Leandro Santoro busca romper la hegemonía del PRO en la Ciudad tras 18 años de triunfos amarillos. El candidato aspira a conseguir el 30% de los votos válidos y llegar a la segunda vuelta. Para eso debe sostener al electorado propio y pescar entre los simpatizantes de Martín Lousteau.

Santoro necesita una doble hazaña. La primera es meterse en el balotaje porteño tras las Paso. En esa instancia Juntos consiguió el 55% de los votos, una marca que dejó a Jorge Macri al borde de ganar en primera vuelta. Le segunda sería imponerse en un eventual balotaje, pero el candidato de origen radical reniega de la palabra «imposible».

Una parte del milagro depende de él, la otra de los votos que Ramiro Marra pueda robarle a Jorge Macri, que parte como favorito. Es cierto que el oficialismo se quedó con más de la mitad de los votos en las primarias, pero será muy complejo que pueda sostener ese caudal.

En las 15 comunas porteñas se registró una diferencia de 45 mil votos entre quienes eligieron a Lousteau y también a sus comuneros, contra los que cortaron boleta. Se supone que se trató del «voto táctico», militantes del peronismo que buscaron incidir en la interna oficialista para correr al PRO de la Ciudad.

Es un buen punto de partida para Santoro, que buscó convencer a los votantes de Lousteau con algunas propuestas de campaña que había formulado el senador. En cada uno de sus discursos, el candidato de Unión por la Patria intentó captar al electorado del centro de la Ciudad que no tiene demasiada afinidad con el ala dura del PRO.

El origen radical de Santoro fue uno de los elementos que ponderó el peronismo a la hora de ungirlo candidato. Una foto con Matías Lammens, Claudia Neira -del espacio de Juan Manuel Olmos- y Graciana Peñafort mientras aún se esperaba la decisión de Cristina despertó algunos resquemores al interior del PJ porteño. La definición se estiró, pero el diputado se terminó imponiendo.

“El voto por Jorge o Lousteau es sobre todo anti kirchnerista”, piensan en Juntos. Para salir de esa trampa discursiva, Santoro se inclinó por presentar soluciones a los problemas habitacionales que aquejan al 40% de los habitantes de la Ciudad. Es una problemática que el macrismo no tuvo demasiado interés en resolver.

En sus presentaciones, el diputado denunció los “negociados” inmobiliarios de la Ciudad y prometió investigar las ventas de tierras que favorecieron a los principales desarrolladores del real estate, codiciados terrenos que fueron abonados a dólar oficial y, muchas veces, en cómodas cuotas.

«En los últimos 10 años se han construido más de 11 millones de metros cuadrados y al mismo tiempo tenemos 300 mil departamentos vacíos, 300 mil personas viviendo en villas, 10 mil personas viviendo en situación de calle. El 40% de la población hoy alquila», dijo el candidato en su cierre de campaña.

En 2019 Lammens obtuvo el 35% de los votos, pero no pudo evitar el triunfo de Horacio Rodríguez Larreta con 55 puntos en primera vuelta. En ese momento la elección estaba polarizada entre el PRO y el peronismo, con Mauricio Macri y la fórmula Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

La irrupción de Javier Milei produjo que parte del electorado de derecha se inclinara por los libertarios. En la primera vuelta Ramiro Marra obtuvo el 13% de los votos, pero todo indica que incrementará su caudal en las Paso.

Cerca de Santoro ven posible subir de los 22 a los 30 puntos, lo que le garantizaría a Unión por la Patria entre 9 y 10 legisladores de la lista encabezada por el ministro de Turismo. La cifra impacta en medio del descalabro económico y en el PJ creen que sería un milagro sostener ese caudal de votos. Santoro no pierde la confianza y busca desterrar la palabra “imposible” del peronismo porteño. «