“Hacemos marchas día por medio. Y vamos a seguir haciéndolas. Hasta que haya justicia”, dice María Laura, la madre de Daiana Abregú, quien apareció muerta en una comisaría de Laprida el domingo 5 de junio, cuando los policías a cargo dieron una versión de suicidio que no convenció a nadie. Mientras se esperan nuevas pericias y un cambio de carátula, denuncian presiones para que cese el reclamo de una comunidad movilizada.

Este miércoles, de hecho, la familia convocó a una nueva marcha. Esta vez, en La Plata, donde viven gran parte de los Abregú. Y adonde pensaba mudarse Daiana. “Dentro de todo nos acompañan. Pero el pueblo casi todo trabaja en la Municipalidad. O recibe ayuda con las garrafas y leña, esas cosas. Cuando vamos a la plaza les da miedo participar. Que les quiten eso. Mucha gente acompaña desde la casa, por redes, pero no van por miedo. Te lo dicen. Uno que estuvo en la marcha dijo que lo amenazaron con sacarle el trabajo. Igual participó”, alertó la mujer, madre de siete hijas y tres hijos, y ahora a cargo también del nene de Daiana, de nueve años.

El abogado de la familia, Sergio Roldán, confirmó a Tiempo que “el Municipio de diferentes formas está apretando a la gente que va a las marchas. Es una comunidad chica, todo el mundo se conoce. A la familia le dicen ‘estoy con ustedes, pero me bajan línea de la intendencia y si me ven en la marcha me echan’. Están apretando a médicos, a funcionarios. Es siniestra la jugada, pero así se manejan. Meten mucha presión para que no vaya más gente a la marcha”.

La última novedad del caso, notificada esta mañana, es que se denegó la eximición de prisión que habían solicitado los cinco policías que estaban a cargo de la seccional cuando murió la joven. Lo resolvió la titular del Juzgado de Garantías N° 1 de Olavarría, Fabiana San Román. Están todos en sus domicilios, pero “están al descubierto para ser detenidos; cuando cambie la carátula deberían pedir la detención”, apuntó Roldán. Por el momento, sigue siendo “averiguación de causales de muerte”.

“Seguimos reuniendo pruebas. Lo que nos queda por delante es trabajar sobre la autopsia, todavía tenemos un montón de pericias. Las primeras para el 26 de junio. Luego la apertura de teléfonos la tenemos para el primero de julio. Estamos trabajando sobre el audio también”, dijo el letrado en relación a un mensaje que circuló en los últimos días. En el audio, la voz de una nena cuenta que a Daiana le colocaron una bolsa en la cabeza, práctica habitual en esa seccional para ‘calmar’ a personas detenidas. Se dijo que quien lo había enviado era la hija del médico que atendió a la víctima, algo que fue desmentido en conferencia de prensa por profesionales del hospital local. Sin embargo, la investigación sobre la procedencia de ese audio continúa. “Hay que hacer el pedido a Claro. Va a demorar por lo menos diez días. Tenemos que probar la titularidad del teléfono, quién mandó el audio, no es sencillo”, informó Roldán.

Queda pendiente, además, la posibilidad de una segunda autopsia. “Estábamos por dejarla en un nicho y me dijeron que no, que espere”, contó la mamá de Daiana. Y repasó todas las irregularidades que detectó su familia desde que les avisaron sobre la muerte de la joven de 26 años, varias horas después del deceso.

“El día que pasó esto mi marido quería ver el cuerpo de mi hija y no lo dejaron. Le dijeron que estaba en la morgue. Lo mandaron al hospital y cuando entró le dijeron que mi hija no estaba ahí. Estaba lleno de policías, lo querían encerrar en el área de salud mental porque estaba nervioso. Decían que por ahí se quería matar, pero era mentira. Enloqueció con lo que pasó”, dijo María Laura.

Recordó que sobre su hija también intentaron instalar la versión de que estaba en medio de un brote y ebria. “El médico desmintió eso. Ellos decían que estaba alcoholizada. Pero yo sabía que no tomaba hacía más de tres meses. Dijeron que estaba muy nerviosa, con olor a alcohol. El médico dijo que entró caminando al hospital, tranquila. Que solo le preocupaba que la encerraran por el nene. Era mentira lo que decían los policías”.

María Laura divide su tiempo entre el reclamo de justicia y el cuidado del hijo de Daiana. “Ahora le pesa más al nene. Ve fotos. Yo estoy todo el tiempo con él, está prendido de mí. Va a las marchas. Pero a la última no quiso. Si quiere, lo llevamos. Hasta ahora había ido siempre”, contó su abuela. Describió a Daiana como “la más coqueta” de sus siete hijas, “la más loca de la familia. No salía a la calle si le faltaba un aro. Pasaba horas arreglándose. El nene todo el tiempo limpio, acompañándola. Siempre iban los dos juntos, madre e hijo. Es como que el nene perdió la otra parte de él. Y ahora la copia a la madre: hace todo, prepara la ropa para que lo bañemos, quiere combinar la ropa como hacía ella. Mi otra hija le preguntó con qué combinaba su gorra de Boca y el dijo ‘con el corazón’. Tiene respuesta para todo. Es igual que ella”.