Internet llevó las ramas de la música hacia lugares tan distantes del propio terruño, que uno puede sorprenderse del éxito local de artistas de extensa trayectoria en otros lares. Ese puede ser el caso, para algunos argentinos, de Katie James, quien hace unos días anunció fechas para presentarse en Buenos Aires, La Plata y Mar del Plata. “Voy por primera vez y es un viaje que quería hacer desde hace mucho tiempo -cuenta ella desde su Colombia, que no es natal pero que le pertenece-. Curiosamente es el cuarto país en el que más se escucha mi música, y empecé a notar que en redes sociales me decían mucho: ¿cuándo venís a la Argentina? Por eso empecé a organizar esta, mi primera gira.”

Así explicado el primer punto, para este cronista -y acaso para el lector y la lectora-, la segunda es, antes que su nombre y apellido, su porte: su tez se asocia de inmediato con el norte de Europa o algún paraje de los Estados Unidos antes que con el colorido moreno de Colombia. “Estoy desde que tengo dos años. Mis padres irlandeses decidieron mudarse acá en el año ’88, luego de un viaje que hizo mi mamá y quedó encantada con Colombia. Llegamos al departamento de Tolima, hacia el interior de Colombia, una zona montañosa muy verde; crecí allí, en una finca (una comunidad ecológica anglo-irlandesa fundada por su madre), cultivando, viviendo de la huerta gigante que teníamos con mi familia, y escuchando como una mezcla de música anglo que tocaba mi familia y la música colombiana que tocaban nuestros vecinos del país. Y por más que en mi casa se hablara inglés y se tomara té, empecé a sentirme mucho más colombiana, así que finalmente terminé pidiendo la ciudadanía: sentí que quería tener cédula de ciudadanía y no de extranjería.” Algo que consiguió en abril pasado.

La localidad natal de Katie James es Inishfree, una pequeña isla de Irlanda. Y si bien en sus composiciones, y especialmente en sus pulcros arreglos y entonaciones se nota la influencia de la música sajona, especialmente del jazz, lo suyo va por un sendero bien latinoamericano. “Es un poco ambiguo el tema, porque por un lado está el perjuicio de que el sentir de la música se lleva en la sangre, y yo creo que se lleva más en los años de escucha. Sí creo que el folklore no es un tema para que alguien llegue y a las dos semanas lo esté interpretando con propiedad. Pero si has vivido en un país toda tu vida, escuchar la música de un lugar por muchos años pesa más que lo que se lleva en la sangre. Por otro lado, está el tema exótico. Una canción mía se hizo viral hace algunos años, un bambuco. Y creo que uno de los factores que influyeron en este fenómeno fue precisamente esta discrepancia entre lo que estaban escuchando y lo que estaban viendo; porque sí, soy como muy europea, y verme cantando un bambuco que es muy colombiano, en cierta medida me ha favorecido, aunque en otros aspectos resultó polémico.”

Y para rubricar un poco cómo funciona la aldea global, recuerda una anécdota. “Aquí tuve un encuentro bellísimo con la colombianísima Carolina Arango, que se fue a estudiar violín irlandés y toca increíble la música irlandesa, y en cierta manera éramos bastante opuestas: ella una colombiana bastante irlandesa y yo una irlandesa muy colombiana.”

James Nombra entre sus referencias a las más clásicas Mercedes Sosa, Toto la Momposina, Violeta Parra, Susana Vaca, Marta Gómez y “ya más actuales, Natalia Lafourcade: disfruto mucho de su música y me identifico mucho con su manera de meter el folklore pero con un sonido más actual, si se puede decir; esa búsqueda de ir a las raíces pero luego llevar eso a los oídos internacionales”. Y puesta a elegir, elige la canción. “Amo la canción. El camino que he elegido es el de ser cantautora, de cantar lo que compongo, de acompañar las canciones en formatos bastante íntimos de guitarra y voz, o acústicos para que se siente con total claridad lo que es la canción como total, sin una gran producción: la melodía, la letra y la armonía de la canción.”

-Hay una cosa muy prístina en tu interpretación y tu composición.

-Eso me gusta. El coro, la rima, la estructura, las letras están muy conectadas con la melodía; disfruto mucho de eso como espectadora y hacerlo como compositora.

Mientras dice que se va a atrever a la zamba (“algo que es muy muy difícil aunque no lo parezca”), también cuenta que una de sus fantasía para el próximo noviembre cuando esté en Argentina es que ese público que ya está llenando los shows, la siga en el canto: “Sería muy lindo que me acompañen en la interpretación de algunas de mis canciones”. Antes de despedirse, comenta -pese a haber confesado que la percusión no es lo suyo- que tiene una invitación para cantar con La Bomba de Tiempo: “Va a ser un honor compartir dos de mis canciones junto a ellos”.

-Mirá vos, al final venís a la Argentina para hacer percusión.

-La vida te da sorpresas (estalla en risas).



Katie James
Se presenta por primera vez en la Argentina. Sábado 12 de noviembre a las 21, en el Teatro Border, Godoy Cruz 1838; Jueves 17 a las 21 en Teatro Metro, Calle 4 entre 51 y 53, La Plata; Sñabado 19 de noviembre a las 21 en la Sala Roberto J. Payró, Av. Peralta Ramos 2280, Mar del Plata.