Este es el rescate de una historia musical. Se trata de una investigación de la historia de Grecia y de la Argentina que tiene muchas similitudes y concomitancias a lo largo del siglo pasado. Así lo vivió Patricia Malanca, que por estos días presenta Grecotango, su nuevo álbum que gira en torno a un nuevo desafío: la fusión de la música de Buenos Aires con los clásicos de la música popular griega.

Con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes, con la Beca Bicentenario 2016 y el estudio de grabación de la Municipalidad de Avellaneda, Patricia Malanca realizó este material discográfico que propone un viaje filosofal, llevando las vertientes del tango hacia las entrañas del Asia Menor y la Europa Balcánica, tomando temas del rebétiko (nombre del estilo griego de canción arrabalera y popular) y de autores fundacionales como Márkos Vamvakaris y Vassilis Tsitsánis, todos versionados en diferentes estilos de tango, así como de clásicos del cancionero tanguero interpretados con fragmentos cantados en griego por primera vez. «Las primeras canciones fusionadas las canté estando allá y la reacción del público fue increíble, entonces me dije que tenía que llevar a mi tierra esto», relata la intérprete.

El paisaje social en el que nacieron ambos estilos musicales es similar: un horizonte poblado de inmigrantes, maleantes, drogas, alcohol, prostitutas y marineros. «En Atenas, el Puerto del Pireo es como la Boca. Después de 500 años de ocupación otomana, los griegos estaban ansiosos por establecer una cultura nacional y querían erradicar todo rastro de influencia oriental turca. Así la música de los refugiados orientales que provenían de Esmirna se mezcló con la subcultura arraigada en los puertos griegos en un estilo musical conocido hasta hoy como rebétiko, que sigue siendo el pilar de la música popular griega y que expone toda su riqueza multicultural», relata Malanca.

Durante los años ’20 y ’30 el tango ya había ingresado en Grecia y era considerada la música bailable de moda. Horacio Pettorossi, guitarrista, compositor y colaborador en las obras de Carlos Gardel, había pasado por la península helénica y es autor de «Noches de Atenas», canción que cantaba el Zorzal criollo. «También hay similitudes –aclara Malanca– entre la historia griega moderna y la de nuestro país, sobre todo desde lo social y económico, en la forma de ser, en la forma de vivir la política y el día a día».
Psicóloga y cantante desde muy joven, Malanca se despegó totalmente del tango for export –ámbito por el que circuló hasta el 2010– cuando salió «de la palestra para empezar a decir lo quería». Se siente una persona multifacética que intenta ir más allá del tango para indagar en otros sonidos. #Estamos obligados a ser creativos porque nuestro tiempo es así. A mí me gusta aportar cosas distintas, pero el tango es mi manera de vivir, mi filosofía, mi forma de encarar el mundo, y lo será hasta que me muera», concluye. «

Patricia Malanca presenta Grecotango. Este jueves 30 a las 21
en Torquato Tasso (Defensa 1575).

Un privilegio y una sorpresa

Recientemente, Patricia Malanca fue nominada a los premios Grammy latinos en la categoría mejor álbum de tango por Bucles, su disco producido el año pasado. Al respecto sostiene que se trató de «una verdadera experiencia artística y laboral pero también una sorpresa, sobre todo porque me permitió generar contactos en la industria a nivel global. Pude estar en una fiesta con todos los nominados y eso es un privilegio», dice en torno a una de las máximas celebraciones regionales del mundo de la música. Bucles es el tercer álbum de Malanca que «contiene cuatro historias de amor y unos once tangos desesperados, con piezas de poetas contemporáneos y canciones propias que contribuyen a seguir dando a conocer al tango en nuestros días».