Las barras son las dueñas del fútbol. Una vez más la violencia y la impunidad se cobran otra vida en una cancha del fútbol argentino al confirmarse la muerte del hincha de Belgrano de Córdoba a 9.20 de este lunes.

Los hechos de violencia ocurrieron el sábado en el marco del clásico ante Talleres. Allí Emanuel Balbo resultó gravemente herido al ser arrojado al vació desde una tribuna del estadio Mario Kempes. Por lo ocurrido, la justicia ya tiene detenidos a cuatro personas vinculadas al hecho y fueron imputados por homicidio agravado por la fiscal de la causa Liliana Sánchez.

Si bien en un primer momento había trascendido que se trataba de un hincha de Talleres que se había infiltrado entre la parcialidad local, gracias a la declaración de un amigo de la víctima que lo acompañó a la cancha se supo que el hecho se produjo cuando Balbo identificó entre los fanáticos a Oscar Eduardo “Sapo” Gómez, de 31 años, quien fue acusado de participar en una picada con un auto, atropellar una moto y matar a Agustín “Didi” Balbo, de 14 años, hermano de Emanuel, en 2012.

El joven Balbo, de 22 años, luchó por su vida tras sufrir un fuerte traumatismo de cráneo al caer al vacío. Los médicos anunciaron que tiene muerte cerebral y su estado es irreversible.

La familia Balbo no tiene consuelo. “Me mató a un hijo y ahora me está por arrebatar otro”, señaló el padre, Raúl Balbo, sobre el “Sapo” Gómez, presunto instigador de la brutal golpiza, horas antes de conocerse que su hijo había fallecido.

«Como Oscar Gómez es poco hombre como para defenderse solo, incitó a todos los que estaban con él a pegarle a mi hijo y hacerle lo que le hicieron, diciendo que era hincha de Talleres. Gómez es uno de los que mató a mi hijo. Venía corriendo picadas con otro auto, se lo llevaron por delante y me lo mataron, a él y al amigo», agregó.