El dolor por la amarga derrota ante Australia, en los cuartos de final, quedó en un segundo plano cuando los Juegos Olímpicos regalaron una escena de esas que se ven cada tanto en el deporte. Como se ven cada tanto figuras como Luis Scola. El partido se paró por unos diez segundos cuando el capitán argentino dejó la cancha, para el aplauso de sus compañeros, sus rivales y los pocos presentes en el estadio. Scola, un hombre de emociones duras, dejó caer alguna lágrima. Fue el final de la carrera del número 4 en la Selección, con 22 años continuos de participación, un puente entre la Generación Dorada y la que encabezan Campazzo y Laprovíttola. Y con un legado que va más allá de los cinco mundiales y cinco Juegos Olímpicos, único basquetbolista en la historia en lograr esa marca. 

Scola rompió paradigmas, ya sea como basquetbolista por mantenerse en lo alto de la competencia internacional con 41 años, o por su liderazgo dentro de cada equipo en el que estuvo, pero en especial por la representación con la camiseta del seleccionado argentino. Resultó un estandarte en subcampeonato del Mundial de China 2019, cuando con el ejemplo llevó a un nuevo equipo, ya sin las figuras de Emanuel Ginóbili, Andrés Nocioni y Fabricio Oberto, entre otros, a una nueva final del mundo y en consecuencia a la participación olímpica.

Tal vez, la foto que mejor reflejó y sintetizó su capacidad de liderar quedó grabada en el consuelo al entrenador, Sergio Hernández, al que él le anticipó que ese grupo estaba para jugar una semifinal como «mínimo», en la previa de un campeonato mundial de 2019 que se presentaba como imposible por la categoría de Francia, Serbia, España y Estados Unidos. Y dos años después, apenas confirmada la salida de Scola tras quedar afuera de Tokio 2020 a manos de Australia (97-59), el DT contó: «La relación con Luis Scola empezó conmigo como maestro y él como alumno, y termina al revés. Yo con él aprendí que ganar no es lo más importante: lo más importante es honrar cada segundo lo que hacés en la vida, hagas lo que hagas».

Las palabras del DT tienen un correlato con lo que había contado en 2019 durante una rueda de prensa: «Hace un año, después de un partido, no me acuerdo si de entrenamiento u oficial con la Selección Argentina, Scola me habló después del juego: ‘coach, tenemos que hablar con el equipo acerca de las semifinales del Mundial, podemos jugar las semifinales. Si queremos ir a Tokio 2020, necesitamos jugar las semifinales y podemos hacerlo’, me dijo». Hernández, que definió al Luifa como el mejor jugador de todos los que nacieron en Argentina, creyó. Y fue el anticipó un rendimiento único para un jugador de su edad, que terminó dentro del quinteto ideal de China 2019 y se quedó con el récord de mayores presencias en los mundiales y con el de goleador.

Scola, que jugó por primera vez con la camiseta argentina en 1999, en un Sudamericano que tenía por figuras del equipo a Marcelo Milanesio, Hugo Sconochini, Diego Osella y Esteban De la Fuente. Dos generaciones después, deja un legado que ahora será tomado por Facundo Campazzo, Patricio Garino, Nicolás Laprovíttola, Gabriel Deck y Marcos Delía. Él los hizo mejores y ellos le mantuvieron el fuego prendido, al punto que se volvió de su paso por la Liga de China y decidió irse a Italia para probar dos años y llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, sueño que no se frustró a pesar de la pandemia del coronavirus.

Los aplausos finales de un vacío estadio de Saitama, con el reconocimiento de sus rivales y hasta incluso de los árbitros, fueron por eso. Y también por lo anterior: el otro subcampeonato mundial en 2002, en Indianápolis; la medalla dorada de Atenas 2004; la de bronce en Beijing 2008 y las diez temporadas en la NBA. Aunque lo de Scola va más allá de los resultados. Fueron 173 las presencias, 22 torneos y 2.857 los puntos, en un número que resume la dedicación del capitán a la camiseta argentina. “Le agradezco a la camiseta, lo disfruté mucho y me voy en paz», resumió Scola, buscando guardar sus emociones.

El mundo del básquet se rindió a sus pies en las redes sociales. Emanuel Ginóbili le agradeció sus años compartidos: «Cuánta emoción en ese último aplauso!! Gracias @LScola4 por enseñarnos tanto en estos años y por liderar con el ejemplo siempre. Un lujazo de compañero. Aplaudo de pie!», escribió el bahiense en su cuenta oficial de Twitter, que reiteró unos minutos más tarde: «Sigo un poco tocado. Qué pedazo de profesional!! Qué ética de trabajo, compromiso… Qué facilidad para hacer puntos!! Irrepetible por tantas cosas. Gracias de nuevo Luifa».

Otro que se sumó a las felicitaciones fue su también excompañero Andrés Nocioni,  quien reposteó un video en el que se los ve abrazándose con Scola: «Este es el abrazo que le quiero dar ahora a nuestro gran capitán!!! Gracias! Luis», escribió el «Chapu», legendario alero del básquetbol argentino. Campazzo, en tanto, dejó atrás por un rato el dolor de la eliminación: “Elijo ponerme feliz por estar en el preciso momento en el que el básquet te aplaude de pie. Te voy a extrañar mucho capitán, fue increíble recorrer este camino con vos… Con todo mi corazón, gracias”.