En vísperas de las PASO provinciales de este domingo, en el panperonismo santafesino no niegan la centralidad que sumó la disputa interna de Juntos por el Cambio, pero por la virulencia de sus acusaciones y las amenazas veladas de ruptura. En esta oportunidad la candidatura a gobernador de Santa Fe de Unión por la Patria será disputada por cuatro precandidatos, con la misma dispersión de la oferta electoral que marcó la suerte del PJ en Mendoza. La diferencia es que el peronismo en Santa Fe es oficialismo y peleará con pronósticos adversos para intentar la continuidad después del gobierno de Omar Perotti, que en esta elección se postulará como diputado. El mandatario busca construir una retaguardia en la Legislatura como oposición a un eventual gobierno de JxC y volver a presentarse para la gobernación en 2027.

Las aspiraciones que se respiran en cada rincón del peronismo santafesino son moderadas. En los campamentos electorales no hablan de victoria. Se enfocan en el porcentaje de la desventaja que podrían arrojar las urnas este domingo y en la performance que tenga cada uno de los competidores del PJ. Si la diferencia es de un dígito o si llega a los siete puntos, las perspectivas son más alentadoras. Pero si el margen es mayor, será más difícil impedir una derrota en las generales del 10 de septiembre.

Perotti impulsa como su sucesor al senador y periodista Marcelo Lewandowski, pero para llegar a esa candidatura primero deberá medirse con el diputado nacional Eduardo Toniolli, del Movimiento Evita; con su compañero de bancada Marcos Cleri, de La Cámpora y con Leandro Busatto, que pertenece a La Corriente Nacional de la Militancia, liderada por el jefe de Gabinete y precandidato a vicepresidente Agustín Rossi.

El gobernador saliente puso a Lewandowski con la misma estrategia que utilizó hace cuatro años y se muestra distante del kirchnerismo. Ahora les toca enfrentar a una coalición opositora que se unió para propinarles una derrota, pero que por la dureza de la contienda se desdibuja, a pesar de los números que la favorecen.

El delfín de Perotti asoma como el que más chances tiene para sumar votos indecisos y no convencidos. Lo beneficia su nivel de conocimiento como periodista y también impermeabilizarse de la interna nacional del peronismo, casi como hizo el cordobés Juan Schiaretti durante años, hasta que aceptó que Horacio Rodríguez Larreta anticipara el operativo para pactar un acercamiento con JxC y se dañó la estrategia cordobesista. Los tres precanidatos que compiten con Lewandowski parecen disputar el mismo voto progresista y kirchnerista de la provincia. Pero exhiben un nivel de unidad que les permitió mostrarse juntos durante toda la campaña y garantizar que desde este domingo harán proselitismo por quien resulte ganador, un atributo que al cierre de esta nota no está asegurado en JxC.

En UP hablan de una interna «amigable» sin heridos. La disputa mas fuerte es por la gobernación y se diluye en la categoría para diputados nacionales. La provincia renueva diez escaños en esta oportunidad y hubo acuerdo para una lista de unidad que encabeza Germán Martínez. Es el actual titular del bloque del FdT en la Cámara Baja y mano derecha de Rossi.

La coyuntura provincial está marcada a fuego por la crisis de seguridad, vinculada a la expansión de las redes de narcotráfico. Es uno de los disparadores de las críticas contra la gestión de Perotti, pero también el caldo de cultivo para la campaña de mano dura que el duelo Losada-Pullaro busca capitalizar. Los dividendos están en duda porque ninguno de los contendientes alcanza a medir claramente el nivel de corrosión que les provocan los revoleos de acusaciones sobre presuntos vínculos con el narcotráfico. Para evitar que ese ácido los salpique, los contendientes del panperonismo prefieren calcular el nivel de la desventaja y prepararse para lo que viene que profundizar las diferencias internas.

Lewandowski encabeza como precandidato a gobernador una lista que en la categoría para la Legislatura lleva a casi todo el gabinete provincial de Perotti y arranca con el gobernador saliente en la primera candidatura. Si este domingo quedan ungidos buscarán construir una oposición estructurada en la Legislatura. Si hay corte de boleta el 10 de septiembre y el peronismo se impone en esa categoría, podrían quedarse con 28 de los 50 escaños y controlar la primera minoría frente a una eventual gobernación de JxC.

El comportamiento electoral del mundo rural santafesino podría reforzar el peso del radicalismo a favor de Pullaro. Sin embargo en Rosario, donde gobierna el radical Pablo Javkin, se dispararon los interrogantes. Hace cuatro años Javkin terminó con tres décadas de predominio socialista y ganó por pocos puntos. Ahora podría perder la intendencia a manos de un peronismo que se debate en dos grandes precandidatos. Roberto Sukerman estuvo a un paso de ganar la Ciudad hace cuatro años y ahora compite internamente con el concejal de Ciudad Futura, Juan Monteverde, que es aliado del Movimiento Evita. Sukerman aparece con chances de traccionar indecisos y desencantados, mientras que Monteverde consolida una oferta electoral construida por movimientos territoriales y sociales con un nivel competitivo que no se ve en otros distritos del país. Una foto distinta asoma en la Ciudad de Santa Fe, donde el socialista Emilio Jatón aparece como favorito y los competidores peronistas no logran ser un obstáculo para evitar ese predominio.