El agro ante su encrucijada: con el “populismo” estábamos mejor

Se terminó el romance entre el sector agropecuario y el presidente Javier Milei. El único nexo que queda entre las entidades del “campo” y el gobierno es el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino. La mayoría de los productores agropecuarios que votaron a este gobierno –ya sea por convicción o por antiperonismo– se fueron desenamorando del proyecto político libertariano.

Milei tiene la necesidad de que los productores vendan sus granos. Necesita que las agroexportadoras liquiden divisas y que esto permita un ingreso de dólares que sirva para mantener el tipo de cambio en valores bajos dentro de la flotación, que tiene un piso de 1.000 pesos por dólar y un techo de 1.400.

Los únicos que podrían darle una satisfacción al presidente son los productores chicos y medianos que están en plena cosecha y tienen que liquidar sus granos para cancelar compromisos, ya que siembran endeudándose y se comprometen a pagar los insumos en la cosecha.

En cambio, los grandes productores y pooles de siembra solo van a vender lo que necesiten para gastos corrientes. Con el resto de los granos van a esperar que se llegue al techo de la flotación.

Hoy el sector agropecuario está terminado de cosechar soja y comenzó a sacar números para sembrar trigo en junio y julio.

En esta campaña fina, se estima menos siembra de trigo y con un paquete tecnológico más económico por los altos costos de implantación. A este escenario se le suma el nuevo aumento de las retenciones a partir del 1 de julio, en medio de la siembra del trigo, donde volverían a ser del 12 % (recordemos que se había reducido a 9.5 %).

La realidad es que las retenciones hoy son el mal menor del sector agropecuario. Los alquileres, los insumos, los fletes y las labores dolarizadas son el principal problema del negocio agrícola.

Como productor agropecuario, en estos días me encuentro sacando números para la próxima siembra de trigo. Aproveché para buscar en mi archivo y recordar cómo era el negocio del trigo en aquellos tiempos de “gobiernos populistas”.

En este cuadro comparativo podemos ver claramente los siguientes puntos:

• En los años 2005 y 2015, con retenciones del 20 % y el 23 % en trigo, tuvimos una rentabilidad del 16 y 17 %. Hoy, con una retención del 12 % (un 50 % más baja que en aquellos años), estimamos una ganancia solo del 5 %, tres veces menor a la ganancia que tuvimos en los años kichneristas. Eso demuestra que, cuando se quitan las retenciones, ese ingreso extra no lo percibe el productor: se lo queda el dueño de la tierra y las multinacionales vendedoras de insumos.
• Sumado a esto, en los años de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, el precio internacional del trigo era un 50 % y un 17 % más bajo que los valores actuales.

En conclusión: con gobiernos “populistas”, teniendo precios internacionales de trigo casi un 50 % más bajos a los actuales y con mayores retenciones que las actuales, teníamos una rentabilidad tres veces más alta a la que estimamos para esta campaña.

¿Quiénes se quedaron con la renta del negocio agropecuario en estos últimos 20 años?

• Los dueños de la tierra, aumentando el alquiler un 20 %.
• Las empresas multinacionales vendedoras de insumos, aumentando en promedio sus insumos un 75 % en dólares.
• Las grandes petroleras, aumentando el precio del gasoil, encareciendo los fletes y las labores.

Por eso es importante discutir un control de precios de insumos, una ley de alquileres agropecuarios y segmentaciones de retenciones dependiendo del tamaño del productor y de la fecha de venta de la producción (los productores chicos siempre venden en cosecha). Con esto, el que especula tendría que pagar una mayor retención.

De este modo queda en claro que la actual “libertad de mercado” generó un aumento de los costos de producción, siendo la rentabilidad tres veces más alta con gobiernos “populistas” que hoy con un gobierno “libertario”.

* Ingeniero agrónomo y productor agropecuario.