Un periodista del canal RTVI le preguntó al viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, si su gobierno consideraba la posibilidad de desplegar infraestructuras militares rusas en países fuera de Europa, como Cuba o Venezuela. Respondió: «No quiero confirmar nada, pero tampoco voy a refutar nada aquí». La ambigüedad dio que hablar al mundo entero.

Y encubrió otras respuestas del funcionario del gobierno de Vladimir Putin, respecto de que Rusia “no esperará indefinidamente” por una respuesta de EEUU a su demanda de que la OTAN no se expanda hacia el Este, en una nueva escalada de las tensiones que empujó a la UE a la disputa luego de que Ucrania sufriera un ataque cibernético que los europeos ven como un preludio de movimientos militares por parte de Moscú.

EEUU y la OTAN iniciaron esta semana en Bruselas una serie de conversaciones con Rusia en busca de desactivar una crisis entre Moscú y Ucrania por los deseos de esta última de ingresar a la alianza atlántica, lo que Rusia ve como una amenaza que la llevó a movilizar tropas a la frontera como una advertencia. El Kremlin pidió a EEUU garantías por escrito de que Kiev no se adherirá a la OTAN, lo que dejaría a Rusia rodeada de enemigos y abriría la puerta al posible despliegue de misiles de la alianza en suelo ucraniano.

Pero en buena parte de Occidente, la respuesta del vicecanciller sonó a amenaza y crujieron las repuestas. Incluso de algunos voceros de la administración Biden. Como Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional, quien señaló que EEUU respondería de forma «decisiva». El almirante Ron Bauer, funcionario de la OTAN, por su parte, consideró «preocupante» la situación.

De todas maneras, los expertos más avezados en el tema lo interpretaron como “una posibilidad hipotética”. Para el analista político cubano Roberto García Hernández, experto en asuntos militares, se trata de una mera “manipulación política e informativa”. Aseguró: «Estamos ante una maniobra que, entre otros objetivos, intenta desviar la atención del tema principal, que es el incremento inusitado, ilegal y agresivo de la presencia de las fuerzas de todo tipo de la OTAN en las cercanías de las fronteras rusas».

Por su parte, el politólogo y subdirector del Instituto de Historia y Política de la Universidad de Moscú, Vladímir Shapoválov, aseguró que “las relaciones de Rusia con Cuba y Venezuela son de alto nivel. Es una realidad, pero hasta ahora Rusia no tiene esos planes, hay una posición negociadora que puede aplicarse si no se escuchan las propuestas de Rusia».

En junio pasado, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú resaltó en la Conferencia de Seguridad de Moscú la colaboración con Cuba, Nicaragua y Venezuela en el ámbito técnico-militar. Y finalmente apareció, ¿cuándo no?, Juan Guaidó: «Rusia pretende hacer parte a Venezuela de un conflicto que ni es latinoamericano».