Abuelas de Plaza de Mayo cumple 40 años y la fecha del cumpleaños coincide con un domingo electoral. Por eso festejarán el jueves, con un festival en el Centro Cultural Kirchner estas cuatro décadas de lucha. Pero el festejo se da en un clima de retroceso en materia de derechos humanos que tuvo su punto más extremo con desaparición de Santiago Maldonado tras la represión de Gendarmería y el hallazgo de su cuerpo en el río Chubut. En diálogo con Tiempo la titular de Abuelas, Estela de Carlotto, recuerda el recorrido de cuatro décadas de búsqueda de los nietos apropiados y de construcción de la Memoria, la Verdad y la Justicia, pero no puede evitar volver sobre el caso de Chubut: «Hay que ver hasta las últimas consecuencias quiénes son los autores. Lo que queremos es que esta muerte tenga la fuerza de frenar el proyecto de otras muertes que quieren,  quizá no sea la muerte física, sino la muerte civil”, dice.

El 22 de octubre de 1977 doce mujeres llevaron el reclamo por sus hijos y sus nietos al secretario de Estado de EE UU, Cyrus Vance. Ese día eligieron como el nacimiento de las Abuelas. Pero cuatro décadas después el festejo no es completo: “Este año me quitaron el ánimo. Y me guardo lo que queda porque tengo que luchar, me guardo esa fuerza para seguir empujando a los jóvenes en un camino de paz, pero no de sometimiento y de brazos caídos”.

-¿Cuál es el balance de los 40 años de lucha?

-Cumplimos 40 años de existencia este grupo de mujeres que fuimos provocadas por una dictadura feroz, cívico militar, que secuestró nuestros hijos, con el agravante de que nuestras hijas estaban embarazadas y ese niño nació durante el secuestro, algunas no sabemos donde, y lo tomaron como botín de guerra. El comienzo de esta lucha fue en soledad, con mucho dolor, no con miedo pero sí con peligro, cuando salimos a buscar estas dos generaciones. Somos mujeres totalmente diferentes pero con una unidad increíble por esta búsqueda incansable, y ya hemos atravesado estos 40 años pero no vamos a dejar de buscar porque falta mucho. En este camino hemos conseguido cambiar muchas cosas en el mundo, lo digo con humildad pero es así, y hacer con nuestra prédica que no se repita.

-Desde 2004 la fecha es también el Día Nacional por el Derecho a la Identidad, un reconocimiento a las Abuelas.

-Sí. Y aparte, no se si por suerte o desgraciadamente, es mi cumpleaños. Y yo lo quiero borrar porque pareciera que lo hice a propósito, pero lo hicieron las fundadoras. Con el tiempo y el reconocimiento que hubo de nuestra lucha se puso como día del derecho a la Identidad.

-En 40 años lograron muchas cosas: el Banco de datos genéticos, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), los 124 nietos restituidos, entre otros aportes a la democracia. ¿Cómo ven ese proceso?

-La unidad y el respeto que nos teníamos permitió realizar un trabajo muy formal y si vemos hoy lo que es Abuelas de Plaza de Mayo, aparte del reconocimiento y el respeto nacional e internacional, tenemos desde hace muchos años equipos técnicos de abogados, genetistas, psicólogos, de prensa y difusión, de investigación. Hay mucha gente trabajando y hay una diversidad de temas que se van abarcando, porque si bien nosotros tenemos como foco la búsqueda de dos generaciones, no somos indiferentes a los requerimientos que se hacen por otros derechos violentados. Entonces participamos en todo lo que es la defensa de los niños, de la mujer, el derecho a trabajar, a la vivienda, a la salud. Nos metemos en todos lados y sobre todo procuramos darle visibilidad a nuestro tema, para que la sociedad sepa lo que hacemos. Estamos pasando momentos muy duros, muy difíciles, en los que se nos están quitando los derechos a reclamar, se nos ofende con la duda de que mentimos, que no son tantos los desaparecidos, de que sacamos nietos de la galera en oportunidades, como si tuviéramos una fábrica de nietos. Una barbaridad en la que la gente entra y que hace que nos miren no tan gratamente. Pero dicen que la mentira tiene patas cortas. Y nosotros tenemos nuestra verdad, sin violencia, y esto lo digo claramente: acá no hay odio, ni rencor, ni revancha. Acá claramente el pedido es de Verdad, Memoria y Justicia. Para poder dejar, al menos, antes de irnos de este mundo las seguridades de que esto no se vuelva a repetir. Estamos en momentos difíciles.

-¿Cómo ven las Abuelas la situación de los Derechos Humanos que, sólo en este año, tuvo situaciones críticas como las del  2×1 y la desaparición de Santiago Maldonado?

