La Selección argentina de fútbol tenía que ganarle a Honduras en la última fecha de la fase de grupos para pasar de ronda. No había otro resultado posible para que los dirigidos por Julio Olarticoechea puedan llegar a los cuartos de final, ya que su rival tenía la misma cantidad de unidades, pero mejor diferenciad de gol. Y pese a toda la ilusión que se generó en el plantel después de la victoria 2 a 1 ante Argelia, Argentina no estuvo a la altura y no hubo clasificación: igualó 1 a 1 y eliminación.

Cuando el Vasco Olarticoechea aceptó ser el entrenador de Argentina, nunca se imaginó este final. En el medio del caos de AFA, al campeón del mundo en 1986 le cayó del cielo la posibilidad de dirigir al equipo que volvía a un juego olímpico después de haber sido campeón en Atenas 2004 y Pekin 2008 y repetía en sus declaraciones que soñaba con un título que, mucho antes de lo previsto, quedó descartado. Pese a generar situaciones claras de peligro y hasta atajar un penal gracias a los reflejos de Gerónimo Rulli, uno de los candidatos al título quedó afuera después de sumar una caída, una victoria y un empate en la fase de grupos. A los 34 minutos del segundo, Lautaro Gianetti cometió una infracción y Honduras, a través de Anthony Lozano, esta vez no falló desde los 12 pasos. Un rato antes, Ángel Correa desperdició la gran chance que tuvo Argentina al tirar afuera un penal. Ya en tiempo de descuento, Mauricio Martínez lo igualó de tiro libre.

Y de esa manera terminó el sueño olímpico argentino en el fútbol.