Elías Jaua es el ministro de Educación de Venezuela y actualmente fue designado por el presidente Nicolás Maduro para la compleja tarea de coordinar la Comisión Presidencial para la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que cuenta con diez miembros, entre ellos el hermano de Hugo Chávez y ministro de Cultura, Adán, la Canciller Delcy Rodríguez, la dirigente indígena Noelí Pocaterra, la diputada y esposa de Maduro, Cilia Flores, y el constitucionalista Hermann Escarrá.

-¿Cuál es la agenda inmediata para la Constituyente?

-Lo primero ahora es que el presidente va a proponer las bases comiciales, las condiciones en las cuales se postulan y eligen los constituyentes. Esa propuesta será acogida, reformada o ampliada por el Poder Electoral, que es el facultado constitucionalmente para fijar las normas y convocar los procesos electorales en Venezuela. Luego de que el Consejo Electoral fije las normas, los lapsos, el primer paso será la postulación de los candidatos, quienes por iniciativa propia recogerán un número determinado de firmas y los que recojan la cantidad estipulada por el consejo serán los candidatos y candidatas. Se fijará el día de las elecciones universales, secretas y directas, y quienes saquen la mayor cantidad de votos serán electos y se instalarán ya como Asamblea Nacional Constituyente (ANC). A partir de ese momento ellos son el poder originario. Todos los demás poderes quedarán subordinados a la ANC. Según la experiencia de la Constituyente pasada, se dicta un estatuto de funcionamiento donde fijan los tiempos y funciones, características, y a partir de allí tienen varios instrumentos, decretos, actos, decretos de reorganización del Estado, pueden legislar, y ya para culminar su período deben presentarle al país una nueva Constitución.

-¿Cuánto puede llevar todo ese proceso?

-La constituyente de 1999 fue de seis meses. Hay experiencias constituyentes de dos años, pero yo creo que será un año de duración, según el proyecto de constituyente que hemos estudiado.

-¿Cómo creen que se va a desarrollar el debate político, si es que hoy se le puede llamar así?

-Es que no hay interlocución con la oposición.

-¿Cómo creen que se va a desarrollar ese escenario cuando esté en marcha todo el proceso?

-Por un lado nosotros seguiremos insistiendo con ellos en sentarnos a dialogar, para tratar de que ellos participen del proceso. Pero por otro lado, como ya comienza a sentirse, se va a desatar una verdadera emoción electoral. El pueblo venezolano tiene una cultura electoral muy fuerte, de participar, de postularse. Eso se va a notar en las próximas semanas. Una vez que el CNE fije las normas para la elección va a ser el florecimiento de decenas de miles de candidatos recorriendo el país, recogiendo firmas, ese mismo accionar de los hombres y mujeres que aspiren a participar va a terminar de aislar el foco de violencia armada que han intentado instalar en una parte de la ciudad capital.

-¿Usted cree que se va a neutralizar con este proceso la ola de protestas?

-La tendencia es a aislarse. No podemos dictaminar en qué momento se acabe porque nunca ha sido nuestra opción, frente a esta violencia armada, soluciones finales o asaltos finales por parte de organismos de seguridad del estado. Nuestra política siempre ha sido la contención con el uso proporcional y diferenciado de las fuerzas, hasta que ellos por la propia experiencia del 2002, 2004, 2007, 2014, terminan agotándose y desapareciendo de la escena. Por cierto sin que nunca nadie asuma la responsabilidad de la derrota o un balance crítico de que escogieron un mal camino. Simplemente desaparecen y comienzan otras etapas.

-¿Una vez iniciado el proceso, cómo quedan las elecciones regionales que estaban pendientes? ¿Se suspenden o se pueden desarrollar igual?

-Se pueden desarrollar igual, eso dependerá de las decisiones del Poder Electoral y también de la propia Asamblea. Ahora, lo cierto es que en el 2018 habrá elecciones presidenciales, así lo manda la Constitución. La ANC debe respetar esos plazos.

-Están vencidos algunos mandatos regionales, ¿no debería producirse ya ese proceso electoral?

-Sí, pero estaba en marcha. Hay un cronograma electoral que empezaba por la legalización de los partidos políticos que no habían logrado un número de votos en las elecciones pasadas. Hay un tema que es que, como algunos de los partidos de la MUD fueron en una sola tarjeta, eso no contó para su legalización. Entonces tenían que ir a la otra opción que prevé la ley que es la recolección de firmas. Y en ese proceso estaban cuando nuevamente iniciaron esta violencia armada.

-¿Ayudaría a la concordia que se produzcan esas elecciones?

-No, no. Ellos no quieren elecciones. Quieren el derrocamiento del gobierno. El presidente Maduro dijo hace aproximadamente tres semanas “insisto y le pido como jefe de Estado al Poder Electoral que acelere todos los plazos necesarios para ir a elecciones”. Esa misma tarde la respuesta fue “ya no queremos elecciones, queremos libertad”.

-Una encuesta de un diario, El Universal, decía que el 74% de la población rechaza la propuesta de diálogo del Papa.

-No vi esa encuesta, pero la inmensa opinión de los venezolanos, el 86% según todas las mediciones, es que haya una salida negociada al conflicto y el rechazo a la violencia. Esa ha sido la tendencia desde el año pasado. Por el contrario, el país ha visto con estupor, un país mayoritariamente cristiano, católico, practicante, las respuestas insolentes que le han dado al Papa cuando dijo que la oposición no avanzaba en el diálogo porque estaba dividida, y eso ha generado rechazo en la población.