Pablo Echarri construyó una carrera singular. Su nombre siempre estuvo asociado al éxito, pero con los años alcanzó el reconocimiento general de la mano de tiras como Resistiré, Montecristo, El elegido y La leona. Casi al mismo tiempo, conquistó las luces del cine con Plata quemada, El método y Crónica de una fuga, y se ganó un lugar significativo en teatro con The Pillowman y El hijo de puta del sombrero, entre otras propuestas. Así se consolidó como uno de los actores más populares y queridos de la Argentina y hasta se animó –también con éxito– a desarrollar un importante trabajo como productor. Echarri nunca perdió ese don de traspasar la pantalla y transformarse en un hábito cotidiano para millones de argentinos. Pero decidió sumarle militancia. Desde la Sociedad Argentina de Gestión de Actores e Intérpretes (SAGAI) y como ciudadano reconocido y reconocible despliega sus convicciones con una frontalidad que lo define. Su forma de mirar nuestro país y el mundo también le trajeron sinsabores. Acaso el más emblemático haya sido cuando fue apartado del proyecto Sandro de América (Telefe) porque un ex directivo del canal consideraba que «divide la pantalla».

Pero Echarri nunca se detiene. Su flamante aventura es Happy Hour: dale espacio a tu deseo, la película del director brasileño Eduardo Albergaria que se estrena este jueves. Allí interpreta a Horacio, un profesor de literatura argentino radicado en Río de Janeiro, casado hace diez años con Vera (Leticia Sabatella), una política local con aspiraciones de crecimiento. La tranquilidad cotidiana de la pareja se verá pulverizada cuando él le platee su necesidad de tener una relación abierta y dejar atrás la exclusividad sexual. El rechazo de Vera a la propuesta desatará una crisis que favorecerá equívocos, tensiones y risas. Más allá del escenario de comedia romántica clásica, la película se propone indagar en el vencimiento de los mandatos de pareja universales y en los límites y consecuencias de la franqueza.

Happy Hour transcurre en Río de Janeiro, está hablada en portugués e incluye un elenco brasileño, a excepción del propio Echarri y Luciano Cáceres. Estas circunstancias implicaron para el actor desafíos todavía más atractivos: «Me gustó el guión, conocía a sus responsables y no dudé en darle para adelante.» Pablo Echarri habló con Tiempo sobre el inminente estreno de Happy Hour y mucho más.

–¿Qué te sedujo cuanto te propusieron ser parte de Happy Hour?

–Muchas cosas. La propuesta me llegó por intermedio de Vanessa Ragone que es una productora argentina con la que trabajamos en Al final del túnel y generamos una relación de confianza muy estrecha. Me gustaron mucho las ideas de Eduardo Albergaria y decidí sumarme a su primera película como director. Se trata de una historia en la que muchos podrán sentirse identificados. El conflicto inicial, lo humano, puede generar empatía rápidamente. Horacio y Vera están felizmente casados y tienen un hijo. Pero en un momento determinado él empieza a sentir deseo por otras mujeres. En lugar de concretarlo, decide primero hablarlo con Vera para acordar nuevas reglas en su matrimonio. Ese es el conflicto inicial, pero se abre rápidamente a diversas circunstancias e interpretaciones. La película juega con la relación romántica, pero también da lugar a reflexiones y preguntas más profundas.

–¿Qué encontraste en el personaje de Horacio?

–Me gustó ver a un tipo sincero, que quiere manejarse con la verdad. Vivimos en tiempos de verdades aparentes y la posverdad, así que lo de Horacio resulta todavía más valioso. Me interesó que sea un tipo común que busca avanzar sin traiciones. Que vive circunstancias particulares, por ejemplo un suceso casual por el que los medios lo transforman casi en un héroe. Pero él no se engancha y sigue son su vida normal. Me interesa que es vehículo para una historia que va bastante más allá del conflicto puntual de su pareja. Plantea lo importante de decir la verdad y también sus posibles consecuencias.

–La película también parece cuestionar a la institución del matrimonio y sus mandatos universales.

–Sin dudas. Creo que la actitud de Horacio no es tan usual y es muy valiosa: siente algo y lo plantea. No se esconde. No tergiversa. Aunque su planteo ponga en crisis su matrimonio. ¿Pero cuán estructurada está la institución del matrimonio si exige, al instante de ser concretada, matar el deseo o la fantasía? Creo que es un conflicto que las nuevas generaciones van a tener cada vez menos. Una de las cosas que noto en las nuevas generaciones es que comienzan a concretar relaciones amorosas en las que estas rigideces están, al menos, puestas en crisis. Creo que de alguna manera nos enseñan a nosotros, que venimos de estructuras mucho más rígidas, que por lo menos hay otras formas y que cada pareja debe elegir la que la haga más feliz.


