El objetivo de Florencio Randazzo de cara a octubre es modesto y realista. El exministro de Transporte apunta a conservar lo cosechado en las PASO. Pese a lo limitado de la aspiración, alcanzarla será un verdadero triunfo ya que tanto el objetivo del kirchnerismo como del massismo es conseguir un porcentaje de los poco más de 500 mil votos que, según el escrutinio provisorio, obtuvo en las elecciones del último domingo. 

Claro que no solo deberá tratar de evitar que los votos se vuelquen a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner o Sergio Massa, sino que, además, deberá convencer a los intendentes que lo acompañaron y que ven comprometida su mayoría en los Concejos Deliberantes, de no claudicar en octubre y defender la boleta entera. Una tarea compleja. 

«Vamos a defender cada voto que conseguimos el domingo. Los votantes nuestros no son exitistas; sabían que no teníamos expectativa de ganar pero sí de empezar a poner de pie al peronismo», dijo en la semana Randazzo sin faltar a la verdad. La intención no es ganar, pero sí tener una silla en la posible renovación del Partido Justicialista.

Desde el Movimiento Evita, parte del armado de candidato a senador, no lo ven tan claro. Es que el acuerdo al que llegaron antes de las PASO puso a los militantes del espacio que conducen Emilio Pérsico y el Fernando «Chino» Navarro en lugares expectantes pero en la parte inferior de la boleta. El cálculo previo que hacían en el Evita era que si Cumplir llegaba al 8%, el espacio sumaría 60 concejales a lo largo de toda la provincia de Buenos Aires. Un hecho inédito para un movimiento social.

El corte de la boleta encabezada por Randazzo en la parte inferior fue significativo en las PASO. En algunos distritos, como Balcarce, las categorías municipales duplicaron los porcentajes obtenidos por las categorías nacionales. La escasa intención de voto que marcaban las encuestas, y que se ratificó en los comicios, fue determinante para que eso sucediera. La polarización de cara a octubre y el instinto de supervivencia de los intendentes amenaza con acrecentar el fenómeno.

En ese marco, la campaña de Cumplir se «peronizará» y planteará la reconstrucción del peronismo después de octubre. «Los que nos votaron ya sabían que no íbamos a ganar y votaron pensando en el peronismo que viene», será el eje discursivo. 

Además, se planteará que CFK opera como «un tapón» para el peronismo, que no puede ganar en octubre y mucho menos alcanzar la victoria en una presidencial. «Así como el 64% de la Provincia se expresó en contra del ajuste, el mismo porcentaje le dijo que no a Cristina», señalan. «