Mariano Recalde fue uno de los senadores de Unión por la Patria que se reunió con la CGT antes de que los sindicalistas fueran a Casa de Gobierno. Destaca el rol de unidad de la central y en medio de la embestida de Javier Milei contra los derechos laborales, propone bajar la jornada de trabajo. También destaca el papel dirigencial de Cristina y propone dejar de criticarse entre compañeros «desde canales de televisión».

«Nosotros no andamos señalando ni defectos, ni criticando compañeros con los que podamos tener diferencias, nosotros estamos mirando lo que hace Milei, lo que hace el macrismo y cómo generamos una alternativa a eso», sostiene.

Esta semana, los distintos sectores del peronismo porteño sellaron un acuerdo de unidad para renovar las autoridades del Partido Justicialista porteño y se acordó que Mariano Recalde reelegirá como presidente acompañado por Kelly Olmos, Jorge Meneses y Juan Manuel Abal Medina como vicepresidentes. En tanto, Andrés Rodríguez (CGT) encabezará la lista de congresales nacionales y Juan Manuel Olmos presidirá el Congreso del Partido.

–¿Tiene proyecto el peronismo en la ciudad, con un electorado tan esquivo?

–En la ciudad de Buenos Aires hay una gestión de contenido neoliberal, es una ciudad muy rica que tiene más recursos que cualquier otra, y sin embargo los problemas centrales que los porteños tienen siguen solventes mientras que se despilfarran recursos en maquillajes, pautas publicitarias y negocios. Yo creo que en algún momento va a volver a ganar el peronismo.

Venimos insistiendo con nuestra propuesta, con nuestra manera de ver la vida y la ciudad en particular. Los porteños y las porteñas están eligiendo otra cosa, pero en algún momento yo creo que este modelo macrista se va a agotar, no hay fuerzas políticas eternas y la alternativa en la ciudad de Buenos Aires claramente la ofrece el peronismo.

En un momento ganamos con un frente amplio, plural y tuvimos una Ciudad que miraba de otra manera a los vecinos y a las vecinas. Queremos recuperar en parte esa mirada, fortalecer la educación pública ahora que se vuelve más indispensable por lo caro que está todo, fortalecer la salud pública que también volvió a ser importantísima y priorizar la vida, el buen vivir antes que los negocios inmobiliarios, que es otra de las grandes diferencias que nos separan del macrismo.

La unidad que se dio en el peronismo porteño es un signo de madurez. La verdad que no fue difícil. Venimos de experiencias de unidad fuertes, incluso más allá del peronismo. Como siempre, cuando hay que cerrar una lista, hay tensiones, discusión por pretensiones que no siempre coinciden, pero con madurez, con concesiones de todas las partes, se logró un esquema de unidad que es valorable en este momento.

–¿Y a nivel nacional? ¿Cómo se organizan para enfrentar a Milei?

–Hay muchas representaciones, claramente el movimiento obrero está teniendo un rol protagónico en este momento. Ha tomado actitud de mariscal y se ha puesto al frente de la lucha en contra de las medidas de Milei. Tuvimos una marcha multitudinaria, otra vez creció mucho la del 8 de Marzo con las mujeres en la calle y después el 24 de marzo con consignas muy claras en oposición a las políticas de Milei particularmente en materia de derechos humanos, pero también por el rumbo económico que es el mismo que la dictadura.

Se va acomodando de abajo hacia arriba, sectorialmente y poco a poco. Algunos ya están apresurados en definir conducciones o representaciones, eso se va a ir delineando con el tiempo.

–¿Cómo ve la disputa interna por los liderazgos dentro del peronismo?

–Recién tenemos una próxima parada en el año 2025, cuando se vuelven a elegir diputados y senadores en todo el país, pero hasta ese entonces es pronto para ya estar pensando en jefaturas o en representaciones unipersonales, como algunos ya empiezan a esbozar a querer discutir, o auto lanzarse en canales de televisión.

La reconstrucción de nuestra fuerza política, la reconstrucción de una mayoría política va a suceder, soy muy optimista en eso, lleva su tiempo y estamos recién arrancando. Hace poquitos meses que asumió este gobierno y venimos de una derrota electoral que hay que revertirla, que creo que va a suceder bastante rápido porque el gobierno de Milei está fallando fuerte en resultados para la gente o en las expectativas que tenía la gente.

Nosotros no andamos señalando ni defectos, ni criticando compañeros con los que podamos tener diferencias, estamos mirando lo que hace Milei, lo que hace el macrismo y cómo generamos una alternativa a eso. Esas prácticas hablan mal de los que critican compañeros.

–¿Por qué afirma que la CGT tiene rol de mariscal?

–Nosotros coincidimos con el documento que sacó la CGT, estamos dispuestos a discutir cambios en la legislación laboral pero que no afecten derechos de los trabajadores, no genere flexibilización o desprotección, como propone Milei en este momento. Después podemos discutir cambios que puedan mejorar las relaciones del trabajo.

Hace unos años discutimos una ley novedosa con empresarios y con el sector gremial que tiene que ver con el trabajo a distancia como en la pandemia, fue una novedad. Por ejemplo, ahora nosotros queremos debatir el régimen de trabajo de las personas que hacen delivery a través de las plataformas y que están absolutamente desprotegidas. Se discutieron también las seis horas, pero no se pudo avanzar.

Particularmente yo también estoy estudiando y viendo las experiencias de otros países con la semana laboral de cuatro días, que no sólo es una manera de mejorar la calidad de vida de la gente de promover mayor salud laboral y menor estrés, sino que además puede contribuir a generar más laburo. Pero ellos están más preocupados por las multas para los empresarios por el delito de evasión.

Si quieren bajar las penas de algunos delincuentes como los que evaden las leyes impositivas y laborales podemos discutirlo, pero, ¿qué dan a cambio? ¿Una jornada de seis horas a cambio de la reducción de la tasa de interés de las deudas laborales de los empresarios?

–¿Qué rol tiene Cristina en el escenario opositor?

–A Cristina la veo muy atenta, muy metida en la vida política y económica del país, en el Instituto Patria, teniendo reuniones, activando. Yo no sé qué es lo que ella está pensando en términos personales con respecto a su rol, pero que es una figura actual y vigente en la política argentina no hay duda.

–¿Cree que se va a lograr rechazar la nueva ley bases?

–Soy muy optimista con eso, por lo menos parcialmente, pero en la cancha se ven los pingos. Tiene que llegar el proyecto, hay que discutirlo y ver cómo juegan los que no tienen una posición todavía claramente definida. En la primera ley ómnibus habían puesto 41 empresas para privatizar. Eso, además, es generalizar.

Cada empresa está en una situación distinta, cumple una función distinta y tal vez alguna no da ganancias, pero es muy estratégica, otras que no son estratégicas, pero dan ganancias, no tendrían por qué privatizarse. Podríamos discutir una por una, ya lo dijo Cristina en su documento, nosotros no estamos cerrados a discutir el funcionamiento o el tipo de empresa que necesita el Estado. «