La película El viaje, de Fernando “Pino” Solanas, será proyectada el próximo jueves 16 de febrero a las 19.30 en la Sala Leonardo Favio del Complejo Gaumont, al cumplirse 87 años del nacimiento del realizador argentino. La función está organizada a través de la Cinemateca Nacional Incaa y la gerencia de Exhibición y Audiencias, junto a Cine Sur y el Municipio de Avellaneda.

“El viaje” es una producción del año 1990, estrenada en 1992, que cuenta la historia de Martín, un muchacho de 17 años interpretado por Walter Quiroz, quien parte desde Ushuaia en busca de su padre, un arqueólogo que no cumplió la promesa de volver por él. El deseo de encontrarlo y descubrir el mundo lo llevan a emprender el viaje por Latinoamérica. En pleno rodaje del filme, Pino Solanas fue víctima de un atentado nunca esclarecido en la playa de estacionamiento del laboratorio Cinecolor.

Solanas falleció el 6 de noviembre del 2020 en París, donde se desempeñaba como embajador de Argentina ante la Unesco. Su vasta trayectoria incluye títulos ineludibles en la historia del cine argentino, tanto en documentales como La hora de los hornos (1968), Memoria del saqueo (2004) y Viaje a los pueblos fumigados (2018); y ficciones entre las que se encuentran Los hijos de Fierro (1975), El exilio de Gardel (1985) o Sur (1988). Su último filme fue el póstumo Tres a la deriva del acto creativo, fue proyectado también como homenaje en el Festival de Cannes del año pasado, en el marco de la sección Cannes Classics de la Selección Oficial, con la presencia de los hijos y de quien fuera pareja del cineasta.

La película de Solanas fue realizada íntegramente por él, pero se estrenó después de su fallecimiento -en noviembre de 2020 en París- con premiere en el Festival de Cine de Mar del Plata, donde fue el filme de apertura en la edición 2021. Tres a la deriva… es el encuentro entre el propio Solanas con el actor, dramaturgo y psicoanalista Eduardo «Tato» Pavlovsky y el artista plástico Luis Felipe «Yuyo» Noé, tres activos protagonistas de la cultura argentina de las últimas décadas y amigos desde la juventud, hermanados por una generación y una absoluta libertad creativa a la hora de encarar su trabajo artístico y político. La última película de Pino Solanas hace pie en la necesaria lectura del caos para llegar a la obra buscada, para luego dar cuenta de su compromiso político, el exilio y las dificultades que tuvo que superar a lo largo de su vida.