Dos testimonios se escucharon este martes en el marco de la audiencia 86, que fue semipresencial, del Juicio Brigadas. Un sobreviviente que pasó por el Pozo de Quilmes y el de Banfield relató cómo fue la previa al secuestro y el cautiverio. El proceso continuará la semana próxima con la inspección ocular del centro clandestino de detención ubicado en las calles Siciliano y Vernet, conocido también como “la maternidad de la dictadura”.

Fausto Humberto Bucchi dio precisiones sobre un procedimiento realizado en diciembre de 1977 en un edificio ubicado en Vicente López, donde fue secuestrada una pareja de uruguayos. “Voy a hacer un ejercicio de memoria porque pasaron muchos años pero sí participé de una situación en la cual gente armada se hizo presente en el hall de entrada cuando yo estoy llegando a la noche. También me retienen a mí. En esa espera que tuve que hacer en el hall vi como se llevaban a una persona detenida, esposada, y se llevaban algunas cosas en el ascensor”, señaló.

“Un vecino que trabajaba en la Armada se hizo responsable de mí y pudimos entrar al edificio, por lo que perdí contacto con esa situación. Al otro día, como yo era vicepresidente del consorcio, el portero me dijo que le habían dejado a la criatura que estaba con la pareja (Edmundo Sabino Dossetti Techeira e Ileana Sara M. García Ramos) que se habían llevado. Se llama Soledad Dossetti, que tendría 8 o 9 meses en esa fecha. Nos hicimos cargo provisoriamente”, precisó a continuación. Ella ya declaró en este juicio.

Le envió una carta a las abuelas que vivían en Uruguay y al tiempo, las dos arribaron al país. “Después de un tiempo le otorgaron la tenencia a la abuela. La alojamos en una pensión de la calle San Lorenzo y Maipú y después perdí el contacto cuando se la llevaron a Uruguay”, comentó el hombre, quien declaró en la Conadep y un juicio que se llevó a cabo en Roma, Italia.

El segundo testigo fue el sobreviviente Diego Barreda, quien se hizo presente en La Plata. “He sido secuestrado en el año 1978”, se presentó. Su relato comenzó un tiempo antes del secuestro: explicó que era estudiante de Cinematografía en Bellas Artes pero dejó la carrera para trabajar en el Astillero Río Santiago.

“Fue tomado por la Marina y la fila de trabajadores que cuatro días después del golpe intentaban volver al trabajo eran tamizadas por la Marina y una buena cantidad de militantes fue directamente tirada arriba de camiones. Yo me presenté y mis compañeros me dijeron que me fuera porque estaba en la lista que secuestraban ahí. A los días, misteriosamente pude ingresar y estuve trabajando casi un año, hasta que hubo un conflicto sindical por un reclamo de horas extras, que encabecé yo, y al poco tiempo me dieron la baja”, relató.

Finalmente, fue despedido y estuvo desempleado un tiempo hasta que comenzó a trabajar en una metalúrgica de Villa Elisa y un día antes de que se cumplieran los tres meses, fue despedido nuevamente y comenzó a trabajar por su propia cuenta como albañil en Ensenada. Volviendo de este trabajo, fue secuestrado el 14 de julio de 1978 en la calle 12 y 510 de Ringuelet.

“Me tabicaron, me esposaron y me tiraron arriba de la camioneta. Caí arriba de alguien y fuimos a parar a lo que -después supe- era el Pozo de Quilmes”, continuó Barreda, y explicó que la camioneta ingresó por una rampa hacia abajo y después de escuchar “gritos y alaridos de gente que estaba siendo torturada”, le tomaron la presión. “Voy a la famosa parrilla, atado”, apuntó. Luego, fue trasladado al Pozo de Banfield.

Comentó el nacimiento de Victoria Moyano Artigas, hija de María Artigas, quien declaró en una audiencia anterior. La beba nació en la cocina. “María gritaba que quería verla, estaba tabicada, y no la dejaron. A la mañana siguiente, María no estaba. No apareció nunca”, lamentó. La nena fue apropiada y recuperó su identidad el 31 de diciembre de 1987.

Diego fue “blanqueado” -luego de más de tres meses de detención ilegal- y trasladado a Villa Devoto y finalmente recuperó su libertad.