«Necesito mañana cerrar el tema de las cocinas. Sé que no lo tenemos listo pero necesito inventar los presupuestos que nos faltan». Las palabras que el director de Infraestructura Escolar de la provincia de Buenos Aires, Mateo Nicholson, le dijo a su colaboradora María en un mensaje de audio, desnudaron una metodología de sobreprecios e irregularidades en el manejo del área que se ocupa de los edificios educativos bonaerenses, y que ya le valió denuncias ante la Justicia y un posterior pedido de licencia. Pero por sobre todas las cosas, puso el foco en la inacción de la gestión de María Eugenia Vidal en lo referente a la realización de obras escolares. Un número refleja la crisis: de acuerdo a un relevamiento, al menos 781 escuelas bonaerenses sufren algún problema edilicio.

El último martes, el salón de actos de la Escuela Normal de Azul estaba colmado de estudiantes. Junto a varios profesores, hicieron un «frazadazo». El motivo: el colegio permanece sin calefacción hace días, tras la rotura de una caldera. Sin respuestas de las autoridades, la dirección del colegio histórico de la ciudad resolvió que no hubiera clases durante toda la semana. «Hay una alteración en las prioridades. Se está invirtiendo dinero en arreglar la fachada de la escuela, cuando nosotros adentro no podemos tener clase porque pasamos frío», sostiene Renata Minotti, del centro de estudiantes. Su compañera Valentina Scotti, agrega: «No sólo que no anda la calefacción sino que hay vidrios rotos, ventanas que están atadas con alambre, otras que no cierran. Eso hace que tengamos que estar adentro de los salones con campera, gorros, guantes y bufandas».

No es la única escuela de la provincia que tiene problemas con la provisión de gas: la Técnica N° 5 (con el comedor hecho a nuevo) y la Secundaria N° 1 de Tandil, la N°2 de Coronel Rosales, la Técnica de Coronel Pringles, la Primaria N° 26 de Abasto, la Secundaria N° 5 de Ituzaingó, la N° 9 de Castelar, son sólo algunas de las que padecen el mismo inconveniente. En la Secundaria N° 21 de Almirante Brown hace un año que no funcionan las calderas, y la Primaria N° 7 de Banfield ya lleva dos sin conexión de gas.

A finales de mayo, el Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB), que nuclea a los sindicatos de la provincia, realizó una jornada de protesta llamada “Carpetazo”, que incluyó la entrega de un informe a autoridades, concejales, legisladores y consejeros escolares, donde soslayan diferentes falencias del sistema educativo, como la ausencia de cobertura de cargos, recortes en las prestaciones del IOMA (la obra social de los estatales bonaerenses), cierre de escuelas y aulas superpobladas. Uno de los principales capítulos es el correspondiente a la infraestructura escolar, en el que enumeran 781 establecimientos con problemas edilicios. Los casos van desde caídas de techos hasta filtraciones de agua.

El texto resalta que el 50% de las escuelas del partido de General Pueyrredón, con epicentro en Mar del Plata, tiene filtraciones en techos y paredes; un 25%, falencias de calefacción; y otro 25%, problemas con los sanitarios, falta de agua potable y limpieza de tanques. Según estimaciones de los gremios, sólo en ese partido se necesitan 15 edificios nuevos con 26 aulas. El bloque de Unidad Ciudadana presentó un proyecto para que se declare al distrito en Emergencia en Infraestructura Escolar. “Hay un ajuste en curso en la Provincia y este es un ejemplo –afirma Gustavo Santos Ibáñez, titular de la filial marplatense de Suteba–. Mar del Plata y Batán ocupan hoy el triste primer lugar en el ranking de déficit de infraestructura escolar. Cursos enteros hacen rotación de días por falta de calefacción. Algo que se agravó cuando la gobernadora decidió intervenir el Consejo Escolar: pasaron dos meses y no ha resuelto los problemas”.

En General Rodríguez, “el 80% de las escuelas tiene filtraciones en los techos y rajaduras en las paredes, caída de mampostería, desprendimiento de cielorraso, falta de mantenimiento, falta de sanitarios y de luminaria”. Tres primarias, tres secundarias y un jardín tienen sus obras paralizadas en ese municipio. En Florencio Varela son 14 las escuelas con trabajos frenados que ya podrían estar funcionando con instalaciones nuevas.

«Según nuestros últimos relevamientos, más del 70% de los establecimientos educativos tienen algún tipo de problema edilicio», denuncia Mirta Petrocini, presidenta de la FEB. Y acota: «Muchas familias entran a un baño, ven esa realidad y automáticamente se transforma en un factor a la hora de elegir escuela para sus hijos».

Sin números redondos

En el audio, Nicholson le explica a María que debe ser cuidadosa al dibujar los números: «O sea, tal cocina, si vos sabés que es nueva, ponele el monto que calculás por metro. Obviamente, que no dé un número redondo… no sé, 1.000.054″. Nicholson debía presentarle a Vidal el plan para obras en 79 cocinas escolares por unos $ 80 millones. El propio funcionario aclara que infla los precios: “Porque vos me habías dado las primeras 17, el promedio daba 700 mil pesos y yo lo tiré para arriba y dije que nos iban a costar promedio un millón, con lo cual daba 79 cocinas: 79 millones». En ese ejemplo hubo 23,7 millones de sobreprecio.

