Confiados en un resultado positivo en la Ciudad de Buenos Aires, los cuatro socios de Juntos por el Cambio buscarán abrazarse este domingo a la cosecha que obtenga María Eugenia Vidal como precandidata a diputada nacional por la Capital, el territorio que controla el PRO desde 2007. El porcentaje del resultado que obtenga la exgobernadora bonaerense en estas primarias concentrará la atención de una interna tironeada por adentro con el exministro de la Alianza, Ricardo López Murphy, (Republicanos Unidos) y el exsecretario de Salud, Adolfo Rubinstein (Adelante Ciudad). Por afuera, les compite el economista ultraliberal Javier Milei, que pretende reeditar en estas legislativas la fuga de votos por derecha que logró en 2019 junto a su colega José Luis Espert, que ahora compite en la Provincia y busca ejercer la misma corrosión en ese distrito ante el fracaso de los intentos del macrismo para sumarlos a JxC.

Los números de esta jornada anticiparán cómo será la convivencia de esas fuerzas de derecha hasta las generales del 14 de noviembre. Hasta entonces, buscarán los accionistas de JxC contener las diferencias en nombre de la unidad y aprovecharán la campaña para que las costuras no queden más expuestas de lo que han quedado. Se trata del primer trajín proselitista posterior a la derrota de Mauricio Macri y Vidal en los intentos que protagonizaron en 2019 para lograr la reelección. Entre las heridas sin curar y las consecuencias de la gestión Cambiemos, la pelea de fondo de estas primarias son los posicionamientos internos para las presidenciales de 2023, donde Horacio Rodríguez Larreta quiere medirse frente a los aspirantes del radicalismo para definir el primer lugar de la lista que tendrá JxC para esa contienda.

El alcalde porteño también cerró el primer tramo de otra campaña subterránea: el primer intento para correr al expresidente del liderazgo del partido amarillo y también de la coalición opositora. El objetivo es compartido por la fundadora de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, y por el titular de la UCR, Alfredo Cornejo, pero fue cumplido a medias, porque Macri reapareció en la última etapa de la campaña para dejar en claro que si bien ya no alcanza solamente con su figura, sin él no podrán.

Así lo demostró en sus últimas apariciones donde llegó a elogiar a Milei para no perder el contacto con ese núcleo duro en disputa. La apuesta, dicen en sus oficinas de Olivos, no es para la contienda actual sino para no perder esas voluntades de ultraderecha en las presidenciales contra el kirchnerismo. El endurecimiento del discurso de JxC prefigura que el giro a la derecha de sus propias definiciones llegó para quedarse con consecuencias imprevisibles para los próximos dos años.

Este domingo, ante la polarización con el peronismo, la eventual victoria porteña de Vidal la habrá salvado de otra derrota casi segura en la Provincia que gobernó hasta 2019. Resta saber si esa reafirmación del liderazgo macrista en la Ciudad le alcanzará a la coalición opositora para equilibrar el impacto que tendrá el segundo lugar que le pronostican a Diego Santilli, en la contienda bonaerense con el neurólogo radical Facundo Manes. Ambos pugnan por la cabeza de la lista bonaerense de JxC que se medirá dentro de dos meses con Victoria Tolosa Paz, del Frente de Todos. Sin embargo, para el radicalismo bonaerense, se juega mucho más que eso, aunque el primer puesto aparezca lejano y se ilusionen con una sumatoria que, junto a Santilli, supere al peronismo.

La conducción nacional de la UCR construye a Manes como un producto electoral que podría ser útil en las presidenciales del 2023, pero no es el único. En esta contienda sirvió para alambrar y proyectar el voto radical como nunca antes había pasado en la Provincia. Los esfuerzos están concentrados en la disputa que se viene con el macrismo por la hegemonía de JxC. Será, entre otros, con el gobernador jujeño, Gerardo Morales, y con Manes, un candidato que en su estreno provincial también despertó el entusiasmo de algunos aliados macristas que están interesados en ver perder a Santilli con tal de que fracase el plan maestro que sostiene Rodríguez Larreta.

Algunos hablan de Macri, otros de su primo Jorge (el intendente de Vicente López) y hay voces que suman a Patricia Bullrich en el entusiasmo. La exministra respondió a una pregunta periodística con un sinceridicio y dijo que era mejor candidata que Vidal, luego de haber renunciado a su precandidatura para competirle ese puesto. La atención de la exministra estaría más cerca de Espert y de Milei con el mismo justificativo que deslizan cerca de Macri cuando aseguran: «No podemos dejarlos afuera en 2023».

«Facundo siempre hace una de más», se lamentó un larretista bonaerense en medio de la veda. En el equipo de Santilli, todavía no le perdonan a Manes que haya sembrado dudas sobre el financiamiento de la campaña cuando pidió que los fondos de los porteños no sean utilizados en la campaña de «El Colo». En la UCR, siguen advirtiendo sobre la «pelea desigual de David contra Goliat» que enfrentan ante el despliegue del larretismo en toda la Provincia.

En el macrismo porteño minimizan «los quejidos» de Manes, pero no le perdonarán la siembra gratuita de sospechas que podrían comprobarse con el correr de las próximas semanas. Le deparan un lugar «funcional» a partir del lunes, cuando todos los cañones están concentrados en la polarización total con el peronismo.

No son los mismos pronósticos que aguardan con Vidal. La campaña reanimó las razones originarias de JxC y ordenó las internas detrás de la confrontación con el peronismo. En el gobierno porteño, estiman que la parte más dura de la campaña terminó esta semana a los dos lados del Riachuelo y La General Paz. Sostienen que este domingo habrán concluido las competencias internas y, más allá del resultado, este el lunes empieza el momento más concreto de la polarización. «El más productivo», lo definió un funcionario porteño.

Tampoco quedan dudas sobre la eficacia de haber sumado a López Murphy para conjurar una parte de la fuga de votos por derecha, pero el exministro podría lograr a los setenta años un número que nunca obtuvo. Podría marcarle la cancha a Vidal en su regreso a la Ciudad y llegar a la Mesa Nacional de JxC como un socio de peso. Ese volumen podría condicionar a Vidal en la próxima etapa de marketing político que planifica el larretismo para el camino que termina el 14 de noviembre.

La incógnita refleja los ánimos del campamento larretista ante una precandidata que empezó atajando las preguntas por su partida de la Provincia y luego tuvo que endurecer el discurso ante la emergencia de Milei. En su entorno, sostienen que en ese momento «encontró el tono», pero en el sprint final volvió a quedar enredada. La compra de un departamento de medio millón de dólares en la zona más cara de la capital se transformó en otra incomodidad que la exgobernadora cintureó como pudo. En el vidalismo dicen que tienen el cuero duro después de la investigación judicial por los aportes truchos de la campaña 2019 y leen las revelaciones como un carpetazo del peronismo. «El problema es que tuvimos que explicarlo y no pudimos desmentirlo», se lamentó un macrista que hubiera preferido a Vidal lejos de la arena porteña.