Este martes, la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, fue a la legislatura a realizar la presentación formal  de la modificación del estatuto docente, proyecto que fue elaborado por el oficialismo porteño. Entre otras cuestiones, desde el ejecutivo local, aducen que la idea es mejorar y agilizar la formación docente para que se capaciten y puedan formarse en estudios superiores, aunque en realidad esto es algo que ya ocurre en la Ciudad de Bs As, dado que muchos de los maestros y maestras ya cuentan con licenciaturas y títulos de posgrado.

Si bien el motivo de este primer encuentro fue dar a conocer el contenido del proyecto de modificación del estatuto, lo curioso es que a la reunión no fueron invitados los trabajadores y trabajadoras de la educación: le negaron el acceso a quienes deberían ser los protagonistas del debate. Pero eso no es todo, la titular de la cartera educativa no quería a los medios presentes en el lugar, que, de no ser por la insistencia de algunos periodistas y de asesores políticos de la ministra que le manifestaron que “sería un papelón”, casi sobre el comienzo del encuentro abrieron las puertas del Salón Alfonsín a la prensa.

La funcionaria llegó pasadas las 14 horas y comenzó con su exposición: «Este proceso se inició allá por el 2016 cuando asumió Horacio Rodríguez Larreta como jefe de gobierno, nos propusimos cinco grandes objetivos de política pública en el primer gobierno de nuestra gestión» señaló Acuña.

Afuera de la legislatura, mientras tanto, las y los maestros seguían intentando ingresar al salón para escuchar la presentación del proyecto que modificará sus derechos laborales. «Dejarnos afuera de esta reunión es una estrategia que tiene el gobierno de Larreta que quiere transformarnos en objeto de sus políticas, sin que tengamos voz y voto», señala a Tiempo, desde las puertas de la legislatura, la Secretaria General de Ute-CTERA Angélica Graciano. «Nos hemos presentado aquí para poder ingresar y nos han prohibido el acceso argumentando que es una reunión cerrada a pedido de la propia Ministra Acuña», agrega.

Esperanzados en poder ingresar al lugar, los trabajadores de la educación aguardaron con paciencia, algún indicio de coherencia que les permita el acceso al salón donde se encontraba la ministra mientras enumeraba cada uno de los “cinco grandes objetivos” del plan educativo de su cartera: En primero fue la supuesta construcción de 54 escuelas, otro punto mencionado fue profundizar el proceso de digitalización; también habló del retorno del Plan Sarmiento; luego de la creación de la UniCABA; “y había un quinto punto que no pudimos iniciar en esta primera etapa que tiene que ver con pensar la carrera docente desde el punto de vista del desarrollo profesional”, desarrolla Acuña mientras los docentes seguían intentando ingresar a la legislatura.

“Esto es algo a lo que nos tiene acostumbrados el gobierno de la Ciudad, la falta de diálogo con las y los docentes: No es verdad que esta reforma del estatuto fue consultada a los trabajadores y trabajadoras de la educación, y una muestra de ello es que nos cerraron las puertas en la cara y no nos dejan entrar”, manifiesta a Tiempo, Mariana Scayola, Secretaria General del gremio docente Ademys. “Con este proyecto de Ley Acuña viene definitivamente a destruir la carrera docente, y una de las cuestiones que más preocupa es cómo se instala en el estatuto docente una lógica empresarial dentro de las escuelas, y un funcionamiento para la docencia con ese criterio empresarial: mérito, premios y castigos y un salario personalizado para cada docente”, agrega y termina: “El gobierno plantea que haya cargos intermedios para conducir, sin dejar el trabajo en el aula y al mismo tiempo acumular tareas sobre eso, cuando en realidad lo que necesitamos los docentes es lo contrario, distender la cantidad de tareas que tenemos en las escuelas para poder afrontar las problemáticas fundamentales”.

Adentro, la ministra continuaba con su exposición acelerada, de corrido, sin tomar aire, y esperando que el tiempo fluya: “Desde el 2017 empezamos con un proceso de participación en talleres presenciales en la Escuela de Maestros. Continuamos en 2018 con distintas dinámicas de participación. En el 2020 realizamos llamados telefónicos individuales desde el área de carrera docente, para entender cuáles era las situaciones de los docentes”, prosiguió.

Afuera, nuevamente, y casi de manera coordinada, los docentes respondían sin poder escucharla, cada una de las cosas que exponía la ministra. Es como si conocieran de antemano cuál sería el discurso y los argumentos oficiales para querer modificar el estatuto: “Es mentira, en ningún momento el ministerio de educación nos llamó para intercambiar ideas sobre la modificación de nuestro convenio de trabajo”, lanza a Tiempo Karina Costaguta, Secretaria General de la Unión Argentina de Maestros y Profesores, CAMYP. “Lo único que hicieron fue llamar por teléfono a los docentes y preguntarles si querían ganar más dinero como maestro ¿Qué es esa pregunta?, obviamente que no dieron más detalles ni tampoco nos invitaron a participar”, agrega y concluye: “Es más, los gremios nos enteramos hoy que la ministra Acuña iba a exponer en esta reunión de la comisión educativa, y vinimos a golpear la puerta para ver si nos dejan entrar y nos negaron el paso”.

Por qué Larreta quiere modificar el estatuto docente

El proyecto ingresó a la Legislatura el 3 de marzo pasado, con el objetivo de «actualizar y jerarquizar la formación y los contenidos» de los trabajadores de la educación, según palabras del propio jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en el inicio de sesiones ordinarias. «La idea es avanzar sobre la posibilidad de contar con roles y/o funciones que reconozcan la experiencia y el saber acumulado por los docentes que no desean pasar a desempeñar cargos de conducción y de supervisión, pero que están en condiciones de asumir otro tipo de responsabilidades que complementan y apoyan la tarea de la enseñanza», precisaron desde la cartera educativa. En el mismo sentido agregaron que «se piensa en una trayectoria docente que, a través de la formación continua, permita el acceso a estas funciones diferenciadas con el objetivo de mejorar la práctica docente a través de diversos incentivos que incluya, formación específica, posibilidad de desempeñarse en funciones vinculadas al aula y reconocimiento salarial específico».