El Fondo de Población de las Naciones Unidad (UNFPA), agencia de la ONU que trabaja por los derechos sexuales y reproductivos y el fin de las violencias de género, elaboró un informe en el que se determinó que 43.210 adolescentes de entre 15 y 19 años tuvieron un hijo o hija en 2022. De ellos, 5 de cada 10 embarazos fueron no intencionales.
El dato no sólo da cuenta de la falta de acceso a la información y métodos anticonceptivos, sino que también tiene que ver con el impacto en la trayectoria vital, porque restringe sus oportunidades educativas y laborales.
Según el estudio Consecuencias socioeconómicas del embarazo en la adolescencia en Argentina publicado por UNFPA, el 38% de las adolescentes que tienen un hijo a una hija no logra completar la secundaria, en comparación con el 55% de las jóvenes que postergan la maternidad hasta la edad adulta.
Además, apenas un 1% de las primeras accede a la universidad, mientras que el 5% de las segundas lo logra. Estas desigualdades evidencian las barreras que enfrentan las jóvenes madres en términos de educación y desarrollo académico.
“El embarazo en la adolescencia no solo afecta a las jóvenes individualmente, sino que también genera impactos socioeconómicos a nivel estatal y comunitario. El empleo precario o la desocupación son comunes entre las madres adolescentes, lo que contribuye a la inequidad social y de género”, señaló Mariana Isasi, jefa de oficina de UNFPA Argentina.
Por otro lado, y en base al mismo informe de UNFPA, agregó que en 2019 “se destinaron 140 millones de dólares a la atención del embarazo en la adolescencia, recursos que podrían haberse reinvertido en programas de prevención. Además, los costos socioeconómicos asociados al embarazo adolescente y la maternidad temprana ascienden a 568 millones de dólares”, dijo.
Hablar claro
Ante esta problemática, UNFPA junto con el Consejo Publicitario Argentino (CPA) lanzaron la campaña “Una charla más fácil”, una iniciativa que busca sensibilizar a padres, madres y referentes afectivos de adolescentes sobre el impacto positivo de generar espacios de conversación que aborden la salud sexual y reproductiva sin prejuicios y tabúes. La campaña cuenta con la creatividad de VML Argentina y el apoyo de Brand Partners en la estrategia de PR.
La responsabilidad de prevenir el embarazo no intencional en la adolescencia no debe recaer solo en los adolescentes y sus familias: es necesario un compromiso por parte de toda la sociedad. Es fundamental que centros educativos, organizaciones de la sociedad civil, organismos internacionales, la academia y el sector privado trabajen en conjunto para crear un entorno que favorezca la educación en materia de salud sexual y reproductiva y en la implementación de políticas específicas en este tema, con especial foco en quienes integran las poblaciones más vulnerables.
“A su vez, la vergüenza y la falta de conversación muchas veces hace que las y los adolescentes no accedan a información sobre cuidados adecuados a su edad que puedan contribuir con la prevención del embarazo no intencional. Por eso también presentamos una web para que las familias tengan datos para que esas charlas sean más fáciles”, concluyó Isasi.