El cuarto año del Normal 6 esperó la clase con ansias. A las 7:45 de la mañana del miércoles, sus estudiantes estaban expectantes a cada uno de los segmentos en que Cristina dividió la jornada. El tema central fue hablar sobre «la década infame», el período de nuestra historia que comenzó el 6 de septiembre de 1930 con el golpe de estado cívico-militar que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen y finalizó el 4 de junio de 1943. «Hola chiques», comenzó la clase. «Vamos a hablar del edicto policial que prohibió a les personas trans, establecido por un teniente Coronel en el año 1932». El edicto habilitaba una pena de hasta 30 días de arresto a quienes se exhibieren en la calle con ropas del sexo contrario, y recién se derogó en la Ciudad de Buenos Aires en el año 1996.

Cristina Montserrat Hendrickse es docente de historia y abogada trans de la UBA, gran parte de sus 53 años de vida los dedicó a luchar por los derechos humanos, defender aquellos que fueron adquiridos a lo largo de la historia y tratar de conquistar muchos otros. Es profesora de historia en la Escuela Normal Superior Nº 6 «Vicente López y Planes», ubicada en Güemes 3859, en el barrio de Palermo, CABA. La institución educativa cuenta con 113 años de historia y abarca los cuatro niveles de estudio: Inicial, primario, secundario y superior. «Hago uso de mi objeción de conciencia sobre la decisión de esta medida arbitraria», Montserrar Hendrickse señaló en diálogo con Tiempo.

Como forma de protesta y en rechazo a la eliminación del lenguaje inclusivo dentro de las escuelas porteñas, medida adoptada por el Jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, y su ministra de Educación, Soledad Acuña; la abogada y docente trans, dio su clase utilizando el lenguaje inclusivo: «Las potestades disciplinaria de cualquier administración, en este caso de la Ciudad de Buenos Aires, encuentran sus límites en los derechos humanos, y el derecho a la identidad de género y el derecho a la diversidad son DDHH; y la diversidad cultural está reconocida en el artículo 75 de nuestra Constitución Nacional, y el derecho a la identidad de género está reconocido en el artículo 13 de la Ley 26.743», analiza la abogada y profesora.

Ciertamente, esa norma Federal establece en su artículo 13: «Toda clave o código que se utilice, en el sector público o privado, para identificar a las personas debe omitir dentro de sus combinaciones letras, números o signos que hagan referencia al sexo de la misma. Los responsables de las claves o códigos en uso, donde el sexo de la persona es identificable, tendrán un plazo de 365 días para implementar su cambio o modificación».

La medida autoritaria adoptada por la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, generó un fuerte rechazo en distintos ámbitos, dentro y fuera del sector educativo; pero especialmente en la comunidad de personas con identidades de género diversas no binarias, que no aceptan que se las invisibilice mediante un decreto autoritario y sin ninguna fundamentación pedagógica que acompañe la polémica medida.

«Como profesora de historia y ciudadana, está claro que, por un lado están intentando invisivilizarme como persona que no responde a ninguna norma binaria; pero también hay una fuerte censura por parte de Acuña y Larreta que están coartando mi libertad de expresión y repito: mi derecho humano a la identidad de género que además de nuestra constitución y leyes federales, está reconocida como tal en la opinión consultiva 24 del año 2017, de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). No estamos hablando de caprichos ni de modas, son derechos humanos, punto», agrega Montserrat Hendrickse.

La docente y abogada considerada que la ideología de la ministra de Educación, Soledad Acuña, es retrógrada, oscurantista y de ultraderecha, que replica lo que está ocurriendo en gran parte del mundo. «En el Estado de Florida el mes pasado prohibieron usar la palabra gay en las escuelas. Acuña se enrola en esa línea pero aquí tenemos un muro de contención frente a estos autoritarismos que son los derechos humanos incorporados a nuestra Constitución».

La docente no se paraliza ante posibles sanciones o represalias

«Es un acto de protesta contra nuestra invisibilización», señala Cristina Montserrat Hendrickse, que no teme a ninguna represalia que pueda llegar a tomar la cartera educativa porteña, luego de que la propia ministra Acuña amenazara con sancionar a las y los docentes que no cumplan con la polémica resolución que elimina el lenguaje inclusivo en las escuelas porteñas, argumentando que: «Lo primero que tiene que hacer la conducción de esa escuela es explicarle al docente que el foco de lo que hace tiene que estar en los derechos de los estudiantes, no en lo que a él o ella como adulto le interese rebelarse en contra. El foco son los chicos».

A esto la docente y abogada trans responde que «dentro de la Escuela Normal 6 hay estudiantes que no se identifican con ninguna identidad binaria, y que con esta medida, Soledad Acuña, también incurre en un acto de discriminación. Es ilógico que una persona deba autocensurarse y evitar nombrarse asimismo por temer a sanciones administrativas», y termina: «El edicto que dictó la dictadura durante la década infame, se dio en el contexto de las teorías del fascismo que hicieron auge en  la década del 20 del siglo pasado y del nacismo en la década del 30. Ahora a casi un siglo, con algunas diferencias, se repite el segregacionismo, la exclusión y la discriminación».