“Soy Pereyra por mi mamá, Inodoro por mi tata, que era sanitario” se presenta a sí mismo Inodoro Pereyra” este icónico personaje de tinta creado por uno de los humoristas más queridos de la Argentina, cuya desaparición lloró todo el país: Roberto Fontanarrosa.

Foto: Telam

De discurso pomposo de exaltación del espíritu nacional, el gaucho Don Inodoro  es capaz de hablar en una lengua inverosímil de pura raigambre literaria para decir, por ejemplo,  “simiente patria, benteveo vernáculo perpendicular sobre la impenitente planicie pampeana”. “Es que es un personaje surgido a partir del cancionero folklórico que por entonces estaba de moda”. Y es cierto. En su lenguaje resuenan los ecos de Armando Tejada Gómez y de todos aquellos que en una época salían “a caminar por  la cintura cósmica del Sur” como quien da la vuelta al perro y juntaban en una comunión latinoamericana “todas las manos todas”. Las aventuras de este personaje fueron reeditadas por Editorial Planeta. Ya apareció “Inodoro Pereyra de Oro 1”, lo que seguramente le haría decir a su perro, el Mendieta: ¡qué lo parió, Don Inodoro!.

Un volumen voluminoso, valga la redundancia

“Inodoro Pereyra de Oro 1” supera las 500 páginas y, por su tamaño y su peso, no se trata de un libro destinado a ser leído en el subte ni en la sala de espera del Odontólogo. Tiene más bien el carácter de una enciclopedia, un diccionario o una edición crítica del Quijote ilustrada por Gustavo Doré, para consultar y disfrutar en la intimidad del hogar.  Esta morfología concuerda con el hecho de que Fontanarrosa se ha convertido en un clásico argentino, una condición  que no solo comprende sus historietas, sino también su narrativa.

A través de este primer volumen, publicado en la colección “Biblioteca Fontanarrosa”además de seguir las aventuras de Don Inodoro y sus seres más próximos, la Eulogia y el Mendieta, es posible ver de qué modo fue evolucionando el dibujo de los tres personajes desde sus primeras apariciones hasta 1995. El libro comienza, precisamente, con un recorrido por cambios que fueron experimentando a través del tiempo, como una forma de poder asistir en diferido a la “cocina” del dibujo del querido Negro, alguien capaz de hacer estallar la risa no solo a través del dibujo y su literatura, sino también en las intervenciones públicas, como sucedió en el Congreso Internacional de la Lengua de 2004 con su teoría sobre las “malas palabras”

Breve historia de la reedición de la obra

En 2022, al cumplirse un nuevo aniversario de la muerte del humorista gráfico y escritor ocurrida en 2007, la directora editorial de Planeta Adriana Fernández tomó la decisión de reeditar la obra completa del rosarino y también de dar a  conocer  sus textos inéditos.

El sello había reeditado ya su obra completa en 2012, pero diez años más tarde pensó conveniente repetir el gesto. Por ese entonces, le  decía Fernández  a Télam: “En esta nueva puesta en valor de su obra aparecieron relatos inéditos en los archivos de su esposa, Gabriela Mahy y entonces, además de trabajar en la reedición de la obra, estamos con un plan de recuperar textos, de los cuales `Quiero verte otra vez` es el primero.

De ese proyecto reedición nació “Inodoro Pereyra de Oro” del que ya apareció el primer volumen. Está prologado por Tute, quien tuvo el privilegio de conocer a Fontanarrosa en su infancia, porque era amigo de su padre, otra humorista gráfico extraordinario, Caloi, el padre de tinta de Clemente. “Este oficio, el humor gráfico –dice Tute-  se aprende copiando y yo copiaba al Negro, esa suerte de tío del interior con el que veraneábamos, que visitábamos en Rosario o recibíamos en casa. Ese tío genial que en una sola página de Inodoro podía derrochar la cantidad de remates de un mes de cualquier otro humorista.”

Y agrega: “De él me quedan recuerdos hermosos que van de las luchas en la cama (mis hermanos y yo contra él) hasta las charlas de sobremesa veinte años más tarde, pasando por los imborrables momentos en que lo veía dibujar un Inodoro y un Mendieta  sobre un papel, un libro, un mantel o una servilleta de género. En esos momentos asistía a verdaderos actos de magia. Donde antes no había nada, minutos después había un personaje que te miraba y te decía algo. Un dibujo es algo que está vivo. ¡Es Inodoro Pereyra que te mira y te dice algo, te nombra!”

“Por eso siempre –afirma Tute-  es un acto de justicia que se vuelva a editar Inodoro Pereyra”.

Coda

Nunca se sabe del todo por qué un personaje como Inodoro o como la Mafalda de Quino, trascienden su condición de dibujos para convertirse en íconos nacionales. Pueden enumerarse muchas razones, pero siempre queda afuera algo que no puede explicarse, del mismo modo que no puede explicarse el talento.

Pero lo cierto es que, Don Inodoro forma parte del ADN argentino desde 1972 y, más que nunca en este momento muchas de sus inspiradas sentencias reflejan la situación del país y los problemas de la mayoría de sus habitantes: “Estoy comprometido con mi tierra, casado con sus problemas y divorciado de sus riquezas”.

Más allá de cualquier especulación posible  está el humor de Fontanarrosa, la capacidad de quitarle solemnidad a lo más solemne para instalar en su lugar una risa contagiosa como un virus.

Se le agradece, maestro, a usted y a sus muchos hijos de tinta, que nos haya hecho reír y que lo siga haciendo a través de ellos. El  humor es siempre irreverente, subversivo,  porque entra sin golpear la puerta y nos arranca una carcajada incluso en esos momentos en que parece que no hay razón alguna para reírse de nada.