En vísperas de la primera reunión con la misión del FMI y en un contexto de disparada del dólar cuya cotización orilla los $31, el gobierno dispuso una batería de medidas con impacto en el mercado de cambios.

Por un lado, desde el Palacio de Hacienda se anunció la suspensión del plan de licitación de dólares que sostiene desde el 21 de junio financiado con el primer tramo del crédito del FMI. Ya hace diez días había dado a conocer su intención de disminuir las ventas de divisas en el mercado mayorista desde los U$S 100 millones diarios (con algunas jornadas de U$S150 millones) hasta, primero U$S 75 millones, y luego U$S 50 millones. Hoy anunciaron el fin de esa política de ventas diarias.

El anuncio, que podría interpretarse como una vuelta a la libre flotación de la divisa, fue desmentido por un comunicado emitido una hora después por el BCRA en el que anuncia una oferta de U$S 500 millones para la sola jornada del martes en la que vencen alrededor de $525 mil millones en Lebac. El propósito es el de dar respaldo a un posible desarme masivo de esas posiciones atenuando su impacto en el tipo de cambio. Con todo, el desarme de Lebac es promovido por el propio gobierno en acuerdo con el FMI aunque apuesta a inducirlo hacia otras letras y títulos del BCRA y el Tesoro. Para eso anunciaron la suba de la tasa de interés de referencia a un 45%, con el compromiso de sostenerla en ese rango hasta octubre de este año.

De hecho, hoy mismo, anunció su “programa de cancelación de  Lebac” cuyo propósito es “la eliminación gradual del stock existente”. Al final del programa aseguran que esos papeles solo quedarán en manos de “las entidades bancarias del sistema financiero local” cuyo comportamiento puede ser inducido y hasta reglamentado con resoluciones del propio BCRA.

El programa incluye el establecimiento de cupos para la renovación en el caso de los minoristas (ofrecerá $230 mil millones contra un vencimiento estimado en $330 mil millones) y la puesta a disposición de otros instrumentos como las Leliq y Nobac para las entidades bancarias. Estos últimos se caracterizan por ofrecer vencimientos de más largo plazo. Al mismo tiempo impide a las entidades bancarias la venta de Lebac a minoristas en el mercado secundario y establece un plan coordinado de licitación de Letras del Tesoro en pesos (también con plazos de más largo alcance) con fechas coincidentes con los vencimientos de las Lebac. La primera de ellas, de hecho, será el miércoles de esta semana.

El FMI, por su parte, emitió un comunicado en el que asegura «respaldar los esfuerzos de las autoridades oficiales» para «reducir el stock de Lebac» y «remover una importante fuente de vulnerabilidad».

Así las cosas, el foco de las autoridades económicas está puesto en desmontar la bomba de Lebac como lo exige el Fondo Monetario Internacional y no tanto en contener la disparada del dólar cuya apreciación, en todo caso, será tolerada como un efecto secundario del programa mencionado.