La defensa de la diputada del Parlasur, Milagro Sala, presentó una recusación contra el juez Pablo Pullen Llermanos, luego de tomar conocimiento de la interposición de un habeas corpus por parte de un detenido, Fabián Ávila, quien acusó al magistrado de instigarlo a denunciar a la dirigente social a cambio de otorgarle la libertad. Los abogados ya habían presentado otra recusación contra el juez a partir de declaraciones públicas en las que calificaba sin ninguna prueba a la Tupac Amaru como una organización mafiosa a la que “estaba combatiendo”, cuando su función es investigar y asegurar a los ciudadanos la posibilidad de ser juzgados por un juez imparcial y con todas las garantías constitucionales.

Fabián Ávila está preso en la causa que se conoce como “Ávila – Páes” en la que se investiga un hecho ocurrido el 27 de octubre de 2007 en el que dos bandas habrían intentado con arma de fuego matar a Alberto Cardozo en el Barrio San Francisco de Alava. En el enfrentamiento fue herida una menor de 11 años. Por los hechos ambos fueron procesados en primera instancia por lesiones culposas y abuso de armas. Mientras Ávila fue detenido en la vía pública, el segundo permaneció prófugo hasta mediados de febrero de 2016, cuando fue capturado en Salta y trasladado a la provincia. En el expediente, cinco testigos, tres de ellos policías, declararon haber visto a Páes bajar del auto y disparar en contra de Cardozo junto con Ávila. Sin embargo, para el juez Pullen Llermanos, la sola declaración de Páes negando los hechos fue suficiente para otorgarle primero la prisión domiciliaria, a pesar de no cumplir con ninguno de los requisitos legales, y luego dictar su sobreseimiento.

En la declaración realizada el 22 de septiembre de este año, en el marco de la presentación del habeas corpus, Fabián Ávila señaló que cuando se encontraba en el Servicio Penitenciario apareció el doctor Pullen Llermanos y le dijo que colabore en la causa, que la bronca no era con él, que no lo querían preso a él sino a la señora Sala. “Le dijeron que colabore para irse en libertad, pero él respondió que por qué iba a decir algo que era mentira”. Y añadió que “lo fueron a ver dos veces al penal diciéndole que si sabía algo que colabore, que si tenía gente en la calle que ayudó, que con él no era el problema, que el problema era con la Sra. Sala. Y él volvió a repetir que no tenía contacto con la Sra. Sala”. Por otra parte, le había manifestado al juez que él “no tenía pacto de silencio con nadie”. Cuando lo detuvieron, expresó, hacía cinco años que no tenía contacto con Sala y al día de hacer la declaración ya eran siete años sin relación con la dirigente.

Analía Tolaba, la compañera de Alberto Cardozo, que a pesar de haber sido la víctima del ataque también fue detenido en el marco de esta causa, ya había denunciado que a su marido lo habían torturado y extorsionado para que denunciara a Sala como la instigadora del hecho. Incluso, la denuncia la realizó ante la delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que visitó el país en mayo de este año.

Además de las recusaciones presentadas en la justicia local, Pullen Llermanos fue denunciado junto al juez Gastón Mercau por prevaricato ante la justicia federal por la creación de una prisión “sui generis” contra Milagro Sala.