La profundización del bloqueo económico de los Estados Unidos contra Venezuela puso en evidencia el rol activo de los halcones antichavistas del gobierno de Donald Trump, encabezados por el asesor presidencial para la seguridad nacional, John Bolton, y dejaron desdibujado al principal dirigente de la oposición, Juan Guaidó, tras el retiro ordenado por el presidente Nicolás Maduro de la mesa de negociación que se desarrollaba en Barbados.

Las definiciones de Bolton, y del enviado especial para Venezuela, Elliot Abrams, en ese sentido, demostraron que el gobierno de Donald Trump se ha colocado como el actor principal en el intento de que Maduro abandone el Palacio de Miraflores, tras los reiterados fracasos del autoproclamado presidente interino que constaron de varias acciones, incluido un fallido golpe de Estado armado.

Bolton fue muy claro cuando afirmó: «La hora del diálogo ya pasó, toca ahora ponerse en acción». En el encuentro de 57 naciones «por la Democracia en Venezuela» realizado el martes en Lima, dijo que el chavismo sólo buscaba «ganar tiempo» en el diálogo y calificó el apoyo de China, Cuba, Rusia y Turquía a Maduro como «intolerable». Estos países se negaron a enviar representantes a ese encuentro convocado por el Grupo de Lima.

El presidente venezolano criticó a Guaidó por «festejar las sanciones» mientras mandaba a su emisario a la mesa y dio la orden de abandonar las negociaciones de Oslo. Luego empezó a hablar de un posible diálogo con Trump, dejando de lado a la oposición en su país. «Se lo he dicho al presidente Donald Trump de todas las formas: si algún día se abriera la posibilidad de un diálogo, de entendimiento, respetuoso, entre iguales, estaría dispuesto a estrechar su mano, avanzar y superar toda esta etapa», dijo en una entrevista al sitio The Grayzone.

Acaso la instancia de Barbados era un espacio de oxigenación no sólo para el gobierno de Maduro sino también para Guaidó, quien para algunos chavistas «ya no existe». «Lo que lo hacía existir era que el gobierno se sentó con él», confía a Tiempo un viejo dirigente retirado de la función pública.

Para el chavismo, uno de los «errores» de Guaidó y sus colaboradores fue haber hecho pública la agenda de Barbados, cuando las normas en ese tipo de negociaciones indican que debe guardarse en secreto hasta llegar a un acuerdo. Dentro de los puntos a tratar estaba el de adelantar las elecciones presidenciales, de improbable aceptación por parte de Maduro, como las parlamentarias y también garantizar la convivencia. «Me huele que todo esta arremetida (las sanciones) es porque se estaban acercando posiciones y a EE UU no le conviene ningún acuerdo que revitalice al presidente», expone el dirigente.

Este fin de semana en tanto comenzó la campaña oficial para reunir firmas que acompañarán un manifiesto dirigido al secretario general de la ONU, António Guterres, denunciando las sanciones e instándolo a pronunciarse en contra. El primer antecedente favorable a ese reclamo lo dio la Alta Comisionada para los DD HH del organismo internacional, Michelle Bachelet, quien a pesar de haber sido muy crítica en su informe del mes pasado tras visitar el país, dijo estar «profundamente preocupada por el impacto potencialmente severo en los DD HH en Venezuela» debido al «conjunto de sanciones unilaterales impuestas por los EE UU».

Un documento de la Casa Blanca del 6 de agosto afirma que Trump autorizó al secretario del Tesoro «a bloquear toda propiedad de quienes provean apoyo material al régimen de Maduro”. Se trata del bloqueo de todos los activos venezolanos en EEUU, principalmente la petrolera Citgo, filial local de Pdvsa. La orden “aísla al régimen ilegítimo del sistema financiero global y la comunidad internacional”, especifica. En el texto se indica que el gobierno de Trump ha dirigido 30 acciones punitivas dirigidas a “unos 200 objetivos», entre personas y entidades. «Los EE UU han sancionado a actores clave en la economía venezolana, explotados por el régimen, incluyendo los sectores del petróleo y el oro», admite el documento.