular, La Cámpora contabilizaba triunfos en Quilmes, Suipacha, Mercedes, Hurlingham, Colón, Carmen de Areco, Bransen, Lanús, Rosales, Bahía Blanca, Olavarría y Azul, pero el peronismo kirchnerista bonaerense sumaba Ensenada, Avellaneda, Morón, Ituzaingó, Florencio Varela y Lomas de Zamora, donde ganó Federico Otermín al rozar el 50% de los votos.

Sobre el final, Massa invitó a su compañero de fórmula Agustín Rossi y a las familias de ambos a compartir el escenario, para enfatizar una imagen que también contrasta con el entorno personal del candidato que salió segundo este domingo. Desde allí dijo: “todavía quedan 30 días para elegir entre un país que abrace a todos o el del sálvese quien pueda”.