El paso de petróleo ruso hacia Hungría y otros dos países de la Unión Europea (UE) fue interrumpido a través del oleoducto más grande del mundo por la empresa estatal que opera su tramo de Ucrania debido a las sanciones occidentales a Rusia por la invasión, anunció la compañía.

Transneft dijo en un comunicado que los suministros a través del ramal del oleoducto Druzhba, que sirve a Hungría, República Checa y Eslovaquia, «se han interrumpido desde el 4 de agosto» tras la denegación de una transacción bancaria debido a las sanciones impuestas a Moscú.

El vocero y asesor del presidente de Transneft, Igor Diomin, dijo a la agencia de noticias rusa Ria Novosti que el tránsito de crudo fue detenido porque Rusia no puede pagar por el paso debido a las sanciones impuestas por la UE por la invasión de Ucrania iniciada en febrero pasado.

Diomin afirmó que, tras un intento de realizar el pago, el dinero fue devuelto a la cuenta de Transneft.

La filial bancaria de las empresas estatales rusas de producción de gas y petróleo, Gazprombank, que presta los servicios de pago, «nos informó de que el pago fue devuelto debido a la entrada (en vigor) del reglamento de la Unión Europea, es decir, del séptimo paquete de sanciones» por la invasión de Ucrania.

Diomin dijo que la rama norte del oleoducto de Druzhba (Amistad), que pasa a través del territorio de Bielorrusia, Polonia y Alemania, sigue funcionando.

Transneft dijo que estaba buscando otras opciones para realizar los pagos por el tránsito a través de Ucrania.

A pesar de la ofensiva militar que lleva a cabo Rusia desde finales de febrero, el petróleo y gas de ese país continúa transitando por Ucrania hacia la UE, varios de cuyos miembros son muy dependientes de los hidrocarburos rusos.

La UE adoptó en junio un embargo progresivo sobre el petróleo ruso que prevé el cese de las importaciones de crudo por barco en un plazo de seis meses.

En cambio, el suministro a través del oleoducto Druzhba fue autorizado a continuar «de manera temporaria» sin fecha límite, en una concesión al primer ministro húngaro Viktor Orban, cercano al presidente ruso Vladimir Putin y cuyo país depende en un 65% de su consumo del petróleo ruso barato.