-Desde que tenemos democracia nosotros acompañamos. En el primer gobierno en el que se hizo ese juicio ejemplar (Ndr: Juicio a las Juntas) aunque incompleto, brindando todo lo que teníamos registrado para que se nutriera de nuestra verdad acusatoria y se consiguiera condenar a los culpables. Cuando vinieron las leyes de Punto final y Obediencia debida enfrentamos eso como un error tremendo y lo rechazamos profundamente, pero igual seguimos respetando al gobierno, pidiendo audiencias, reuniéndonos con todos los presidentes. No nos interesaba de qué partido era, lo que nos importaba era contarles nuestra labor, nuestro deseo de que el Estado coopere, lo que faltaba por hacer. Hubo respuestas en algunos casos más que en otros, pero dialogamos con todos. Si tenemos que evaluar, en esta etapa democrática los gobiernos de Néstor y Cristina fueron los que más abrieron el panorama de los derechos humanos como un derecho a resolver, a escuchar y dar respuesta a reparaciones, consultas y participación. Nos hicieron parte de la gestión. Por eso cuando aplaudimos a un gobierno no aplaudimos un partido político, sino una gestión excelente, respetuosa y que nos dio muchísimas satisfacciones. Cuando cambió la etapa de gobierno, ya en las campañas electorales hubo expresiones del actual presidente de nuestro país muy desagradables cuando dijo que los derechos humanos eran un curro. Fue el primer síntoma. Pero teníamos el antecedente de que cuando fue jefe de gobierno de la ciudad nunca nos recibió. No lo conocíamos. Dialogábamos con la actual vicepresidente (Gabriela Michetti) y con (el secretario de DDHH y Pluralismo Cultural, Claudio) Avruj los temas de DDHH del gobierno de la ciudad. Pero él nunca nos recibió y eso sumado a decirnos que éramos delincuentes, era un antecedente muy feo. Efectivamente, cuando asumió, su gente de confianza empezó a decir que mentíamos, que no eran 30 mil los desaparecidos y que lo decíamos para cobrar subsidios. Es decir, vinieron los agravios, los insultos, todo lo que deteriora una relación.

-De todas formas pidieron reunirse con el presidente.

– Macri nos recibió cuando venía el presidente de Francia, Francois Hollande, porque era una vergüenza que no nos hubiera recibido y él quisiera vernos y tirar flores conmigo y mi nieto en el parque de la memoria. Fue una reunión espantosa, desagradable, y nunca más.

-¿Cómo sigue la relación?

-Estamos viendo un avance acelerado de querer borrar la historia de nuestro país. El otro día se jactaron que los billetes tienen animalitos vivos en vez de próceres muertos. Los próceres no mueren, hay que honrarlos. Es un criterio demoledor de la identidad de nuestro pueblo. Porque si están persiguiendo a los mapuches es porque no quieren escuchar hablar mapuche. Esta gente nos está destruyendo como país y lo están haciendo porque tienen el poder económico y el de la prensa monopólica que no habla de lo que no quiere hablar el gobierno. Tenemos solo unos poquitos medios y unos poquitos canales y hay que agarrarse de ahí para estar enterada. No obstante nosotros vamos a seguir luchando. Yo creo que somos intocables porque si tocan a una abuela visiblemente desde el Estado, arde Troya.

-¿Cómo influye el caso de Santiago Maldonado en la situación actual de derechos humanos?

– En el país y en los ámbitos internacionales en los que he estado está candente.  Porque esto fue un accionar de la Gendarmería y de la Ministra (de Seguridad, Patricia Bullrich) y un personaje que anda con ella, que es parte de su gabinete (Ndr: Pablo Noceti). Entonces es el Estado, por eso es un delito de lesa humanidad, y hay que ver hasta las últimas consecuencias quiénes son los autores. Lo que han dicho, lo que se ha deformado, lo que se ha mentido desde el Estado y la prensa es infernal, es diabólico. Entonces contra esto uno no puede estar callado y lo que queremos es que esta muerte tenga la fuerza de frenar el proyecto de otras muertes que quieren, quizá no sea la muerte física, sino la muerte civil. Porque si están desatendiendo a los discapacitados a los jubilados a los maestros que los maltratan, están destruyendo la vida nuestra. Voy a personalizar esta situación: el dolor de despertarme todos los días con malas noticias hace que este año no quiera ni recordar mi cumpleaños, que lo he hecho hasta el año pasado. Este año me quitaron el ánimo. Por eso para este domingo le pido a la sociedad que sea consiente a quién le pone el voto. 

-¿Cree que parte del proyecto de gobierno es, precisamente, desanimar?

-Pero no van a poder. Yo dije una cosa que no les gustó, pero la voy a repetir hasta el cansancio: si pudimos con Videla vamos a poder con Macri. No es que lo compare con la dictadura, lo comparo con una acción contra el pueblo.

-¿Cree que el aprendizaje de estos 40 años hace inconcebible que haya un desaparecido y que quizá influyó en la aparición del cuerpo de Santiago?

-Bueno, sí. ¿Porque a quién le conviene seguir buscando in eternum el cuerpo de Maldonado? Ni a los buenos ni a los malos. Pero qué cosa extraña que haya aparecido en ese lugar y eso es algo que se deberá determinar en la operación de autopsia. Si con eso han querido favorecer a alguien lo único que van a lograr es favorecer la verdad. «