El bloque del Frente Renovador presentó un pedido de informes y reclamó que se cite al director de Cultura y Educación, Gabriel Sánchez Zinny, a la Cámara de Diputados bonaerense, para que explique el accionar de su funcionario, cuyo caso calificaron como el “primer hecho de corrupción fehacientemente comprobado del gobierno bonaerense”. La oposición pidió “determinar si esto no es la punta del iceberg” y reclamó el detalle de las licitaciones, obras y montos de las obras educativas realizadas y por realizarse en la provincia, junto con las empresas beneficiadas con las distintas obras. Gran parte de esa información no es pública.

Mientras tanto, los contratos se multiplican. Sobre todo desde que Vidal anunció la universalización del Servicio Alimentario Escolar (SAE), con partidas de hasta 300 millones de pesos. Al menos 200 cocinas y espacios de comedor van a ser “puestos en valor”. “Se acomodaron todo para hacer las cosas directas, de esa forma no controlás nada, ni los montos ni comparación de precios, y ni siquiera lo publican de manera oficial”, dice Hugo González, secretario general de Suteba Tandil.

En esa ciudad serrana hay una obra paradigmática: el edificio del Polivalente de Arte. Tras años de inacción, en 2013 empezó a progresar, hasta que la gobernadora disolvió la Unidad Ejecutora Provincial (UEP) a finales de 2017. “La obra es emblemática para el distrito. El colegio tiene 700 alumnos que cursan en el sector viejo. Se paralizó en febrero de este año, sin explicaciones de por qué sacaban a la empresa a cargo, cuando falta sólo un 15% para terminarla. Se nos dijo que los trabajos se reanudaban en marzo, pero hasta hoy no comenzó nada”, comenta González. Algo similar ocurre con el edificio del conservatorio de música Isaías Orbe, en esa misma localidad.

Más allá de los “inventos” de Nicholson, Vidal redujo el presupuesto para Educación y Cultura. Mientras en 2016, con el aprobado en 2015, fue el 28,1% del total de la Provincia, en 2017 bajó al 24,9 por ciento. Los 3,2 puntos porcentuales de diferencia significan $ 16.533 millones menos, lo que equivale a 998 escuelas secundarias o 1764 jardines, según un informe del Instituto para el Desarrollo Económico y Social de Buenos Aires (IDESBA). Como contraparte, el pago de los servicios de la deuda pública tenía una incidencia del 4,5% en el presupuesto de 2016, y el año pasado subió al 6,2%.

“El fuerte desfinanciamiento y la subejecución presupuestaria llevan por ejemplo a que alumnos de la Escuela Técnica N°3 no tengan clases de Educación Física porque no hay presupuesto para arreglar el techo parabólico del gimnasio. El espacio escolar hace a la calidad educativa”, acota Santos Ibáñez, desde Mar del Plata.

Los problemas persisten. El establecimiento que alberga la Escuela Primaria Nº 23, la ES Nº 81 y el Fines 2 de La Plata sufrió un incendio en octubre de 2017. Hasta la fecha no hubo ninguna solución y el alumnado debe dividirse en dos lugares diferentes. En Esteban Echeverría, la ESB Nº 16 sufrió a principios de mayo la caída de una parte del techo. En Lanús, la EP Nº 35 y Jardín de Infantes Nº 924 arrancaron junio sin agua. Y en la EEE 504, por una obra en construcción, trabajan dos grupos por aula. En la EEE 507 de Lomas, los chicos se quedaron sin clases porque se detuvo la obra. En Ituzaingó, durante la última semana de mayo, Edenor le cortó la luz a la Secundaria 10 por falta de pago de la Dirección General de Escuelas. Estuvieron tres días sin clases.

Ahora la lupa de opositores y gremios se deposita sobre la falta de controles en las contrataciones realizadas por la Provincia en este tiempo. Una de mayo, por ejemplo, destina al transporte de alumnos en Chascomús durante ocho meses exactamente $ 1.453.608 (nada de números redondos, como enseñaba Nicholson).

El sitio Primereando publicó el mes pasado un artículo en el que remarca que se le otorgaron doce obras en Merlo, Morón, La Matanza e Ituzaingó a la constructora SES SA, manejada por Nicolás Caputo, por un total de 13 millones de pesos. El Disenso también menciona a Insersan SA, cuyo director suplente, Tulio Ernesto Perdriel, fue colaborador de la gestión bonaerense. Esa firma estuvo a cargo de la Escuela Especial N° 512 de Mar del Plata, que tras 18 meses de demora, fue entregada en febrero. Duró sólo un mes. Tras unas fuertes lluvias, el cielorraso se cayó a pedazos y el edificio quedó anegado. Por casi dos meses no hubo clases. A pesar de la negligencia, la Dirección de Infraestructura le otorgó a Insersan dos jardines de infantes en Pilar por más de 11 millones de pesos. «