Un aula donde cada rincón, desde el pizarrón hasta los escritorios, está impregnado de olor a tierra húmeda. Un laboratorio científico donde los armarios rebalsan de perejil, albahaca y rabanitos. Para impulsar un cruce necesario entre los saberes académicos y los conocimientos rurales, la Unión de Trabajadorxs de la Tierra (UTT) presenta en sociedad el Centro de Estudios de la Tierra, un espacio de reflexión y construcción de teoría que buscará materializar simbólicamente alguna de las imágenes anteriormente mencionadas.

El primer impulso para darle forma a este espacio fue, como dice el referente de la Coordinación Nacional de la UTT, Agustín Suárez, consolidar la propia historia de la organización. “Con los años fuimos acumulando bastante experiencia y conocimiento en distintos ejes de trabajo, como la agroecología, la comercialización o cuestiones de género en el campo. Pero nos pasaba que nos costaba sistematizarlo para contárselo a otros o para tenerlo como hecho histórico nuestro, como referencia, e ir contando nosotros mismos qué es lo que hacemos, quiénes somos y qué visión tenemos”.

La UTT tiene centros del formación en varios puntos del país.
Foto: Prensa UTT

Entre la práctica diaria en los territorios campesiones y la investigación científica aparecen no sólo posibles líneas académicas de trabajo sino también tensiones políticas. Hace más de medio siglo, la llamada Revolución Verde impuso un paquete tecnocientífico en la producción rural que contaminó los suelos con sus agrotóxicos y también las currículas universitarias con su lobby. Por eso Suárez lanza algunas preguntas: “¿Para quién van a investigar en la Academia? ¿Para las corporaciones o para el sector campesino, pequeño productor y las cooperativas de alimento? Si nosotros no le mostramos un camino alternativo basado en nuestra propia experiencia, la Academia va a hacer su rumbo con sus condicionamientos”.

Gloria Sammartino es antropóloga y forma parte del nuevo Centro de Estudios de la Tierra. En su doble rol de mujer de ciencia y dinamizadora de saberes campesinos, dice: “Creemos muy importante la articulación con la Academia y los distintos espacios institucionales que hace muchos años trabajan las temáticas de la soberanía alimentaria y la agroecología. Necesitamos construir, fomentar y consolidar estos espacios”.

El acto inaugural de este Centro de Estudios será en la huerta urbana agroecológica “Margarita”, en el patio de Nutrición de la Facultad de Medicina de la UBA (Paraguay 2155), el próximo jueves 29 de junio a las 15.

La tierra sabe y enseña

Uno de los mayores orgullos de la organización en términos de saberes rurales es el Consultorio Técnico Popular (CoTePo), donde se articulan los conocimientos entre compañeros y compañeras en un esquema de formación hacia adelante: quien recibe los saberes está en condiciones de compartirlos con otros y otras. De esa manera fueron expandiendo la agroecología en los territorios. Suárez señala: “La primera iniciativa del Centro de Estudios de la Tierra es armar un cuadernillo o un libro rescatando todo el recorrido del CoTePo. La metodología que usamos que no fue azarosa, no fue casualidad, por eso queremos sistematizar ese conocimiento”.

Otra pata a desarrollar es la vinculada con la comercialización, un estandarte de la UTT que se potenció favorablemente con la pandemia. “Toda la experiencia de todos estos años de venta directa del productor al consumidor, del empoderamiento de la organización, de poder comercializar la propia producción, es un punto a resaltar”, dice el referente. El rol de la UTT es tan protagónico en este aspecto que ciertos protocolos que utiliza el Estado para comprar productos frescos fueron desarrollados por la organización.

La UTT desarrolló una cadena de comercialización que va directo del productor al consumidor.
Foto: Prensa UTT

También buscan fortalecer una línea de investigación que aporte “datos duros para la discusión política”. Por ejemplo saber cómo está distribuida la población rural, cuántas hectáreas y familias están produciendo de manera agroecológica (sin el paquete de químicos), quiénes son los dueños de la tierra. “Para fortalecer nuestro discurso político necesitamos números, datos, que muchas veces cuesta encontrarlos, no están”, explica Suárez.

Lejos del paradigma de la ciencia que impone una única verdad sobre los modos de producción (como sucede desde hace años en la carrera de Agronomía, copada por el lobby agroindustrial), el Centro de Estudios de la Tierra habilita nuevos cruces entre distintas disciplinas para construir conocimiento con un fin social. “Ahí es donde vamos a convidar a la Academia con nuestras prioridades y nuestros ejes de trabajo, y todas las universidades, academias, instituciones que puedan, quieran o que ya estén trabajando estos ejes, vamos a poder articular y coincidir en algunos de estos puntos para trabajar en conjunto y sistematizar los conocimientos”.

En medio de los preparativos para el lanzamiento del Centro de Estudios, en la UTT ya delinean nuevos lanzamientos editoriales, cátedras de saberes rurales populares, y hasta una Universidad campesina. Porque, se sabe, la tierra provee alimento y también hace brotar ideas.