El gobierno abonará en la semana entrante unos 800 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional, en concepto de intereses trimestrales por el préstamo que el organismo otorgó a Mauricio Macri en 2018. La suma se agrega a los casi U$S 2600 millones que se giraron el miércoles pasado, monto que agrupó los tres vencimientos que tuvieron lugar a lo largo del mes de octubre.

De esa manera, los intereses anuales superan los U$S 3000 millones, según la cuenta que sacó la Oficina de Presupuesto del Congreso. Allí se computan los U$S 695 millones abonados en febrero, otros U$S 743 millones en mayo, U$S 778 millones en agosto y U$S 797 millones correspondientes a noviembre. Este último monto puede diferir levemente según la cotización de los derechos especiales de giro (DEG, la moneda virtual del Fondo) en el momento de realizar el pago.

La renegociación del acuerdo, llevada adelante en marzo de 2022, implicó que el FMI gire cada tres meses a la Argentina una suma equivalente a las amortizaciones de  ese período. Esa maniobra permite, en los hechos, retrasar por otros cuatro años la cancelación efectiva de las cuotas.
Sin embargo, los intereses quedaron fuera de esa refinanciación de facto, por lo que ese monto es una transferencia neta de divisas del país hacia el Fondo.

La tasa de interés que cobra el FMI a sus países deudores varía semanalmente según el promedio ponderado de la tasa de los bonos del Tesoro de las cinco economías que la entidad reconoce como más fuertes a nivel mundial: Estados Unidos, China, Japón, Gran Bretaña y la zona euro (en este caso, el promedio de los bonos soberanos con calificación AA de los países de esa región). La semana pasada, la tasa era 4,2% anual.

La cifra va en constante aumento por la inflación que se desató a nivel internacional a la salida de la pandemia, azuzada por el alza en los commodities tras el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania. Desde julio de 2022 el Banco Central Europeo dispuso diez aumentos consecutivos de su tasa de referencia y su presidenta, Christine Lagarde, no descartó nuevas subas: «No voy a emitir un juicio para decir que estamos en el punto máximo».

A ello se suma, en el caso de Argentina, los sobrecargos que se aplican por la elevada exposición, que supera ampliamente los topes establecidos en los estatutos de la entidad (otra excepción acordada entre Macri y Lagarde, la directora gerente del Fondo en el momento en que se firmó el acuerdo stand by) y porque el plazo de devolución pactado supera los tres años. Allí se agregan otros tres puntos anuales.

Con ese panorama, los U$S 3013 millones de intereses que girará Argentina este año son casi el doble de los U$S 1715 millones abonados por ese concepto en 2022 y duplican con holgura los poco más de U$S 1300 millones correspondientes a 2020 y 2021.

¿El Fondo o la AUH?

La sangría también se revela en las cuentas domésticas. Según los cálculos de la OPC, los intereses abonados al FMI entre enero y septiembre representaron $ 514.921 millones en moneda local, monto que supera los $ 483.872 millones destinados en el mismo período a la Asignación Universal por Hijo y los $ 480.272 millones dirigidos a programas alimentarios. Dicho de otra manera, sin hacer nada, el Fondo se llevó más plata que la AUH.

Los números también parecen desmentir otro axioma del sistema financiero internacional, según el cual el FMI es el prestamista de última instancia y por eso cobra menos intereses. De hecho, ese fue uno de los argumentos del gobierno de Cambiemos para pedir de la noche a la mañana un préstamo de U$S 57 mil millones (de los cuales sólo llegó  el 80%).

Según el investigador Guillermo Oglietti, del CELAG (Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica), “el costo de endeudarnos con otras instituciones del sistema financiero internacional es mucho menor. Si nuestro acreedor fuese el BNDES, el mayor banco de desarrollo latinoamericano con sede en Brasil, el costo total real sería de 5,31 %. Si el acreedor fuese el banco de los BRICS, que dirige la expresidenta Dilma Roussef, la tasa de interés sería de 6,63 %». La misma conclusión arroja la comparación con bancos de Oriente Medio y con el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), lo que agrega otro motivo a los que afirman que haberse arrojado en brazos del FMI fue uno de los mayores errores de Mauricio Macri. «

La revisión de noviembre todavía está en veremos

A comienzos de agosto, cuando el directorio del Fondo Monetario Internacional aprobó el desembolso de dos tramos juntos por U$S 7500 millones, acordó con los negociadores argentinos que la revisión trimestral que impone el acuerdo de facilidades extendidas recién se realizaría en noviembre. Los tiempos del proceso electoral hicieron que la eventual visita de los auditores quedara en un segundo plano, tanto para el gobierno, enfrascado en la necesidad de revalidarse en las urnas, como para el propio FMI, que quiere saber quién será su interlocutor por los próximos cuatro años.

Aun con esa incertidumbre, los números disponibles anticipan que el déficit primario a septiembre acumula $ 2,6 billones, equivalentes a 1,5% del PBI. «La meta fiscal del tercer trimestre no se cumplió por una diferencia significativa. Al gobierno le resta hacer uso de tan sólo 0,4% del PBI para los últimos tres meses, que estacionalmente suelen ser el período más deficitario del año», señaló un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).