Nazareno Juan Cruz Mejías, de 20 años, conocido en la zona sur del conurbano como “Convulsión”, acudió a la comisaría Primera de Quilmes apenas unos minutos después de haber sido baleado junto a sus dos cómplices de 15 años, de los cuáles uno murió. Su versión no fue creíble y quedó aprehendido: había sido atacado a tiros por un hombre que iba en bicicleta al que habían querido asaltarlo.

Durante la indagatoria, “Convulsión” se negó a declarar ante el fiscal Jorge Saizar, titular de la UFI 5 del Departamento Judicial de Quilmes y quedó imputado formalmente del delito de «robo calificado por el uso de armas, en poblado y en banda».

El sospechoso había estado preso el año pasado por el crimen Lucas Cancino, el estudiante de 17 años apuñalado en el pecho en un intento de robo cuando se dirigía a la escuela a bordo de su bicicleta en la localidad de Ezpeleta. Por ese caso, Mejías fue sobreseído.

Para los investigadores, Mejías participó en la madrugada de este jueves junto a dos adolescentes de un raid delictivo a bordo de una moto robada en el que asaltaron a una mujer y a un hombre que iba a bordo de una bicicleta, en Quilmes Oeste.

Según se pudo reconstruir, esa última persona fue la que efectuó los disparos que impactaron en los tres asaltantes, uno de los cuales fue identificado como Agustín Guillet, quien en un principio se creyó que era mayor de edad pero luego fue reconocido por su familia tras su deceso en el hospital de Quilmes. El otro adolescente resultó gravemente herido en el abdomen y continuaba internado en terapia intensiva.

Los investigadores todavía no pudieron identificar al tirador anónimo dado que las cámaras de seguridad solamente los tomaron cuando ya estaban los tres heridos. «Cuando se fueron del primer hecho se cruzan con un sujeto en bicicleta y se la van a tratar de robar pero estaba armado y les efectuó los disparos», describió un vocero.

Mejías recibió dos balazos con orificios de entrada y de salida en su cuerpo pero su estado de salud no revestía gravedad, motivo por el que pudo ser indagado por el fiscal Saizar.

A contrarreloj, se procura identificar quién fue el tirador anónimo y dónde fue el hecho, ya que si bien se determinó que ocurrió en Quilmes Oeste por la ruta de escape de los delincuentes no se sabe el lugar exacto.

El caso

El episodio ocurrió el jueves a las 4.15 y comenzó a investigarse cuando la Policía fue alertada de un intento de robo a una joven de 28 años que fue interceptada en la calle Andrés Baranda a 4300, cuando salió de su casa para ir trabajar.

Según las fuentes, la mujer fue abordada por tres personas en una moto que quisieron arrebatarle la cartera y, como se resistió, efectuaron un disparo intimidatorio al aire y escaparon sin concretar el robo.

Unos diez minutos después, y a 12 cuadras de ese lugar, en la calles Lugones, entre San Martín y Moreno, la policía fue alertada sobre la presencia de dos personas heridas de bala y de una moto tirada en el medio de la calle.

Del análisis de cámaras de seguridad particulares realizado posteriormente surgió que además una tercera persona, que parecía estar herida de bala ya que caminaba con mucha dificultad, escapó del lugar, añadieron los informantes.

Los dos heridos fueron trasladados de urgencia al hospital de Quilmes en muy grave estado y fueron sometidos a respectivas operaciones. Guillet murió poco después debido a las lesiones de bala que sufrió en la zona abdominal, y el otro adolescente quedó internado.

En el lugar de los hallazgos, la policía secuestró la moto, una Guerrero 150cc que luego se estableció había sido robada esa misma madrugada de una vivienda situada en la calle Varela al 1000, de Quilmes.

Al secuestrar la moto, los pesquisas encontraron un proyectil calibre 9 milímetros que se cree impactó contra el rodado cuando el tirador baleó a los jóvenes que iban a bordo. “La moto perdió estabilidad porque le habían pegado un proyectil de nueve milímetros, el mismo calibre de un proyectil que a Guillet le encontraron en su cuerpo durante la autopsia», precisó la fuente.

En tanto, a unos metros, se hallaron dos revólveres calibre .22 con la numeración suprimida, uno de los cuales en apariencia no funciona y otro que tenía tres proyectiles intactos y uno percutado.

A raíz de la gravedad de los hechos, efectivos de la seccional 1 de Quilmes y de Prefectura Naval, junto con el fiscal del caso, hicieron una recorrida por la zona y analizaron las imágenes tomadas por distintas cámaras particulares.

Así establecieron que los jóvenes debieron haber sido baleados en un trayecto de 700 metros entre que se los vio andar en la moto hasta que se los captó caídos y heridos. Por ahora, ningún vecino aseguró haber escuchado disparos.