Osvaldo, como jugador, tiene unas condiciones bárbaras. A Boca, sobre todo en la primera época, le sirvió mucho. Fue muy buena, excelente, porque hizo goles, hizo pases goles, como el que metió con Huracán en Parque Patricios, que fue terrible. Anduvo muy bien. Lo que pasó, lo que quedó a la vista de todos, es que el exterior, su vida afuera de la cancha, le repercute adentro, en su rendimiento futbolístico. Porque hay jugadores, que he conocido a lo largo de mi carrera, que han tenido muchos problemas personales y que les gustaba también los medios, el ser mediático, y no le repercutía en la vida. Pero cuando el exterior se mete tanto en la cancha, lo llevás tanto a la cancha, y bajás el rendimiento, y tanto, pasa lo que le pasó a Osvaldo, y te vas mal del club. En la primera época de él en Boca también se fue mal. Después de la eliminación con River en la Copa Libertadores, se fue sin poder jugar un partido en la Bombonera. Todo eso se volcó adentro de la cancha, y cuando pasa eso lamentablemente las cosas no salen como uno quiere. Lo que pasó ahora, a diferencia de la primera etapa, es que tenés en el banco como entrenador a los mellizos Barros Schelotto, y ellos no joden. Si hubiese estado otro técnico, quizás esto lo pasaba por alto, hubiese charlado con el jugador, pero con los mellizos no se jode. No esperó hasta mitad de año. Jugué con ellos en Gimnasia La Plata y te aseguro que ellos tienen una conducta, una disciplina. Más allá de que decían que te volvían loco adentro de la cancha, eran muy aplicados, cuidaban mucho el vestuario, y eran respetuosos con todos. Y uno va creciendo, y va teniendo otras responsabilidades, y le das mucha más importancia a estas cosas. Por eso explotó todo. Eso sí: esta vez, el problema de Osvaldo fue la lesión. Hizo las cosas bien a ese nivel. La primera vuelta sí hizo mal las cosas, porque salía por todos lados y tuvo el problema que tuvo con la pareja. Esta vez fue la lesión, una lesión rarísima. No es para justificarlo, pero una lesión te pone mal. Cuando vos tenés que demostrar, no jugás. Suma, y ponen a cualquier futbolista de mal humor. No sé si hubiera tomado la misma decisión que Guillermo. Tengo que estar ahí adentro. Habría que verlo. Depende de cómo uno es, y de cómo quiere llevar el grupo. Si hubiese sido el Vasco Arruabarrena el entrenador de Boca, creo que lo hubiera charlado. En cambio, el Mellizo cortó por lo más fino. Es su grupo de trabajo, su vestuario, y no quiere que pase más de esto. Es muy respetable su decisión.