El genocida Miguel Etchecolatz seguirá tras las rejas luego de que los jueces de la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal rechazara por voto unánime de sus miembros el pedido de prisión domiciliaria en la causa Puente 12, la última de las cuatro condenas a perpetua que recibió el ex mano derecha del general Ramón Camps en la provincia de Buenos Aires durante la última dictadura cívico militar.

El ex comisario que fue director general de Investigaciones de la policía bonaerense y estuvo a cargo de los centros clandestinos de detención y tortura que funcionaron en la División Cuatrerismo de la Brigada Güemes, en La Matanza, y en la Comisaría 1ª de Monte Grande, en el partido de Esteban Echeverría, había solicitado el arresto domiciliario por padecer problemas de salud. Sin embargo, el juez Javier Carbajo argumentó en el fallo que “las dolencias que padece el interno Miguel Osvaldo Etchecolatz pueden ser tratadas en la unidad penitenciaria en la que se encuentra (HPC Ezeiza) puesto que los cambios de su salud fueron propios del paso del tiempo y no obedecieron a una inadecuada atención médica intramuros o al encierro carcelario”.

La decisión, que fue acompañada por las firmas de Gustavo M. Hornos y Mariano Hernán Borinsky, explicita que “en consecuencia, su situación no encuadra dentro de los supuestos legales que tornan viable el arresto domiciliario”.

El fallo se dio a conocer cerca de una fecha emblemática, a casi una semana de un nuevo aniversario de la desaparición de Jorge Julio López (18 de setiembre de 2006), quien fue secuestrado por segunda vez un día antes de testimoniar contra Miguel Etchecolatz. 

En la causa Puente 12, Etchecolatz, fue condenado a perpetua por ser autor inmediato penalmente responsable de homicidio agravado por alevosía, violación en grado de tentativa, abuso deshonesto, tormentos, y privación ilegal de la libertad agravada por violencia y amenazas.