Desde que comenzó el juicio por la causa Pibes Villeros que tiene a Milagro Sala como acusada estelar, la Justicia le suspendió la prisión domiciliaria y la mandó a una cárcel de Salta donde estuvo diez días en huelga de hambre hasta que la devolvió a la casa-cárcel de El Carmen por orden de la Corte Suprema. En el mes y medio de debate, la diputada del Parlasur se descompensó y la internaron dos veces. En la última oportunidad la sacaron del hospital en pijama para llevarla directamente al juicio: las juezas del Tribunal Criminal 3 la sancionaron por inconducta por presentarse en ropa de cama. El magistrado que ejecutó esos hostigamientos es el que la tiene presa: Pablo Pullén Llermanos. Y es el mismo que a poco de comenzado el proceso por el supuesto desvío de 60 millones de pesos, le prohibió a un equipo de médicos y profesionales de la salud coordinados por el exministro de Salud de la Nación, Daniel Gollán, que le den asistencia.

«Lo que le están haciendo es una forma de tortura», dijo el médico psiquiatra Federico Kaski, integrante de ese equipo. La líder de la Tupac Amaru está detenida desde enero de 2016 y ese hostigamiento fue sistemático a lo largo de los dos años y ocho meses que lleva privada de su libertad.

Pullen Llermanos prohibió que el psiquiatra y el resto de los profesionales de la salud del equipo asistan a Sala porque no tienen matrícula provincial. El equipo de Gollán está integrado también por el médico Nicolás Kreplak, el cirujano Jorge Rachid y el psicólogo Mario Bustos. Kaski también es vicepresidente de la Fundación Soberanía Sanitaria.

Pero eso es una más de todas las arbitrariedades a las que la someten. «Está encerrada en un lugar en el que la gente que la quiere ver se tiene que anotar en un listado y al entrar es requisada, les retienen los celulares, les revisan las mochilas. Eso no pasa con la prisión domiciliaria de ninguna persona, ni siquiera de los genocidas condenados. Ahí hay una primera violación de derechos que implica un trato cruel», explicó Kaski. 

–¿No sólo sufre por ella sino también por el de los demás?

–La expone a sufrir no sólo por las cosas que le hacen a ella sino por las injusticias por las que someten a las personas de su entorno. Eso es una forma de tortura. Quizá suene un poco exagerado, pero exponer una persona a que victimicen a su familia por estar cerca de ella es una forma de tortura.

Milagro Sala enfrenta desde el 24 de julio pasado el cuarto juicio oral en su contra. Se trata de la causa conocida como Pibes Villeros, que la tiene como imputada junto a más de 30 personas, y el debate se realiza en el Tribunal Criminal Oral N° 3 que integran María Alejandra Tolaba, Claudia Cecilia Sadir y Ana Carolina Pérez Rojas.

En el mes y medio que lleva el debate, la diputada del Parlasur tuvo al menos dos episodios con su salud que obligaron a hospitalizarla. «Cuando alguien vive una situación de injusticia, ese es un motivo para que impacte en su estado de ánimo y perjudique su salud. Y ella es sometida a una injusticia detrás de la otra», explicó Kaski.

La decisión de Pullen Llermanos de prohibir el acompañamiento de un equipo de profesionales de la salud es otro paso del hostigamiento. «Es privarla del derecho a que ella elija qué personas la asistan en su salud. Una atrás de la otra, son decisiones arbitrarias que la perjudican», explicó Kaski.

–¿Cómo afecta a un paciente no poder seguir tratándose con un médico de confianza?

–El impacto no es predecible. Lo que podemos saber es que el vínculo terapéutico tiene una parte enorme basada en la relación entre el  paciente y el profesional. Y esa construcción lleva tiempo. Impedir que una persona reciba tratamiento con los profesionales con los que abrió ciertos temas es un acto de injusticia y abuso de poder.

Kaski es vicepresidente de la Fundación Soberanía Sanitaria. Hasta 2015 trabajó en el Centro Ulloa de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación en el acompañamiento de víctimas del terrorismo de Estado. El proceso de Memoria Verdad y Justicia demostró que el acompañamiento de las víctimas es clave. «Una violación a los Derechos Humanos es una situación muy traumática, porque el que te tendría que cuidar, que es el Estado, es el que está dañando, y eso tiene un impacto en el aparato psíquico de las personas que es muy potente».

–Pero la violación a los Derechos Humanos de Milagro está en curso.

–En el Centro Ulloa pensamos que eso también pasa mientras las personas responsables de los tormentos a una víctima no estén detenidas, de alguna forma el hecho sigue operando. Lo mismo que ocurre mientras un nieto está apropiado: el delito se sigue cometiendo y por ende la persona sigue siendo víctima. En el caso de Milagro esa violación es más evidente. «

Hostigamiento

24/7 – Comenzó juicio Pibes Villeros  en el Tribunal Oral N°3.

31/7 – Milagro fue encontrada inconsciente en El Carmen y Fue internada.

2/8– Los médicos del equipo de salud coordinado por Gollan reclamaron ante el juez porque les prohibieron acceder al hospital.

7/8 – Pullen Llermanos trasladó a Milagro al penal federal de Salta.

8/8 – Los abogados de Sala presentaron un Habeas Corpus en la Corte Suprema para que se cumpla el fallo de la CIDH. La líder de la Tupac inició una huelga de hambre.

14/8 – La Corte ordenó que Sala vuelva a prisión domiciliaria.