Francisco Bonfiglio fue el goleador del torneo de Octava División en 2017. Los 22 goles le valieron el ofrecimiento para firmar el primer contrato con San Lorenzo y el debut en la Reserva el 24 de febrero. El 2 de enero había cumplido 16 años. Convirtió el 4-0 ante Gimnasia La Plata en Estancia Chica. Días más tarde, Bonfiglio viajó a España: jugará en Villarreal. El lunes, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) absolvió a Manchester City en el caso de Benjamín Garré, que jugaba en la Séptima de Vélez y emigró al club inglés antes de cumplir los 16. En San Lorenzo y Vélez, a los que les quedará un dinero mínimo por los derechos de formación, hablan del robo de los juveniles. El fallo a favor de Valentín Vada en 2013 –que se fue de Proyecto Crecer de Córdoba a Burdeos de Francia– fue citado como precedente en la resolución del TAS: admite, en resumidas cuentas, la transferencia de un menor de 18 años si tiene nacionalidad europea y vive fuera de la Unión Europea. Bonfiglio y Garré, que ya integran las selecciones argentinas, tramitaron antes de irse a Villarreal y a Manchester City la nacionalidad italiana. El nuevo mecanismo preocupa en los clubes argentinos porque habilita el éxodo de juveniles a las principales potencias del fútbol central.

«El pibe todavía no firmó contrato –dice Matías Lammens, presidente de San Lorenzo, en referencia a Bonfiglio–. Nosotros informamos de la situación a la familia, a FIFA, a todos lados. Es lo peor que nos pasó durante nuestra gestión, ya que representa un daño patrimonial al club. Hay que proteger los derechos de los más débiles para evitar que sean víctimas de la opulencia de Europa. Vamos a intentar que este sea un caso testigo. Lo de Garré, por supuesto, es un muy mal antecedente». En el club relacionan la partida de Bonfiglio con Marcelo Lombilla, su representante, que sacó de Boca a Fabricio Coloccini en 2000 para firmar con Milan de Italia y a Leonardo Suárez en 2014 para llevarlo a Villarreal. En los casos de Coloccini y Suárez, la maniobra se produjo antes de que cumplieran los 18 años, la edad que todavía rige en la FIFA para una transferencia internacional.

La resolución del TAS por Garré, a la que Tiempo tuvo acceso, prepara el terreno jurídico para un cambio de reglamento: la baja de la edad a los 16 años en las transferencias, lo que dejaría aún más desprotegido al Tercer Mundo. «No hay buena perspectiva –sostiene Ariel Reck, abogado especialista en derecho deportivo que representó a la AFA en Lausana, Suiza–. El panel planteó que la norma es discriminatoria porque sólo Europa puede recibir jugadores europeos. Pero, por ejemplo, un menor argentino jugando en Inglaterra no puede jugar en Argentina. Aunque jurídicamente puede ser así, lo cierto es que por las ‘leyes de mercado’ siempre te los van a llevar y es más lo que perdés que lo que podés traer». Valentín Vada pisó por primera vez Burdeos a los nueve años. A los 16, firmó contrato con el club, pero la FIFA le negó el transfer porque consideró que, a pesar de tener la nacionalidad italiana, el pase había sido de Argentina a Francia. Vada y Burdeos recurrieron al TAS, que le dio la razón: sentaron el precedente.

«Esto es clubes millonarios contra clubes pobres de Sudamérica, que no pueden competir en el plano económico –afirma Mariano Lizardo, presidente del departamento de legales de Vélez–. Le ofrecen trabajo para el padre, ciudadanía, más ingresos. Mientras no haya un proteccionismo de los clubes, te van a llevar a las promesas casi gratis. Boca tuvo que vender a un chico antes de que se vaya, y es el más grande del continente». Inter de Italia pagó el año pasado siete millones de euros a Boca por Facundo Colidio. Tenía contrato hasta 2019. «Fue a traer a (Gary) Medel y vendió al pibe Colidio», ironiza un dirigente de Boca acerca de Christian Gribaudo, secretario del club. Lo concreto es que Colidio, goleador de la categoría 2000, también es jugador de la selección juvenil. Peligraba que en 2019, cuando cumplirá 19, se marchara sin renovar ese primer contrato con Boca. En febrero, de igual modo, Inter utilizó el recurso Vada: apenas cumplió los 16, fichó al cordobés Franco Vezzoni, que jugaba en Deportivo Atalaya.

«Esto es muy grave para los clubes formadores –amplía Reck–. La única posibilidad de frenarlo es que se exija al Congreso una ley que baje la edad mínima para firmar contrato a los 14. Hay un convenio en la Organización Internacional del Trabajo que fija en 15 la edad mínima pero con excepciones para actividades artísticas, de trabajos ligeros. Pero ahí tenés otro problema. ¿Cuántos contratos hacés? ¿A quiénes? ¿Los que juegan en la selección? ¿A qué costo?». Hermes Desio, coordinador de selecciones juveniles de la AFA, dice que esperaba más repercusión por la salida de Bonfiglio. «Hay que tomar cartas en el asunto –coincide Desio–. Es imposible hacerles contratos por las economías de los clubes. Y aparte, en la selección no están los mejores: están los que consideramos nosotros y en la evolución, cambian. Ojalá Bonfiglio ande bien, pero hay otro punto: en Europa hay una diferencia de biotipo tremenda, de coordinación y velocidad. Por algo le dicen ‘chavalitos’ a pibes de 22 años».

Entre el 27 y el 31 de marzo, la selección argentina Sub 16 jugó el Mondial Football Montaigu en Francia. Le ganó 3-0 a Haití y perdió 2-0 con Portugal y 3-2 con Francia. A la vuelta, después de que Bonfiglio fuera desafectado para darle aire a su situación, Lanús le hizo contrato a los cinco juveniles que viajaron al torneo.