Con veintitrés años, la cantante y guitarrista Luna Loi editó recientemente su disco Luna, un EP de cinco composiciones propias donde el pop y el rock se mixturan de una manera muy particular. El material ya se encuentra disponible en redes sociales y plataformas musicales, al mismo tiempo que también será presentado en diferentes espacios de Buenos Aires. Luna es nieta del recordado Caloi, uno de los dibujantes más queridos de nuestro país, y sobrina de Tute. Criada en una cuna verdadera de artistas, sus canciones recibieron comentarios auspiciosos de personalidades del mundo de la música como Ricardo Mollo, quien dijo de ella que “tiene dulce la voz y las ideas claras”, o Paula Maffia, que dijo agradecer “que sigan existiendo artesanos y artesanas de la canción, gente que busca un sentido mayor al entreverar letra y melodía, como el caso de Luna Loi”.

El EP fue presentado en sociedad el mes pasado, pero para quienes quieran conocer el repertorio de este trabajo, habrá una oportunidad el 5 de septiembre próximo en Bebop Club, en pleno corazón de Palermo. “Lanzar un disco de forma virtual es algo muy importante para mí, porque estoy dando a conocer estas canciones que se estuvieron cocinando mucho tiempo en mi intimidad. Ahora llega al momento de exponerlas, de mostrarlas a la gente. Trabajé mucho y lo mejor es que se está dando todo de manera progresiva y natural”, dice Luna.

-¿En qué momento decidiste avanzar con el proyecto del disco?

-Siempre tuve como objetivo lanzar mis canciones, sobre todo porque es un sueño para toda persona que hace música tener disponible su obra para el público. Mi idea era que cuando pudiera o estuviese capacitada lo concretaría, así que en mis últimos años del secundario comencé a componer, pero lo que hacía no me gustaba, no me cerraba o sentía que todo era una prueba. Después fueron saliendo estos temas del EP donde sentí que estaba mi sonido, mi lenguaje, cuestiones de las que quería hablar y tratar con la música. Fue un proceso bastante natural porque comencé a tener canciones que quería publicar y que me identificaban. Sentía que se trataba de composiciones que quería seguir cantando, más allá del paso del tiempo. Todo eso se dio porque se trataba de cosas que tenía que decir.

-¿Cómo definirías este primer paso en tu carrera?

-Es una buena pregunta, porque me gusta contarle a todos la razón por la que a mí me interesó hacer este trabajo. Lo que siente con este disco es que tiene canciones de rock y pop argentino, canciones con estribillos pegadizos que nos invitan a cantar y te cuentan algo como una  historia, con letra entendible. A mí siempre me gustó mucho la música de Fito Páez, Charly García, Marilina Bertoldi o Barbi Recanati, porque todos ellos son artistas que apuestan a las canciones. Por otro lado, me interesaba mucho el formato más de rock con baterías acústicas, y no tanto con baterías virtuales, para poder fusionarlo con el audio moderno. Tengo 23 años y estoy acostumbrada a que la música suene más nítida, más clara. Después están mis letras, porque me gustan las canciones que expresan lo que su autor siente, sin juzgar, ni bajar línea de algo, así que mis temas van bastante por lo sensible también. Por otro lado, siento que lo que salió en este EP fue compuesto en un momento difícil de mi vida, porque estaba conectada con las despedidas, así que son canciones que hablan sobre transformaciones, todo lo que nos constituye y que más allá de un final sigue en nuevas etapas.

Luna reconoce la vocación artística casi como inevitable, y desde adolescente compone canciones.

-Venís de una familia de artistas ¿Tuviste algún feedback de parte de ellos?

-Tengo un buen vínculo con todos. Es verdad que vengo de ahí, y desde chicos todos estamos en contacto con el mundo del arte. Siempre creo que mi camino artístico comenzó cuando comencé a dibujar desde chiquita y ahora a mis veintitrés ese camino me lleva a sacar esta música. Es parte de algo que está para toda la vida.

-¿Te genera presión las opiniones tan buenas de personalidades como Mollo o Paula Maffia?

-La verdad es que no. No soy muy ceremonial en ese sentido, aunque siento que es como una especie de abrazo hermoso, más que nada porque siento que es bueno que les haya gustado lo que hice. No es presión, porque me encanta la música desde que soy muy chica y me genera satisfacción y algunas veces, obsesión. Estudié una carrera ligada a la música para saber cómo funciona, así que es muy lindo para mí saber que mis canciones son bienvenidas.