En medio de una disputa a matar o morir entre las dos principales coaliciones, el peronismo de la tercera vía, sintetizado en Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey, debate cómo posicionarse. Sus dos principales referentes, quienes hasta el momento no habían presentado mayores diferencias, dejaron expuesta una pequeña veta que podría evolucionar a fractura.

El jueves pasado el gobernador de Córdoba y precandidato a presidente se reunió con Roberto Lavagna y el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, en un viaje relámpago a la capital porteña. En estos encuentros, que tuvieron lugar por la tarde primero en la central empresarial y luego en las oficinas del economista, Schiaretti les planteó a sus anfitriones la posibilidad de generar un gobierno de coalición. Este “frente de frentes» tendría como principal objetivo sellar acuerdos básicos entre quienes lo compongan para lograr avances en políticas claves para la pronta salida de la crisis y el posterior desarrollo de la actividad económica.

La idea del cordobés es nuclear a todos los sectores que componen el abanico político exceptuando a los polos opuestos que son, según su apreciación, el Frente de Todos, el ala dura del PRO y la Libertad Avanza. Con este recorte, su aliado directo sería Horacio Rodríguez Larreta, quien acarrearía con él al sector moderado de Juntos por el Cambio con Gerardo Morales, Facundo Manes, Martín Lousteau y Margarita Stolbizer a la cabeza.

Esta idea, que fue bien recibida por el titular de la cámara empresarial y el ex ministro de economía, hizo que Urtubey, su único aliado oficial hasta el momento, se pusiera en alerta. El salteño salió rápidamente a rechazar la propuesta de Schiaretti y marcó nuevamente sus diferencias con la idea de polarizar la elección. “Yo no sería parte de un frente opositor en donde se junte a toda la oposición en contra del oficialismo, del mismo modo que tampoco sería parte de un frente oficialista, porque sigue la misma lógica de la grieta”, sostuvo este sábado en una entrevista.

Además, la idea de ampliar de tal forma el espacio pone en jaque la estrategia del ex gobernador de Salta: incluir un tercer nombre y competir entre sí en las PASO. De esta forma, según su visión, la nueva tercera vía podría alcanzar un piso mínimo de 10 puntos y, apelando a que se repita la situación electoral del 2003 -en donde los votos estuvieron divididos en, al menos, cinco grandes coaliciones y la porción de porcentajes no superaba los 24 puntos para el ganador- el triunfador de las primarias del peronismo podría disputar el tercer lugar con el partido libertario y convertirse en un espacio de peso a nivel nacional. De seguir la estrategia del cordobés, esta profecía no podría cumplirse.

Ante esta reacción de Urtubey, a la que califican como “esperable”, desde el círculo del gobernador afirman que la decisión del salteño de salir a diferenciarse de su socio electoral responde al “enojo” que generó la mejora de Schiaretti en las encuestas y el protagonismo que tomó en las últimas semanas tras confirmar su candidatura presidencial. Además, afirman que el gobernador hizo una “mala lectura” de la propuesta ya que esta idea se expande más allá de los protagonismos.

En mayor profundidad, desde Córdoba explican que la decisión del Schiaretti de ampliar se debe a la latente posibilidad de que Patricia Bullrich sea la ganadora de la interna contra el jefe de gobierno porteño y que Javier Milei obtenga más votos de los esperados. “El gobernador busca ser disruptivo. Y hoy serlo significa agitar la panera para que algunos se den cuenta lo que se les viene si cualquiera de estos dos personajes gana la elección”, exponen. Con este argumento, entonces, el enojo de Urtubey es relegado al mero temor de quedar a la sombra de una posible alianza electoral entre el cordobés y el porteño que lo deje de lado en la foto de portada.

Si bien en el círculo del gobernador insisten en que no existe un ofrecimiento formal para una eventual fórmula conjunta, y descartan por completo la idea de que el schiaretismo compita dentro de JxC, no desmienten el acercamiento con el jefe de gobierno. Sin embargo afirman que la posibilidad de efectuar el gobierno de coalición es el último paso de un largo sendero que comienza con la idea de acordar un programa de gobierno. Esto con el objetivo de garantizar la futura aprobación de leyes básicas que permitan avanzar en el reordenamiento social. “Pueden tener a los mejores funcionarios, pero si el Congreso está frenado, no te sirve de nada. Esta situación merece más que un acuerdo electoral, es necesario tener un armado político más plural para que las cosas funcionen”, sostiene un asesor del gobernador, en sintonía con el discurso de Larreta en la Bolsa de Comercio de Córdoba, quien insistió en la idea de ampliar la coalición.

Aunque el jefe de gobierno es quien más suena como aliado, un asesor del gobernador no escatima en nombres a la hora de formar un posible binomio presidencial. “Mantenemos diálogo con Manes, Morales y hasta con Emilio Monzó. Si se arma una alianza electoral, no vamos a circunscribirla sólo a Larreta. Estamos hablando con todos. Queremos hacer una réplica del abrazo entre Alfonsín y Duhalde, que fue lo que nos hizo salir de la crisis del 2001”, cierra

Si bien no esconden su enojo con Urtubey, un legislador cercano a Schiaretti confirmó a Tiempo que en las próximas horas habrá una reunión entre ambos líderes para intentar apaciguar el inicio de esta interna. Pero, aunque se espera que el gobernador escuche el reclamo de su compañero de espacio, el cordobés y su proyecto de ampliación masiva se coronarían ganadores de esta contienda entre provincias.