Feria y fiesta son dos palabras emparentadas etimológicamente, de modo que está bien asociarlas. Llega la segunda edición de  Fiesta del Libro Usado (FLU). Se trata de una feria de libros ya leído que se desarrolla bajo la consigna “leer es una fiesta”.

Últimamente, las ferias del libro se han multiplicado como una forma de acercar lectores, autores, editores  y libreros. Tomándo el modelo de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y adoptando su formato a cada necesidad, han surgido diferentes emprendimientos, entre otros,  la Feria del Libro Antiguo, la Feria de Editores, la Feria del Libro de Verano, Enchamigados con la lectura, la Feria de Libros Artesanales y Fanzines, la Mini Feria de Arte  y Literatura del Bar de Letras, la Feria del Libro Chacú Guaranítica, la Feria del Libro político, la Feria del Libro de Filosofía, la Feria del Libro Peronista, la Feria de Autores y Bodegas, que en 2019 tuvo dos ediciones para rescatar libros de buenos autores que las editoriales convertían en pulpa de papel porque no tenían el suficiente espacio en sus depósitos para conservar ejemplares hasta que se vendieran. En nuestro país existen más de 150 ferias que se realizan durante todo el año y en diferentes puntos.

Cada una de ellas tiene su rasgo distintivo. La Fiesta del Libro Usado es una feria que demuestra que, a diferencia de tantos artículos electrónicos, el libro tradicional no tiene obsolescencia  programada, sino que, por el contrario, en muchos casos, aumenta su valor con el tiempo.

La propia Fiesta del Libro Usado es un ejemplo: no sólo permite comprar libros de segunda mano a precios más accesibles que los nuevos. También hace posible encontrarse con ediciones que por ser las primeras de un buen título o por otras razones (por ejemplo, estar firmada por su autor o dedicada por éste a otra persona), tienen un valor agregado.

La calle Corrientes tuvo un largo período de esplendor como “la calle de las librerías” en la que era posible encontrar libros para todos los gustos y profesiones y también para todos los presupuestos, si se toman en cuenta la cantidad de “librerías de viejo” que ofrecían y aún ofrecen libros de segunda mano, con frecuencia buenos títulos y autores a un precio sensiblemente menor que un libro nuevo.

Foto: Pedro Pérez

Una feria que es una fiesta

Si es cierto que los gatos tienen siete vidas, un libro se les parece bastante en su posibilidad de tener varias existencias: pueden pasar de mano en mano, de generación en generación es decir, tener muchas vidas.

Patricio Rago, dueño de la librería Aristipo, que fundó en 2015 y autor de “Ejemplares únicos”, lo sabe muy bien, por lo que decidió impulsar el año pasado la Fiesta del Libro Usado. Su propia librería, ubicada en Villa Crespo,  se ha nutrido de diversas bibliotecas que las familias desmantelan cuando se produce el fallecimiento de su dueño o cuando hay una mudanza a un lugar más chico que excluye la biblioteca. En esas bibliotecas pueden encontrarse verdaderos tesoros. Pero si no hay primeras ediciones ni ejemplares firmados por sus autores o dedicados, siempre habrá un buen libro capaz de regalarnos la fiesta de la lectura a un precio accesible.  

Rago encarna al librero de oficio que no sólo sabe bien qué vende, sino que, además, es capaz de orientar, recomendar  y contagiar la pasión por la lectura. Reivindica, además, el plus de leer un libro ya leído: subrayados anteriores, marcas, pequeñas manchas de café dejadas por el dueño anterior, el desgaste propio del tiempo…En su materialidad el libro ofrece una lectura paralela a la lectura del texto en sí.

Dice Rago: “Para mí el libro usado tiene dos valores agregados que lo distinguen. La primera es su accesibilidad a nivel precio en comparación con un libro nuevo. Muchos lectores nos formamos con las librerías de la calle Corrientes o con libros que se vendían parques porque no podíamos acceder a libros nuevos. Pero dentro del libro usado están los que no se consiguen en “librerías de nuevos”. Esto desde el punto de vista de la lectura. Luego, está el carácter evocativo, el vínculo afectivo que uno puede establecer con un libro  usado que es el libro que nos leían nuestros padres antes de dormir, el libro que nos regaló una novia cuando éramos  jóvenes que está subrayado y tiene una dedicatoria. Ese aire evocativo, esa aura que adquiere el libro usado para  mí es fenomenal.”

Foto: Télam

La Fiesta del Libro Usado 2023

El éxito que la Fiesta tuvo el año pasado impulsa esta nueva edición con expectativas renovadas. Este año el encuentro tiene características que lo distinguen del anterior. “El año pasado fue en un centro cultural, la había que  sacar una entrada, afirma Rago. Este año es con entrada libre y gratuita y en la Biblioteca Nacional, que es un lugar mucho más accesible y, además, es un espacio icónico de la ciudad. En la edición anterior  participaron 20 librerías de usados, mientras este año van a ser 35. Son librerías de la ciudad elegidas por la calidad de lo que tienen, por los libreros que saben, recomiendan y son apasionados de su oficio. Ellos van a hacer  una selección en la que va a haber libros agotados que no se consiguen, clásicos de la literatura en buenas traducciones. Va a ser una feria por la que uno pasa y no sabe qué llevarse porque todas las opciones son buenas.”

Foto: Martin Lucesole

Y agrega: “También va a haber distintas actividades. Va estar Martín Kohan que hablará de cómo se forma un lector. Emilio García Wehbi va a hacer una performance. Va a estar Alejandra Kamiya leyendo poemas japoneses. También estará Fernando Noy. Dolores Reyes va a ser entrevistada por Nacho Damiano”. Serán de la partida también Gabriela Franco y Silvia Castro, entre otros.

“Va a haber música en vivo porque el espíritu del evento es que sea una fiesta del libro y no una simple feria porque queremos remarcar que  la lectura es algo lúdico, no algo aburrido ni un privilegio ni algo snob. Por eso el sábado va a estar el Trío Miau  haciendo jazz de los años 30 y el domingo, el grupo Urraka que hace música con objetos con una performance de música y teatro”.

Contra lo que suele afirmarse respecto de que ya no quedan lectores, Rago sostiene: “Aquí hay una comunidad lectora muy exigente que va a buscar cosas raras, joyas, cosas que no se consiguen, determinadas ediciones y traducciones. Estamos seguros de que esta segunda edición va a estar buenísima.”

Foto: Fernando Gens/ TELAM

Una verdadera fiesta que le quita a la lectura el carácter solemne que suele otorgársele y que la reivindica como una actividad gozosa capaz de trasladarnos a otros mundos y proporcionarnos muchos momentos de felicidad, tal como como la concebía Borges.

La Fiesta se completa con buenas opciones gastronómicas y también cafés especiales.

La Fiesta del libro usado se llevará a cabo el fin de semana del 9 y 10 de septiembre de 14 a 19 en la Plaza del Lector de la Biblioteca Nacional “Mariano Moreno”, Las Hera 2505, CABA. La entrada es libre y gratuita.