La vicepresidenta Gabriela Michetti fue una de las principales impulsoras del rechazo al proyecto de legalización del aborto y eligió ponerse en el centro del debate este miércoles cuando le tocó conducir la histórica sesión.

Seguridad

“Quiero comentarles que el Ministerio de Seguridad nos están pidiendo que por favor terminemos antes de las diez de la noche», sostuvo Michetti en uno de sus primeros intentos por intervenir en el debate y produjo las primeras críticas duras contra la presidenta del Senado.

«Es un pelotudo, que no rompa las pelotas»

Tras interrumpir varias veces a la mendocina Pamela Verasay por extenderse en los 10 minutos permitidos, la vicepresidenta se cruzó con dos senadores de su fuerza política, quiénes le recordaban que a una legisladora anti aborto le había permitido llegar hasta los 18 minutos.

“A mí me toca conducir el debate. Si yo no cumplo las reglas, yo puedo pensar que pueden llegar a los veinte minutos», argumentó Michetti ante los reclamos de Luis Naidenoff, jefe de la bancada de Cambiemos, de que dejara cerrar a Verasay.  «Usted conduzca pero deje cerrar, presidenta», le dijo.

La respuesta de Michetti no debía ser escuchada por todo el recinto, pero dejó el micrófono abierto: «Es un pelotudo, que no rompa las pelotas”.

“Vamos todavía”

Ya en la madrugada, el micrófono otra vez le jugó una mala pasada. Cuando los 38 votos en contra impidieron la aprobación de la legalización del aborto, la vicepresidenta celebró con un “vamos todavía” que volvió a romper los protocolos del Senado.

“Verdad completa”

Otro de los cruces lo mantuvo con el senador por la Ciudad ‘Pino’ Solanas, quien le cuestionó no haber permitido que la representante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas, ingresara al recinto.

“Déjeme expresarle señora presidenta, por el respeto que le tengo, mi sorpresa y disgusto por la falta de amplitud y la descortesía que la conducción de este Cuerpo tuvo para un personaje histórico que no es igual que cualquier otro. Hace unas horas, recibí la visita en sillas de rueda bajo la lluvia de la entrañable Nora Cortiñas que quería estar presente en este debate histórico. Acudí a su estrado, se le negaba acceso, eran tan estrictas las normas que le pedí una excepción a la regla”, reprochó.

 “La fui a recibir, la saludé, estuve con ella, charle como 5 o 10 minutos, pero el tema de que esté dentro del recinto es que hay reglas que respetar y tengo que ser ecuánime con todos”. En ese sentido, le pidió que diga la “verdad completa”.