La iniciativa surgió en un aula. Fue en 2017, en el marco de la materia Práctica Profesional del último año de la Tecnicatura Superior en Gestión Ambiental y Salud, en el Instituto Superior de Formación Docente y Técnicos N° 140 de General Pacheco, en Tigre. En esa carrera, cerrada luego bajo el gobierno de María Eugenia Vidal, el profesor Roberto Goldschmidt propuso a alumnos y alumnas realizar como trabajo final un proyecto para crear una reserva natural pública en terrenos que la Armada tenía en desuso en Rincón de Milberg. El resultado de la tarea colectiva fue tan sólido que salió del aula y llegó como proyecto al Concejo Deliberante. Por entonces no prosperó, pero la propuesta resurgió ante el avance privatizador sobre esas tierras, que permitirían generar una puerta de acceso pública al río y conservar la gran biodiversidad local. A cuatro años de aquel puntapié inicial, cobra fuerza la lucha por la creación de la primera Reserva Natural Urbana y Pública de Tigre.

“La idea surgió en una tecnicatura de gestión ambiental. Se lo propuse a los alumnos, se hizo un trabajo técnico con documentación, plan de manejo, etcétera, en un predio de la Armada Argentina que está sin uso. Está en la parte continental, sobre el río Luján. Es un ambiente igual al del Delta, y al ser de la Marina está en estado virgen. Es ideal para una reserva”, resaltó Goldschmidt en diálogo con Tiempo. Y recordó que “se presentó en su momento en la Municipalidad y desde entonces se fue hablando con funcionarios, concejales. El problema es que lo pidió también el Club tigre para una cancha, estacionamiento y vestuario. Iban a destruir todo, por eso vecinos y ambientalistas se plegaron a impulsar el proyecto y ahí recobró fuerza”.

“Este año todo se volvió a remover porque nos enteramos de un pedido que el Club Tigre le hizo a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) para que les ceda esas tierras para un centro deportivo. Uno de los concejales de (Sergio) Massa presentó proyecto avalando ese pedido y eso removió el tema. Nos volvimos  a juntar y empezamos a activar: tratamos de generar acciones en el lugar: plantación de árboles, relevamiento de fauna y flora, junta de firmas. Se presentó nuevamente en el Concejo y hubo reunión con distintos bloques para que se pida a la AABE que el destino sea la reserva”, contó Federico Ugo, ex concejal, dirigente zonal y actual subsecretario de Economía Popular de la Provincia. El nuevo impulso al proyecto incluyó una reunión la semana pasada con el intendente, Julio Zamora, quien también “dio apoyo” a la creación de la reserva en ese espacio de casi 21 hectáreas sobre la margen del río Luján y el Canal Aliviador, frente a Marinas Golf.

Desde que surgió la propuesta original, hace cuatro años, parte importante del territorio en disputa fue desmontado para instalar canchas de rugby. “Cuando hicimos el proyecto era todo monte verde. Después hubo una parte que tiene un permiso de uso precario que le dieron al Delta Rugby Club, pero está vencido. La idea ahora es que la mitad que quedó como monte quede como senderos y circuitos, y lo que ya desmontaron se puede usar para vivero, juegos, mesitas, que también sea de uso público”, propuso Goldschmidt.

“La idea es hacer el mayor ruido posible y lograr la mayor participación posible de la ciudadanía para torcer el camino que tenía destinado el predio”, remarcó Ugo. El próximo paso será iniciar formalmente trámite en la AABE, mientras continúan las acciones en el territorio cada dos semanas. El 10 de julio, por caso, habrá una jornada comunitaria de limpieza del lugar. Todo con el impulso de un grupo en crecimiento que incluye a ambientalistas, movimientos sociales, ONGs, espacios sindicales, ámbitos especializados como el Observatorio de Aves, vecinos y vecinas. “Se dio una confluencia piola que ayuda”, opinó Ugo.

“Lo que resaltamos es que al estar en el lado continental es de fácil acceso: no hay que tomar una lancha o pagar una entrada. Cualquier persona puede llegar. El objetivo de una reserva urbana es que la naturaleza esté al alcance de la gente. En los últimos años y con la pandemia también se vio la necesidad del verde y el aire libre. Ya lo sabíamos, pero ahora lo vimos todos”, alertó Goldschmidt, especialista en gestión ambiental. Señaló además que la propuesta se enmarca en una “tendencia mundial” hacia la creación de reservas urbanas y que todos los municipios de alrededor tienen la suya.

Tal como pasa en la Ciudad de Buenos Aires con la lucha por el predio de Costa Salguero, aquí también se trata de una batalla por el acceso al río. “Algo importante es recuperar la costa. En Tigre no hay costa pública. Hay un kilómetro y medio del Paseo Victorica –entre el río Tigre y el Reconquista- pero el resto está ocupado por barrios privados, el Parque de la Costa, guarderías. La gente común no puede acceder. Buscamos recuperar área verde, costa y hacer algo que sea cuidar la biodiversidad”, sintetizó el docente.

Tanto Ugo como Goldschmidt indicaron que el reclamo tigrense “tiene en común con Costa Salguero que son tierras del Estado y que se quieren privatizar. En ambos casos queremos que sea tierra pública para todos”. De fondo, plantearon, hay una discusión entre dos miradas opuestas: la que ve a la tierra para uso público, que apunta a la conservación y el disfrute de la comunidad, y la que se vuelca a los intereses privados. Sea para la construcción de torres de lujo o para ampliar las dimensiones de un club del que sólo pueden disponer socios y socias.