El lunes pasado, en Caballito, Ferro le ganó 2 a 1 a Instituto y se subió a la punta del campeonato de la B Nacional. Van recién nueve fechas, pero la ilusión de los hinchas verdolagas crece día a día. No es para menos: Ferro, ese equipo que con Timoteo Griguol a la cabeza fue sensación en los 80 y que cosechó dos títulos, lleva más de 16 años sin poder volver a Primera. 

Luis Salmerón, el Pupi, es el símbolo del equipo. Tiene 243 partidos en el equipo, jugó diez temporadas en la categoría con Ferro y, con 34 años, es la carta goleadora. Unos días antes del duelo ante el conjunto cordobés, Salmerón pensó en su hija y en su mujer y se le ocurrió una idea: llevar la cinta de capitán con el escudo de Ferro y el dibujo rosa que se viralizó por el #NiUnaMenos. “La hice hacer en la semana, con el escudo de Ferro al lado, porque es bueno que el mensaje llegue también a través del club. Hay muchas mujeres en mi familia y hay que apoyar la causa, pedir un poco de paz”, le cuenta a Tiempo el ídolo de Ferro.

-¿Por qué decidiste salir a la cancha con el brazalete del #NiUnaMenos?
-Porque pienso en mi hija, que hoy tiene 7 años, pero que en el día de mañana va a ser adolescente y va a querer salir, va a querer ser independiente. Y todas estas cosas que están pasando a uno lo asustan, a uno lo preocupa. Ojalá que estos pequeños actos puedan ayudar a cambiar las cosas, pero sé que es muy difícil. Por eso la tarea es que entre todos aportemos para seguir concientizando a la gente y que nos demos cuenta que acá hay un problema grave.

-¿Qué te dijeron tus compañeros?
-Alguno me hizo alguna broma por el rosa, pero todos después me felicitaron por la idea. Ferro es un club familiar, siempre tuvo esas particularidades que lo diferencian y lo hacen lindo, entonces recibí mucho apoyo. Acá vivo cosas espectaculares con mi familia y eso no lo cambio por nada porque es espectacular. Mi nene tiene Síndrome de Down y me apoyé muchas veces en el club para hacer campañas y él en el club la pasa muy bien. Tengo la suerte de jugar al fútbol, soy mínimamente conocido y aprovecho eso para enviar mensajes. Y en Ferro siempre me han hecho la segunda.

-¿Qué es Ferro para vos?
-El amor que siento por este club es inmenso. Cada día que pasa se afianza más la relación con la gente: tengo la suerte de que ellos me quieren y que yo disfruto cada día que paso en el club. Tengo un presente muy lindo, llevo muchos años acá, viví momentos malos, buenos, regulares y ahora estoy aprovechando cada rato libre para ir con mis hijos al club, porque mi hijo va al jardín ahí, porque mi mujer va a la cancha y la tratan bárbaro y porque mi hija hace hóckey. Es una gran familia, estuve en la pensión, debuté acá y lo aprendí a querer. En mi familia somos socios, aportamos nuestro granito de arena, pero es demasiado el amor que me brindan a mí y a mis hijos, que los tratan como propios. Eso es impagable. En eso no vale el gol ni el partido ganado.

-Tuviste seis etapas en Ferro. Llegaste a debutar en Primera, pero la gran mayoría fueron momentos duros y en el ascenso. ¿Cómo vivís este presente?
-La hemos pasado muy mal acá, desde el lado humano y desde lo futbolístico. He vivido muchos años acá y vi a Ferro en la ruina económica e institucional. Por eso ver que mucha gente ha puesto el pecho para que Ferro hoy esté como está es hermoso. Es muy lindo todo lo que hicieron para que se levante y estamos disfrutando de cómo está Ferro. No me quejo por haber vivido las malas y ahora le agradezco a la vida que me toca este momento. Esa era una época de muy pocos recursos y hoy el club es una maravilla. Es un mundo, hay gente en todos lados y le está yendo bien en cada uno de los deportes. Ojalá podamos coronar esto y pueda cumplir mi sueño de volver a jugar con Ferro en Primera, que es el único sueño deportivo que tengo. Me quedan pocos años de carrera y la verdad que lo único que deseo es eso. Cambiaría muchas cosas, prefiero no hacer un gol en todo el año con tal de ascender. Pero aunque estemos bien, falta bastante.

-¿Cómo manejás la ansiedad?
-Realmente estoy tranquilo, contento, tratando de ser medido con lo que estamos viviendo. Tengo bastantes años en esta categoría, he jugado muchos torneos en la B Nacional y sé que es un campeonato muy duro. Tenemos que ser cautos. Así como estamos punteros, en un par de fechas puede pasar cualquier cosa. Ojalá que no, pero esta categoría es así. Íntimamente estoy muy feliz, pero trato de no demostrar mucho, para no hacer que se relaje el resto. Lo importante es tratar de seguir siendo los mismos en el día a día y trabajar con la misma alegría. Tenemos un grupo bastante colaborador, que no le escatima al trabajo. Trabajamos como jugamos.

-¿La gente también está tranquila?
-Vemos la ilusión de la gente en la cancha, en la calle y hasta en las redes sociales, que las uso mucho, sobre todo para divertirme con mis hijos. Los hinchas se emocionan en cada partido, Ferro es un gigante dormido que está hace muchos años en la categoría y que necesita ascender. El club está preparado para volver.

-¿Te hablan también sobre los problemas en el barrio por el shopping que quieren hacer al costado de la cancha?
-Cada tanto sí, realmente sé cosas muy de por arriba, porque no he leído sobre el tema. Pero sé que la gente de Ferro está muy en contra de esto y si la gente de Ferro está en contra de esto, yo me pongo del lado de la gente de Ferro, como siempre.