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Un largo camino

Echarri nació en Sarandí en 1969 y tiene dos hijos (Morena y Julián) con su pareja, Nancy Dupláa. Recorrió un largo camino como actor y lo enorgullece haber vivido una vida intensa. «Hice muchas cosas en televisión, cine y teatro. También me dejó más que satisfecho mi trabajo como productor. Pero antes de ser actor también viví con mucha intensidad. Fui vendedor, tuve un negocio, jugué con mis amigos, vagueé, fui a la escuela, dejé la escuela… Siempre viví mucho. En el mundo de la actuación cumplí muchos sueños. Pude hacer personajes maravillosos y que me fuera muy bien. Siempre trato de valorar lo que me toca», destaca.

–Horacio también parece atravesar cierta crisis de la mediana edad. ¿Te preocupa el paso del tiempo?

–El paso del tiempo es algo que me aborda constantemente. Pero creo que lo voy paliando, al menos la ansiedad que puede llegar a causar, generando y haciendo realidad proyectos profesionales y personales. En función de eso el paso del tiempo es casi un detalle. Lo importante es lo vivido. Desde la llegada de mis hijos disfruto mucho verlos crecer sanos, fuertes, amorosos, con conciencia y buenos compañeros. Eso me da ganas de cumplir más años, de seguir creciendo y ver cómo se realizan. Más allá de todo lo que me queda por hacer, me entusiasma muchísimo verlos crecer a ellos.

–¿Cómo vivís este año electoral?

–Lo vivo con esperanza. Con enorme esperanza. Argentina ha construido a lo largo de los años una democracia con muy buena salud. Si bien en varios aspectos se ve degradada o atacada, es una democracia sólida. El acto eleccionario será la herramienta fundamental para llegar al modelo de país que queremos. Vivo esta etapa con esperanza, con ansiedad y también con dolor.

–¿Qué es lo que más te duele?

–Lo que más me duele es ver a tantos argentinos en una situación desesperante, por debajo de la línea de pobreza, que no pueden acceder a las cuestiones mínimas de dignidad que necesita un ser humano para vivir. Creo que Latinoamérica esta zambullida en un proceso complejo. Habíamos conquistado una unión muy valiosa en un camino muy constructivo. La hemos perdido, estamos rezagados, pero considero que es algo temporario. Creo que toda la región tenderá a reencauzarse en un proyecto común mucho más inclusivo, más acorde a un futuro que nos merecemos. Creo que ese proceso de unión será superior al que vivimos en el pasado reciente.

–¿Y si Mauricio Macri vuelve a ser electo presidente?

–Creo que si hay unidad, Macri no volverá a ser electo presidente. Y considero que conforme se avance hacia las PASO y las elecciones, esa unidad se va a concretar. «

HAPPY HOUR

Director: Eduardo Albergaria. Guión: Eduardo Albergaria, Carlos Arthur Thiré, Fernando Velasco. Elenco: Pablo Echarri, Leticia Sabatella, Luciano Cáceres y Aline Jones. Estreno: jueves 21/2.


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El proyecto que se viene

A pocas horas del estreno de Happy Hour, Echarri trabaja en su próximo proyecto: una adaptación al formato de serie de la película de Alfred Hitchcock Para atrapar al ladrón. La versión original incluyó a Cary Grant y Grace Kelly. La serie se desarrollará en diez episodios y reunirá a Echarri con la actriz española Alexandra Jiménez. Fue rebautizada «Atrapa al ladrón» y, paradójicamente, el personaje de Echarri es conocido como «El Gato».

«Ya estamos grabando y es un proyecto muy lindo. El guión es responsabilidad de Javier Olivares, que es el showrunner de El Ministerio del Tiempo y un gran escritor español. Alexandra es una gran actriz y compañera. Todo marcha muy bien y estamos muy ansiosos de ver los resultados finales. No puedo estar más entusiasmado», revela el actor sobre la serie que llegará al público durante el segundo semestre de este año, aunque todavía no está confirmado por qué señal o plataforma de streaming.

Tango en Río de Janeiro

Happy Hour: dale espacio a tu deseo es una película ideada por un brasileño, que transcurre en Río de Janeiro, tiene playa, sol y mar, pero también mucho tango. La relación de Echarri con el género es reconocida y también alcanza la órbita familiar: su padre fue presentador de la orquesta típica de Ricardo Tanturi y su suegro es un bailarín de gran prestigio.

«Me encanta el tango, es algo que viene de familia –confirma el actor–. Es un gran hallazgo que en la película aparezcan temas como «Camouflage», que hace referencia a esa fea costumbre de esconder la verdad. Y nada más ni nada menos que con la voz del Polaco Goyeneche, un verdadero genio. Pero todo esto es una iniciativa de Eduardo Albergaria. Él es oriundo de Mina Gerais y desde chico su padre lo hizo fanático de la obra de Jorge Luis Borges y del tango. Para Eduardo forman parte de su vida, casi desde siempre. Es muy emocionante el conocimiento y amor que tiene por la cultura argentina».