Después de más de un año de la muerte de Sofía Fernández, esta semana hubo un avance enorme en la causa: detuvieron a diez policías bonaerenses que fueron parte del crimen y posterior encubrimiento.

Durante la jornada del miércoles, gracias al trabajo del equipo Fiscal, integrado por los fiscales Manuel Cayuela y Esteban Álvarez, y la ayudante fiscal Victoria Santamaría y el de la querella se pudo avanzar un gran paso en la investigación. La causa hasta esta semana tenía la carátula de “averiguación de causales de muerte”, confirmó el abogado Ignacio Fernández Camillo, quien patrocina a la familia de la víctima.

Cinco policías fueron detenidos y procesados por homicidio calificado por odio a la identidad de género, por el concurso premeditado de dos o más personas, agravados por ser perpetrados por miembros integrantes de la fuerza policial.

Se trata de los policías subayudante Carlos Rodríguez, la sargento Yésica Núñez, la subteniente, Viviana Ruiz, el sargento Gonzalo Germán Robles y el oficial subayudante Ezequiel Francisco Ávalos Ibáñez.

Además, también se procesó y efectivizó la detención de cinco Policías por el delito de encubrimiento calificado y falsificación de documento público. Es el caso del titular de la comisaría, Daniel Salerni, la subcomisaria, Mirian Valor; la sargento Gabriela Miño, la oficial Camila Pitular, y el ayudante de oficial, Gustavo Gabriel Camacho.

La policía torturó a Sofia por odio al género

De acuerdo a los datos arrojados por la autopsia, se determinó que la mujer de 36 años fue víctima de diversas torturas por parte de los policías.

La mujer entró a la Comisaría 5ta de Derqui, provincia de Buenos Aires el sábado 8 abril por motivos que hasta hoy no se determinaron. Ese mismo día, su familia fue informada de la detención, cuando dos efectivos fueron a corrobar los datos de Sofía.

Uno de los efectivos dijo que la habían detenido por averiguación de antecedentes y que pronto saldría. El otro dijo que había intentado ingresar a robar a una casa. Ninguno de las dos causas convenció a Mabel Valdéz, la hermana de Sofia.

Los días posteriores, la familia de la mujer intentó verla en la comisaría, pero la policía no les permitió. En la madrugada del 11 de abril, llegaron hasta la casa de Mabel a informarles que Sofía se había suicidado. Luego dijeron que había sufrido muerte súbita, hasta que en agosto se conoció la autopsia que determinaba que la mujer murió por asfixia por obstrucción de vías.

Sin embargo, las pericias evaluadas por el médico legista Jorge Velich determinaron que Sofi fue torturada hasta la muerte. “La muerte se debió al accionar de tres o más personas, al unísono mediante la reducción de la víctima por golpes con objetos duros y romos en torso y dorso (…) No cabe duda además de que fue violenta y fuertemente sujetada por sus cuatro miembros dada la presencia de huellas de prehensión algunas con improntas ungueales. No se puede descartar la concurrencia de maniobras de abuso sexual dado los hallazgos cito genéticos”, expresó el abogado Fernández Camillo.

Estos datos también fueron cotejados con el hallazgo en los teléfonos celulares de los policías. Allí encontraron audios y textos que comprometieron a los efectivos. “Encima Pitu, me acordé (…) no sé si escuchaste cuando dijo Ávalos, ‘sos un hombre grande, tenés pelotas’ (risas), que hijo de puta como le va a decir eso. Estos putos te denuncian así nomás”, fue uno de los mensajes que se encontraron en los teléfonos.

Justicia por Sofía

En abril la familia de Sofía realizó una nueva manifestación frente a la comisaría para pedir justicia. Amnistía Internacional ese año se sumó a la campaña para que se realiza una investigación profunda sobre la muerte de la mujer.

Sofía tenía 39 años y se había inscripto en la carrera de Enfermería. Era profesora de Lengua, pero dejó su trabajo por la discriminación que sufría. Estaba expectante por empezar a estudiar de nuevo y había iniciado los trámites para el cambio registral.