Tras idas y vueltas, incluso fuertes diferencias hacia adentro del bloque del Frente de Todos, el Senado de la Nación convirtió en ley el nuevo marco regulatorio de biocombustibles hasta 2030. La ley salió, pero con sabor a poco. Senadores del oficialismo de Santa Fe y Córdoba sostuvieron que es “una mala ley”, pero apostaron a confiar que la reglamentación del Ejecutivo garantice la rentabilidad para el sector.  

El debate comenzó el jueves por la noche y la votación se realizó por la madrugada. El resultado fue 43 votos positivos y 19 negativos, por parte de los representantes de Juntos por el Cambio, que cuestionaron la nueva norma propuesta por Máximo Kirchner, Omar Félix y Marcos Cleri. Tal como sucedió en Diputados, hubo senadores de provincias azucareras que acompañaron la iniciativa como la tucumana Silvia Elías de Pérez (UCR); y los jujeños Mario Fiad (UCR) y Silvia Giacoppo (UCR).  También hubo dos senadores que estuvieron presentes a lo largo de la jornada, pero que al momento de votar le esquivaron a la decisión y se ausentaron. Fueron el puntano Adolfo Rodríguez Saá y el jujeño Guillermo Snopek. 

Sin embargo, aprobar la nueva ley que propuso el FDT de diputados generó una fuerte disputa entre los oficialismos de ambas Cámaras que habrá que ver si se salda luego del receso invernal. Algunos vaticinan que el cuerpo legislativo que preside Cristina Fernández, en contexto de campaña y elecciones, volvería a retomar sus tareas en momentos de presentación del presupuesto, luego de las PASO en septiembre.  

Ruido interno 

La jornada se vivió con muchas tensiones y la rosca continúo dentro del bloque que preside José Mayans. El senador Roberto Mirabella (Santa Fe) no firmó el dictamen de acompañamiento a la nueva redacción del texto venido de Diputados. Y Carlos Caserio (Córdoba) manifestó su repudio la decisión de la Casa Rosada de cajonear la prórroga de la promoción actual a los biocombustibles aprobada por el Senado en octubre.  

Según pudo saber Tiempo, hubo llamados cruzados por parte del secretario de Energía, Darío Martínez, a los senadores que también habían insistido con su descontento el lunes pasado en la reunión del bloque. Allí había posturas fuertes, que proponían no incluir el proyecto en el temario hasta tanto no conocer cómo será la redacción de la reglamentación. 

Sobre todo el artículo 8 que contempla la posibilidad de bajar los cortes a 3% si considera que los precios internacionales están muy altos, sin otra fórmula que su decisión política. No sólo Cambiemos pidió su revisión sino también los pampeanos del oficialismo Daniel Lovera y Norma Durango. 

En ese sentido, Caserio aseguró en el recinto que Martínez ya le garantizó que ese 3 por ciento se borrará en la reglamentación. «Vamos a hacer algo simple. Si en algún momento se extiende al precio la materia prima tendremos el mismo valor. Por lo tanto nunca vamos a bajar de ese 6%, lo cual es bueno porque creemos que esto va a prosperar», explicó. 

Por su parte, Mirabella resaltó que su provincia tiene “el 80% de la capacidad de producción de biodiesel”. Y agregó: “Para mi provincia tiene un impacto importante si se cae la producción de biodiesel, si se reduce el corte podríamos tener pérdidas de 400 millones de dólares en la industria del biodiésel y de 360 millones en la industria aceitera de soja, además de caer la recaudación tributaria”. El santafesino dejó en claro que su voto a favor estaba sujeto al compromiso de debatir con Martínez la reglamentación y en esa instancia proponer un fondo compensador. “No es la ley que más me gusta, pero es la ley posible”, opinó. 

En tanto, la también santafesina María de los Ángeles Sacnun, autora del proyecto que fue descartado por el gobierno,  defendió el nuevo texto. Destacó que la norma anterior “establecía claramente cuál era el porcentaje de corte porque parece que lo único que discutimos es el porcentaje de corte” del 5% y “el mismo porcentaje que insertamos ahora”. 

Sacnún cuestionó la gestión del gobierno de Mauricio Macri: “Dieron el porcentaje de corte pero congelaron el precio y casi destruyen a toda la industria de biocombustibles”. 

Idas y vueltas  

La promoción del biocombustible fue creada por ley en el 2006, durante el gobierno de Néstor Kirchner, y caducó el 12 de mayo de este año, pero fue extendida dos veces por decreto presidencial y ahora tiene como fecha de vencimiento el 27 de agosto. Esa ley establecía cortes de 5%, pero con las resoluciones posteriores se elevó a 10% el biodiesel, cuyo principal centro de producción es Santa Fe. Y se aumentó al 12% el bioetanol. En el Senado se aprobó una prórroga de la norma, presentada por Sacnun, pero al girar la sanción a Diputados se propuso un nuevo proyecto.  

La iniciativa que lleva la firma del presidente del bloque, Máximo Kirchner, el santafesino Marcos Cleri, y Omar Felix, entre otros, busca prorrogar el uso del sistema de biocombustibles hasta 2030, con una reducción de corte obligatorio del 10 al 5% en la mezcla entre biodiesel y gasoil. En cuanto al bioetanol elaborado con caña de azúcar sería del 6% y el mismo porcentaje de bioetanol a base de maíz.   

El bloque opositor acusó en general al gobierno de hacer una ley para que ganen las petroleras, principalmente YPF. En este sentido, el presidente de la bancada, Luis Naidenoff denunció: “Si se reduce el valor de corte, se reduce el importe de compra de biocombustibles y lógicamente que YPF incrementa el petróleo en la refinería y así logra mejorar su hoja de ruta y sus balances a costa de aplastar a un sector”. 

Y señaló: “Es una ley que implica una mala visión para las inversiones. Creo que el Poder Ejecutivo incurre a un error porque este Senado con muy buen criterio el año pasado resolvió por el balance en materia ambiental y productiva prorrogar por 4 años. Ganar tiempo no para reducir el corte sino sostener un mercado que no se podía tirar por la borda”.